Su cuadro clínico aún presenta muchas debilidades: El desempleo sigue por encima del 14%, algo inaudito para un país desarrollado, la deuda pública apenas se ha reducido (equivale al 97% del PIB, más de un billón de euros), las exportaciones, que hasta ahora habían sido uno de los motores que sacaron a España de la recesión, comienzan a debilitarse. El resumen es que el país se enfrenta a una desaceleración sin apenas margen fiscal. El déficit público la diferencia entre los gastos e ingresos públicos apenas se ha reducido en los dos últimos años.