Inicio Actualidad CATALUÑA 2030: UN VIAJE AL FUTURO

CATALUÑA 2030: UN VIAJE AL FUTURO

BD.- Cataluña ha llegado al año 2030. Bueno, al 2030 en el antiguo calendario occidental en uso hasta la independencia de este ex territorio del opresor Estado Español. Ahora, nadie sabe a ciencia cierta en qué año vive, menos aún el mes o el día, ya que están en vigencia una serie de calendarios que corresponden a la nueva realidad del país. La multiplicidad cultural y étnica de la nueva Cataluña se ve reflejada en una diversidad de calendarios, que si bien crea cierta confusión en el ciudadano de a pie, no deja de ser una seña de la nueva identidad que se reclama como otro tanto “fet diferencial” que marca la distancia con la vecina España, todavía apegada a su rancia y casposa tradición enemiga del progreso y la innovación.

Fiel a su trayectoria, la nueva Cataluña ha nacido de la fructífera unión de su acendrado vanguardismo y su inquebrantable vocación de progreso. El producto de tan fecundo himeneo está a la vista, y cómo diría un castizo, perdón, un “catalá de la seba”, “no la reconeix ni la mare que la va parir”. A decir verdad, ni la madre, ni el padre (real o putativo), ni la partera. Algunos descontentos dicen en voz baja que nunca un aborto hubiera sido tan oportuno, o cuanto menos el uso de un condón bien puesto. (Pero estos sediciosos están bajo control y no les pierde ojo la policía).

El destino reservado a Cataluña, tan repetidamente anunciado y descrito sin matices ni medias tintas en AD dos décadas antes por la pluma corrosiva de El Barón Dandy y su tinta de odio se ha cumplido en buena hora. La pretendida “Suiza del Mediterráneo” de las ínfulas descabelladas de algunos nacionalistas de la vieja escuela se ha convertido en el Marruecos del sur de Europa. Si Marsella se ha ganado merecidamente el nombre de Nueva Argel, Barcelona hace honor a su apelación de Nueva Casablanca.

El nuevo Estado celebra los primeros 5 años de su independencia. Algunas cosas han cambiado, claro, desde los días sombríos de la opresión y el expolio fiscal español. Barcelona, fiel a su vocación multicultural y progresista se ha ganado su fama de Ciudad abierta al Otro. Sigue siendo también una ciudad abierta del orto, “gay friendly”, pero eso ya no se proclama con la misma alegría y ligereza que antes, ya que la venturosa multiculturalidad conlleva algunas contradicciones con las que debe convivir la “diversidad”. En efecto, la legión del ejército LGBT (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales) ha visto sus incontables efectivos mermados debido a las restricciones impuestas por las autoridades musulmanas, que gobiernan en coalición el ayuntamiento de la ciudad (antaño el Edén de la Sodomía), y que controlan algunas zonas del Vallés, del Maresme, del Ampurdán y de otras comarcas. Cerca de 300.000 putos, sarasas, pansexuales y demás gentes de sexualidad indefinida o no catalogada de toda Cataluña han emigrado a Madrid y Cádiz en busca de algo de seguridad para sus personas y de garantía para el libre albedrío de sus esfínteres. El madrileño barrio de Chueca se ha convertido en Xueca, la Pequeña Barcelona.

Pero la pérdida de diversidad debida a este éxodo rosa, es ampliamente compensado por una gama humana difícilmente superable. Pues el proyecto de la Nueva Cataluña se ha cumplido, largamente edificado por generaciones de catalanes conscientes de su misión histórica. El sueño de la Cataluña plural y diversa, orgullo de locales y envidia de foráneos, es hoy un modelo en su género para el mundo. Con los ladrillos de todos los “nous catalans”, los “nouvinguts” y los “nous ciudatans” y el cemento de la fraternidad y la tolerancia, se ha levantado una Torre de Babel como pocas en el resto del planeta, la Cataluña mestiza, universal y cósmica que vislumbraron los precursores y los pioneros del Gran Cambio.

Ayer empezó la fiesta mayor de Barcelona, las Fiestas de la Ciudadana de la Merced (antes Virgen de la Merced) y todavía resuenan en el aire denso y pringoso de los olores de los puestos de fritangas andinocaribeñas, los restaurantes chinos y los kebabs pakistaníes y turcos de la Plaza San Jaume, abarrotada de chiringuitos de comida hasta la puerta del Ayuntamiento y la de la Generalitat, los ecos del discurso dado en esta ocasión por el regidor municipal Ferrá Abdelkader i Puigbadaló (asistido por su teniente de alcalde Folymamatú Amranne Ngemba):

(Traducción castellana del pregón)

¡BARCELONA PUEDE Y DEBE!

“¡Enhorabuena, ciudadanos y ciudadanas de Barcelona! ¡Albricias! Es tiempo de gozo y regocijo para el pueblo todo de Barcelona, “Ciutat mediterrànea”, “Lloc de trobada ” y “Cruïlla de cultures”.

