“Me vino a ver Pablo Casado. Me lo expuso. Todo lo que pedí se me dio”. Así ha explicado Josep Bou este miércoles cómo acepto el reto de convertirse en candidato “independiente” del PP a la alcaldía de Barcelona. Bou es presidente de Empresaris per Catalunya, asociación que combate el independentismo. El flamante alcaldable ha comparecido para confirmar que es el elegido por Casado y lo ha hecho junto al monumento que recuerda a las víctimas del atentado de ETA en Hipercor, situado al lado de la Meridiana, a unos cientos de metros del centro comercial en el que una bomba colocada por la banda terrorista mató a 21 personas en junio de 1987.
Bou, cuya elección avanzó este diario, ha dejado claro cuál es su propósito central: combatir el separatismo. “Yo no soy político, soy empresario”, ha dicho varias veces. Ha subrayado su carácter de candidato independiente en una lista del PP y ha precisado que se acompañará de gente en su mayoría también independiente. Ha quedado bastante claro que los populares barceloneses han tenido poco qué ver con la elección del sucesor de Alberto Fernández Díaz. Ni él ni los otros dos concejales del PP en el consistorio han acudido a un acto en el que no se ha visto tampoco a ningún miembro destacado del partido. El popular más conocido en el acto era el exdiputado en el Parlament y tertuliano Joan López Alegre, que incluso ha actuado como presentador.
Sin las siglas del PP
Los carteles que presidían el acto, algunos fijos y algunos portados por partidarios de Bou, no incluían las siglas del PP. Tampoco es una novedad. Recientemente, Xavier Garcia Albiol presentó su campaña para las municipales con un cartel en el que no hay rastro de su partido. Y en las filas rivales, el propio Ernest Maragall presentó la suya con una convocatoria en la que ERC no aparecía. Signos de una campaña municipal especialmente peculiar.
En el caso de Bou, se han visto carteles con lemas en catalán y en castellano. Curiosamente, distintos: Barcelona será mejor y ‘Barcelona serà de tots’. Entre los que portaban los partidarios uno rezaba: ‘Barcelona no es Eslovenia. Es España’. En otro aparecía la foto del presidente de la Generalitat, Quim Torra, con Arnaldo Otegi, y en otro se contraponía una foto de Ada Colau junto a la frase ‘Apoyar a los ocupas’ con otra de una familia paseando alegre junto al lema ‘Defender la ley’.
Prioridades
Bou ha explicado que para él los problemas principales de la ciudad son, por este orden, la lucha contra el separatismo, el empleo y la vivienda. El empresario ha admitido que sabe poco de las cuestiones municipales, aunque ha recordado que de niño vivió en Nou Barris y conoce muy bien la zona: “Recuerdo jugar a pelota en calles que no estaban asfaltadas, he visto recoger basura en carro llevado por un burro. Era una Barcelona feliz y pequeña”.
De la Barcelona actual ha asegurado que crece incluso con una alcaldesa como Colau, de la que ha dicho que es “cómplice del separatismo y de la anarquía populista”.
Sobre la posibilidad de que acabe presentándose junto con Manuel Valls, ha asegurado que no descarta nada, que no ha hablado con él. Pero ha dicho que mejor ir por separado y llegado el caso beneficiarse mutuamente, es decir, que el que quede por detrás ayude al otro a lograr la alcaldía. Bou ve en Valls un candidato de centroizquierda y a sí mismo como uno de centroderecha. La derecha, ha dicho, es VOX. Un partido que no le preocupa en absoluto: “Lo que me preocupa es la foto de Torra con Otegi”.
Más hoteles
Pese a aceptar que le queda mucho por conocer del funcionamiento de la ciudad, ha avanzado su posición en algunos temas. Por ejemplo, ha dejado claro que si lograra gobernar acabaría con el freno actual a la construcción de plazas hoteleras: “Nunca más puede pasar que once proyectos hoteleros se vayan de la ciudad”. Ha admitido que no sabe cuánto vale el billete del autobús ni el del metro: “No los utilizo. Pero esto no es importante”.
