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Ayuso: “Sánchez se va a ir como llegó, con un intento de pucherazo”

La presidenta madrileña y candidata del PP a la reelección, Isabel Díaz Ayuso, ha augurado este viernes que el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, «se va a ir como llegó, con un intento de pucherazo», tras los supuestos casos de compra de votos en varias localidades españolas.

«Sánchez se va a ir como llegó (…). Está dispuesto a sacrificarlo todo para mantenerse en el poder», ha expresado Ayuso en el cierre de campaña del PP de Madrid en el Palacio Municipal de Ifema Madrid, en un acto conjunto con el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, para reclamar el voto antes de la cita de las urnas del domingo, arropados por el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.

Como una fiesta con música en directo y dj, el PP ha cerrado su campaña con sus candidatos como favoritos en las encuestas, que acercan a Ayuso a la mayoría absoluta y sitúan a Almeida como vencedor, pero necesitaría a Vox para gobernar.

En una campaña marcada por la inclusión en las listas de EH Bildu de condenados por terrorismo, en la que se han evidenciado las diferencias entre Sol y Génova sobre la ilegalización del partido abertzale, las únicas alusiones de Ayuso a la polémica han sido la reivindicación de que «Madrid levanta las manos blancas contra el terror y el asesinato». Y la ironía de la presidenta madrileña al señalar que al líder de los socialistas «ya no le vota ni Txapote».

La dirigente del PP ha señalado que Sánchez pretendía «comprar a España, Consejo de Ministros a Consejo de Ministros, con el dinero de todos» y ha bromeado al decir que si dura «una semana más, no hay un delito tipificado en el Código Penal que no protagonice un candidato de la izquierda».

Pese a los «intentos de asalto» de Sánchez y sus socios a las instituciones, como ha dicho, incluso tratando de «cambiar papeletas por papelinas porque le han comprado el voto a inmigrantes y toxicómanos», ha asegurado que España ha demostrado que «funciona».

Feijóo: «Derogar el sanchismo es un sentimiento común»

Ante el escándalo por la compra de votos, que Ayuso ha calificado de «pucherazo», Feijóo ha argumentado que «derogar el sanchismo» es «defender a la democracia» y ha llamado de nuevo a votar «masivamente» en contra de los «que nos quieren engañar, de los que hacen trampas» y «en favor de la libertad».

Porque el presidente del Gobierno, ha advertido, «no tiene límites», su partido no ha sido capaz «de ponerle freno» y tendrán que hacerlo los españoles porque el «sanchismo» seguirá haciendo «leyes irresponsables», «pactos indignos», «claudicaciones frente a populistas e independentistas» y engaños.

Feijóo ha pedido el voto para la «mayoría de españoles» que está «avergonzada» por la «imagen» que España ha dado en los últimos días y ha llamado a elegir: «entre violadores o víctimas, víctimas (…) entre Bildu y la dignidad, la dignidad; entre el PSOE y la calidad democrática, la calidad democrática; entre el sanchismo y España, España».

Además, ha vuelto a apelar directamente a los votantes de Ciudadanos, cuyo proyecto está ya en el «carril» del PP, a los de Vox, a los socialistas «avergonzados» y a los abstencionistas para que concentren su voto en el PP.

En una campaña marcada por las diferencias con Ayuso respecto a la ilegalización de EH Bildu o acerca de la propuesta de que gobierne la lista más votada, Feijóo ha reivindicado que «en el PP se opina, se habla, se debate libremente» porque no son una «secta» sino «un equipo» y «por eso se habla claramente».

«No sé en qué siglo piensan que estamos, porque en el siglo XXI una mujer piensa por sí misma», ha afirmado Feijóo.

Además, ante sus múltiples lapsus con el nombre de las ciudades que ha visitado, comunes en varios mítines, Feijóo ha bromeado al señalar que le gustaría no saber dónde se acuesta o no saber dónde está y ha afeado que la gente no tenga «sentido del humor».

El líder del PP ha culminado de esta forma una campaña electoral clave, que el PP considera un primer paso hacia las generales, y cuyo resultado permitirá medir la dependencia de este partido respecto a Vox, una formación que según los sondeos será determinante para arrebatar poder territorial al PSOE.