Después de ingentes esfuerzos y un denodado empeño que ninguna adversidad ha logrado vencer, por fin podemos considerar a Barcelona MAGNA CIUDAD MULTICULTURAL Y MULTIRRACIAL. Ya hemos felizmente traspasado el umbral del 40% de población tiznada en sus distintas variedades cobriza, parda, retinta y amarilla: tenemos ya la alegría de contar en nuestro querido y ufano “archivo de tolerancia” a 700.000 cabezas de las más diversas razas y nacionalidades, una heterogénea paleta de colores y tonalidades que nos llena de satisfacción: Chinatown, la cashbah de Tánger, Soweto, pronto las callampas Medellin y casi los suburbios de Karachi, tal vez el Bronx… Todo esto y más se unen en armonía y “buen rollo” para hacer la Barcelona tercermundista y bananera que siempre hemos soñado las personas de bien y que nos merecemos sobradamente. ¡Gracias a todos los que han hecho posible esta única y bella “performance”! Queríamos un Barcino magrebí, africano, chino, cholo, indostano y romaní y lo hemos conseguido. ¡Ahora seremos felices de verdad! Unos por activa y otros por pasiva, todos hemos contribuido a este logro colectivo que nos honra como demócratas sin pecado concebido y ciudadanos bien peinados. Este singular éxito nos engrandece ante la Historia y nos encumbra ante la Humanidad entera que no puede menos que rendirse a la admiración merecida y a la sana envidia de nuestro benemérito ejemplo que iluminará los siglos venideros con su genuino resplandor y asombrará positivamente a las generaciones futuras. ¡Barcelona siempre a la vanguardia!

Algunos maledicentes enemigos de nuestra dulce y ufana patria y de sus entusiasmantes realidades dicen que Barcelona hiede, que nuestra amada casa huele a mierda, a mierda de negros, de gitanos, de moros y de sudacas. Hagamos oídos sordos a estas vanas y odiosas palabras fruto de la eterna envidia carpetovetónica de nuestros malos vecinos. Nosotros les decimos que éste es el olor de la fraternidad, de la convivencia, de la tolerancia, de la solidaridad, de la diversidad, de la multicultura: el aroma de nuestros sueños por fin hechos realidad palpable, y sobre todo odorable. Algún día el mundo entero olerá así. Ese futuro ya es nuestro presente. ¡Tenemos lo que nos merecemos!

Pero no debemos dormirnos sobre los legítimos laureles de esta merecida gloria con ahínco perseguida y dichosamente alcanzada. Juntos podemos y debemos seguir acogiendo más inmigrantes de todos los continentes del mundo mundial y del orbe orbital, para llegar pronto a la ansiada paridad 50% autóctonos 50% extranjeros, pero sin renunciar al sueño de alcanzar cuanto antes posible una abrumadora mayoría de inmigrantes en este nuevo Edén multicolor. ¡No renunciemos a las utopías! ¡Otro mundo es posible y lo estamos haciendo!

Queremos más cantidad, si, pero sin renunciar a la variedad. Pues nos faltan aún esquimales, papúes, tibetanos, jíbaros, bosquimanos, patagones,tártaros, apaches, pigmeos, tuaregs, lapones, uzbekistanos, aborígenes australoides… y cien etnias más. ¡Completemos la magnífica colección! ¡Podemos y debemos hacerlo! ¡Nos lo merecemos! ¡Por nuestros hijos! ¡Barcelona puede y debe! ”Força i endavant!”

Fin del pregón.

Todas las instancias de poder y los organismos y entidades de gobierno, nacional, comarcal, local, son el vivo testimonio del triunfo de la multicultura. El President de la Generalitat se llama Ignasí González i Amazzal (de padre “altre catalán” y madre bereber “nouvinguda”). Pronuncia varios discursos de fin de año, uno por cada calendario actualmente vigente, en diciembre, en mayo, en abril, en agosto, en septiembre… Cataluña se ha liberado de la servidumbre de un tiempo regulado según la caduca visión antigua, católica y eurocéntrica. El President del Parlament se llama Elmer Washington Saravia, ex ministro de Grupos Culturales y Maras en el primer gobierno de la Independencia. Cada sesión parlamentaria se inicia con una ofrenda a la Pachamama y un trago de chicha elaborada con su propia saliva bolivariana. Se lleva su gallo favorito a las sesiones.

