Con la incógnita de hasta cuándo se podrá adecuar la capacidad adquisitiva de los nuevos jubilados con el coste de la vida, cada vez más trabajadores se plantean complementar sus futuras pensiones rascándose aún más el bolsillo. Sin embargo, el ahorro privado al margen de la futura nómina a cargo de la Seguridad Social es todavía una excepción en España pese a las continuas advertencias de los expertos y de los sucesivos gobiernos que, por otro lado, no acaban de legislar para favorecer estos planes de pensiones privados. De hecho, apenas uno de cada cuatro españoles ahorra para la jubilación, el 26,5%, según el último Estudio de Preparación para la Jubilación elaborado por Aegon. El análisis se divide entre trabajadores con empleos que requieren actividad física y los que tienen empleos “sedentarios”. Así, el 28% de los trabajadores con actividades no físicas ahorra para su jubilación por el 25% de trabajadores “físicos” que complementa por su cuenta su futura pensión.
Dentro de esta clasificación profesional se encuentran mineros, oficiales de la construcción, agricultores, personal militar y operarios de limpieza, así como otras profesiones de riesgo como bomberos y policías. Frente al 31% de la media global, el 28% de los españoles se considera un trabajador físico. Entre los encuestados, el perfil de del trabajador físico es el de un hombre con 40 años de media. En lo que respecta al nivel de estudios, el 42% de los trabajadores físicos españoles tiene estudios básicos, comparado con el 64% de los empleados no físicos, que poseen formación universitaria.
El 44% de los españoles con empleos “sedentarios” cree que sus ingresos durante la jubilación dependerán en un 44% del Gobierno y un 32% de sus ahorros, un porcentaje similar al de los trabajadores con empleos físicos (43%-31%).
