Inicio Actualidad 23-F, finalmente la verdad: ¿Quiénes fueron los héroes y quiénes los villanos?

23-F, finalmente la verdad: ¿Quiénes fueron los héroes y quiénes los villanos?

CP (R).- Publicamos hoy el relato de los hechos del 23-F realizado por el general Uriarte, quien tuvo relación directa con lo sucedido. Fue redactado unos días después de los hechos. Adjuntamos las imágenes del documento original, que está escrito a máquina. Se trata de un informe publicado por su hija, Isabel Uriarte Arbaiza, hace tras el fallecimiento del general hace unos meses, lo que lo convierte en un testimonio que podría aportar algo de luz a uno de los sucesos más oscuros de la historia contemporánea de España.

Reproducimos el citado informe del general Uriarte sobre los hechos ocurridos en España el 23 de febrero de 1981:

«Ante la situación de ingobernabilidad del país, el Rey decide cambiar de Presidente del Gobierno al margen de la Constitución, puesto que no tiene poderes para ello. Llama a Suárez al Palacio de la Zarzuela y al ser introducido a su presencia, se encuentra que el Rey está en compañía de los Capitanes Generales de Valencia, Sevilla y Zaragoza.

Su Majestad se levanta “oportunamente” para una llamada telefónica y en ese momento los Generales conminan a Adolfo Suárez para que presente la dimisión en vista de su incapacidad para gobernar. El Sr. Suárez afirma estáticamente que ha sido elegido por el pueblo y que sólo éste le obligará a dimitir.

El Teniente General Merry Gordon (Sevilla) saca una pistola, la coloca encima de la mesa y le dice: ‘ésta es una razón’. Aparece Su Majestad sonriente, entra en la conversación, como si nada hubiera ocurrido, ofreciendo tras esto al Sr. Suárez su dimisión.

En el Palacio de la Zarzuela se proyecta una operación posterior a la dimisión del Presidente, consistente en lo siguiente: Un Jefe del Ejército, de probada capacidad, tomaría el Parlamento y esto sería el chispazo que provocaría la reacción de los Capitanes Generales de 8 regiones militares.

Este golpe militar tendría dos posibles soluciones. La primera sería el triunfo del golpe militar y consiguiente formación de un gobierno de salvación nacional, presidido por un General. La segunda solución sería el fracaso del golpe y, consiguientemente, la depuración del Ejército aprovechando el golpe de los Generales para tratar de desmontar la verdadera organización operativa militar realizada a nivel inferior a Coronel.

Efectivamente, se conecta con el Tte. Coronel Tejero, implicado en la famosa “Operación Galaxia”, que cuenta con suficiente prestigio en la Guardia Civil para tener un comando operativo suficiente.

A Tejero se le utiliza sin decirle claramente las posibilidades de la operación conjunta. Tejero, como es bien conocido, realiza una operación perfecta por su precisión y su carácter absolutamente incruento de toma del Congreso de los Diputados. El General Miláns del Bosch declara el estado de excepción en su región y aparentemente es la cabeza del golpe.

El General Armada, Segundo Jefe del Estado Mayor, mediante claves convenidas, entra en el Congreso con la misión previa de constituir un gobierno de salvación nacional.

Curiosamente los hijos de los Reyes de España salen del colegio una antes de lo normal, se dirigen con la Reina a Barajas y salen para Londres.

El Rey llama a los Sres. Giscard d’Estaing y Helmunt Emith para informarles del filo obtenido en el golpe militar. Los dos consultados se indignan y le dicen al Rey que ha de paralizar inmediatamente el golpe militar, pues de lo contrario el ejemplo puede cundir y provocar golpes análogos en Italia, Francia y Alemania, con lo cual se tambalearían las democracias europeas.

Entonces Su Majestad decide traicionar a los militares monárquicos, Armada y Miláns del Bosch, para salvar su propio trono.

Apresuradamente llama telefónicamente al General Miláns del Bosch y le ordena volver a sus cuarteles y al General Armada para que convenza a Tejero de que se entregue considerando fracasada la operación.

Los dos generales más monárquicos que españoles deciden obedecer al Rey, dejando al Teniente Coronel Tejero solo frente al enemigo y naturalmente el heroico Teniente Coronel Tejero sucumbe abandonado por los que le empujan a actuar.

Mientras tanto, en la guarnición de Madrid se ha producido los siguientes acontecimientos: Por la mañana una reunión en el cuartel General de la acorazada y presidida por los Generales Juste, Jefe de la Acorazada y Torres Rojas (anterior Jefe, destituido hace un año) reúnen a los Coroneles y deciden sacar los tanques de la División a la calle esa misma tarde, a la vez que se produce el golpe del Congreso.

