Por primera vez en la historia democrática, el partido heredero de la ilegalizada Batasuna tendrá grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados. EH Bildu se registró ayer a través de un escrito en la Cámara Baja para constituirse como grupo propio bajo el nombre de «Euskal Herria Bildu». Podrá optar a este beneficio político y económico a pesar de no sumar 15 diputados tras el 10-N, ni el 5 por ciento de los votos nacionales. Lo logra, al superar el umbral del 15 por ciento del voto en las cuatro circunscripciones en las que se presentó en las pasadas elecciones generales.
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Si como se prevé la mesa del Congreso acepta la solicitud, el partido abertzale gozará de importante representación política y económica, pues recibirá de las arcas del Estado hasta 448.522,68 euros al año, justo diez años después del último asesinato de ETA y ocho años después de que la banda anunciara el cese definitivo de su actividad armada.
Según el régimen económico de los diputados y en aplicación al artículo 28 del reglamento del Congreso –que fue actualizado en la XIII Legislatura– el partido de Arnaldo Otegi podrá recibir subvenciones de hasta 348.312,48 euros al año como cuantía fija y también dispondrá de una dotación especial por número de diputados que ascendería hasta los 100.210,2 euros anuales por sus cinco escaños obtenidos en las urnas: un total de 448.522,68 euros al año, que, si la XIV Legislatura transcurre con normalidad, aumentaría hasta 1.794.090,72 euros en los cuatro años. Así, cada año, cada sillón abertzale costará 89.704,536 euros a los españoles en un año, 358.818,144 en cuatro.
Tener grupo parlamentario propio era una de las pretensiones principales de Bildu en esta Legislatura para así alzarse a su objetivo de conseguir su completa autonomía en el Congreso y poder extrapolar al Parlamento español su lucha por la autodeterminación y a favor de los presos etarras que ya han puesto en práctica en el Parlamento Vasco la semana pasada, con la aprobación del «derecho a decidir». Y es que el grupo parlamentario otorga una mayor intervención política en la Cámara Baja, pues tendrán en su mano la posibilidad de presentar proposiciones de ley, proposiciones no de ley y de enmendar proyectos de ley del Gobierno. Otra de las ventajas políticas es la de asegurarse representación en todas las comisiones parlamentarias, al igual que en la Diputación Permanente. Gozarán de altavoz mediático permanente en el Congreso al tener voz propia en la Junta de Portavoces. Por tanto, su portavoz, Mertxe Aizpurua y su adjunto, Oskar Matute podrán ofrecer después una rueda de prensa tras la reunión de los martes. En todos los debates intervendrán junto al resto de grupos y en las sesiones de control se aseguran, al menos, la oportunidad de lanzar una pregunta al Gobierno todas las semanas.
La implantación abertzale en los últimos años no ha hecho más que crecer en el Congreso. Si en 2016, el partido solo obtuvo dos escaños; uno por Guipúzcoa y otro por Vizcaya –al igual que en el 2015– el pasado 28-A llegó a alcanzar cuatro escaños; dos por Guipúzcoa, uno por Álava y otro por Vizcaya. Tras el 10-N se alza con cinco diputados, sumando uno en Navarra. En el Senado, sin embargo, el partido posee solo un senador, al igual que en la Legislatura fallida. En las elecciones de 2015 no obtuvo representación y fue Amaiur el que en el 2011 logró tres senadores.
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Al ser, Mertxe Aizpurua parte de la junta de portavoces también verá aumentado su sueldo. Recibirá un total de 7.733,19 euros mensuales, donde a su sueldo como diputada y «plus» por desplazo, se le suma la designación que otorga ser portavoz de grupo, esto es, gastos de representación y de libre disposición. El sueldo de su portavoz adjunto, es muy similar al de la portavoz de grupo, 7.114,72 euros mensuales.