Efectivamente a las seis treinta horas de la tarde, tras anunciar la radio la toma del Congreso por Tejero, los Coroneles empiezan a sacar a sus regimientos. El Capitán General de Madrid, en contacto con la Zarzuela les da orden de esperar y posteriormente de regresar a sus cuarteles; se produce una situación de tensión porque no quieren obedecer esta orden, considerándola una traición a la palabra empeñada. El Coronel del Regimiento de Caballería ocupa la Televisión Española, dando orden, de emitir solamente música militar, pero una hora más tarde recibe la llamada del Capitán General para que se retire, se niega a aceptar la orden y entonces recibe una llamada telefónica del Rey ordenándole abandonar, orden que cumple. En este momento se puede considerar abortado el golpe militar, por la clara traición del Rey y por la presión de las democracias europeas.

Al Rey, Gobierno y Parlamento, se le plantea un gravísimo problema si comienzan las destituciones de todos los implicados en la operación y llegan hasta el fondo; es posible que tengan que destituir una cifra muy considerable de militares en activo y de todas las graduaciones lo que puede provocar un malestar de tal calibre que no lo resista la corrompida y falsa Democracia Española de corte Europeo.

Las destituciones y arresto inmediatos eran inevitables porque son nombres muy conocidos por todos los medios de información: Miláns, Armada, Torres Rojas, Juste, León Pizarro, Caruano…..todos ellos Generales de prestigio y probado monarquismo.

La fase siguiente corresponde a la destitución de al menos treinta coroneles, entre Madrid, Valencia, Valladolid, La Coruña, Canarias y Zaragoza; a continuación, entre Tenientes Coroneles, Comandantes y Capitanes, al menos unos doscientos que eran los que estaban juramentados al golpe militar, ya que todos consideraban imprescindible para la salvación de la Patria conducida por un Momento frívolo, carente de patriotismo y absolutamente incompetente, vendido al multinacionalísmo socialista europeo.

Como se ve el golpe militar ha estado dado por un grupo de altos Generales en contacto con el Rey, pero desconectados de los Jefes y Oficiales más competentes y más íntimamente preocupados por recuperar el pulso de la Patria.

Evidentemente lo que se puede desmontar legalmente en este momento es una conspiración de Palacio urdida por ancianos generales y hombres de salón. El colectivo operativo que viene preparándose desde hace al menos cuatro años para actuar en defensa de la Patria, en el momento que se considere oportuno, no puede ser desmontado con las Leyes en la mano, puesto que, no ha participado en absoluto en este traicionero golpe.

Este grupo operativo esperaba básicamente para actuar, cuando la corrupción y el terrorismo desencadenado por una pseudo-democracia por loa países más decadentes de Europa y apoyados por medios de difusión muy poderosos, dieran lugar a una petición popular a sus fuerzas armadas, para restablecer el orden y gobierno de la Nación.

La segunda condición que esperaban, era conseguir un apoyo internacional que sabían no podían obtener de ningún país europeo y tampoco de la América de Carter. Se contaba con Reagan.

Los Servicios de Información del General Gutiérrez Mellado, tiene detectados a los militares que consideran peligrosos por su patriotismo inalterable y por tanto tratarán de aprovechar este golpe de Palacio, para depurar.

La situación actual es esta:

En un plazo relativamente breve los partidos políticos va a exigir al débil Gobierno actual una depuración masiva de las Fuerzas Armadas, para en contraprestación permitirle gobernar al menos en los asuntos más llamativos para la Comunidad.

NOTAS

El gobierno que proponían los golpistas al parecer tenía a Felipe González como vicepresidente y a Santiago Carrillo ocupando alguna de las carteras de ministro. El general Armada, que era parte del golpe, tenía encomendada la misión de ordenar a Tejero que se retirase. Hecho esto y ya al mando de la situación, Armada debería proponer el citado gobierno de «salvación nacional», una «solución» para imponer el gobierno que los verdaderos golpistas (el rey y sus compinches socialistas ladrones) querían imponer.

Armada cometió el enorme error de enseñar la lista de ministros del gobierno propuesto a Tejero, o Tejero tuvo el enorme acierto de no fiarse hasta ver dicha lista. Al verla, naturalmente Tejero se negó rotundamente, lo que obligó a los cabecillas del golpe a improvisar sobre la marcha. Eso probablemente explique las dilaciones habidas durante aquel día, por ejemplo en la tardía intervención de su deshonrosa bajeza el rey (un Borbón de pura cepa en el peor estilo de tan nefasta familia).

La verdadera razón de fondo para el golpe socialista del 23-F parece haber sido la presión internacional (EEUU) para que España se integrase en la OTAN, cosa a la que con buen criterio Adolfo Suárez se oponía, no así Felipe González o Leopoldo Calvo Sotelo.

Por consiguiente, hay que situar este golpe en el contexto de los cambios de régimen ocurridos entonces en todo el norte de Africa. Los regímenes instaurados debían dejar expedito el camino por el Mediterráneo hacia Israel, en unos momentos en los que se barajaba un posible conflicto nuclear regional en Europa. Es muy notable el paralelismo que se puede observar con los recientes cambios de régimen en la zona norteafricana y aledaños, y que con toda probabilidad forman parte nuevamente de los preparativos de un gran conflicto armado en la zona».