La presidencia de la Casa del Poble dura dos meses. Se van turnando los distintos grupos de la diversidad. Cuando le toque el turno al representante de la comunidad papú, los representantes del pueblo catalán deberán tocarle el cuerno peneano (una calabaza hueca sobre el miembro viril) en señal de homenaje al espíritu de sus ancestros. En respeto por las tradiciones de Nueva Guinea, podrá comer cerdo asado en los debates y defecar en el salón de plenos, detrás de un biombo de diseño con motivos de Miró. El conseller de Ecología Sostenible, haciendo gala de la proverbial eficiencia catalana y su sentido del ahorro, ha dispuesto el aprovechamiento de las deposiciones para abonar los jardines municipales (que cuentan desde entonces con las orquídeas y hortensias más lustrosas de Europa occidental). Con el representante bengalí no hay ese problema: éste se bebe su propia orina. Para explicarnos la importancia de crear “un ámbito de convivencia basado en el entendimiento mutuo, en el respeto de tales costumbres y la trascendencia iniciática de las mismas en el marco de la pluralidad cultural y el empoderamiento humano sostenible de la sociedad diversa”, la Generalitat cuenta con un equipo de asesores liderados por la antropóloga argentina Cecila Patricia Schoeklender i Weizman y el conseller de Culturas y Multicultura Jordi Emerson Frijoles i Julivert, otro ejemplo de mestizaje logrado.

Los idiomas oficiales de la nueva Cataluña son el catalán, el árabe, el amazigh, el urdú, el chino mandarín, el mandinga, el romaní, el quechua, el penjabí, el occitano, el guaraní, el lunfardo, el lenguaje SMS… El idioma español ha sido declarado idioma non grato por su pasado franquista y colonialista.

Si bien Cataluña ha cortado los puentes con España, ha heredado de ella por lo menos el fantástico ideal de la Alianza de Civilizaciones (según Omnium Multicultural –antes Onmium Cultural- el tal Zapatero se llamaría en realidad Sabater y era de rancia estirpe catalana. Un antepasado suyo llegó a León en 1878 para abrir un negocio de venta de calzoncillos de las fábricas de Reus). Pues la realidad es que, aunque el proyecto multicultural se ha hecho carne en el nuevo Estado, la impronta musulmana es predominante en el abierto abanico de la diversidad, y ese dato ineludible ha privilegiado el diálogo con el islam y le asegurado un lugar especial. De norte a sur y de este a oeste de Cataluña, elevan triunfantes sus minaretes al cielo más de 3.000 mezquitas y oratorios. La población mahometana sube a 1.500.000 miembros, de todas las nacionalidades y etnias: marroquíes, argelinos, chechenos, mauritanos, somalíes, pakistaníes, turcos, kurdos, cachemires, malianos…

Los gobernantes de Cataluña han tenido que derrochar ingenio y “savoir faire” para acomodar a esta exigente y conflictiva (pero enriquecedora) comunidad, en expansión constante en el proyecto nacional catalán. El tradicional genio catalán, con su singular vocación de diálogo y su notorio talante pactista, ha encontrado puntos de encuentro con la tradicional costumbre del regateo de los pueblos orientales y su habilidad legendaria para el mercadeo. Como muestra de buena voluntad, la antigua plaza de toros Monumental de Barcelona (inactiva desde la feliz medida que puso fin a la llamada “Fiesta Nacional” española en estas tierras), le ha sido donada a perpetuidad a la comunidad musulmana para que en ella celebre las fiestas del calendario islámico. Para tal propósito se ha llevado a cabo el acondicionamiento del edificio en un complejo de dependencias adecuadas a las exigencias del culto (un proyecto multimillonario financiado por Arabia Saudita). Así, el degüello de las miles de ovejas del Ait-el-Fitr y la Fiesta del Cordero pueden llevarse a cabo sin los repetidos atascos de las alcantarillas de épocas pasadas y otros inconvenientes debidos a la falta de espacio para masivas reuniones. Debido a las diferencias entre suníes y los seguidores de Alí, estos últimos no pueden conmemorar la Ashura en el reciclado recinto, pero el ayuntamiento capitalino les cede para esas fechas la Plaza de Cataluña (adecuadamente habilitada y vallada para el evento), para que los chiítas de la ciudad puedan dar rienda suelta a su fe con todo el derramamiento de sangre que la devoción de los fieles consideren adecuada.

El barrio del Raval (apodado Ravalistán o Ravalpindi) ha sido definitivamente colonizado y se ha convertido en el Pequeño Pakistán, reproducción fidedigna de los arrabales de Islamabad. Hace poco un equipo de Animal Planet estuvo realizando un documental sobre las ratas más grandes del hemisferio norte, una variedad que prospera en estas calles (de 5 a 7 kilos). Otro Récord Guiness para Cataluña.

En gran medida, el deseo muchas veces expresado por visionarios nacionalistas, incomprendidos y denostados en su día, con la acertada fórmula “Abans moros que espanyols” se ha materializado. El turbante que asomaba por debajo de muchas barretinas ya se exhibe triunfalmente bajo los cielos límpidos de la Nueva Cataluña. Es la unión del laborioso burro catalán con el sobrio camello árabe unidos en “pau i germanor” contra el violento y tenebroso toro mesetario: la alianza de la babucha y la “espardenya”.

Además la colaboración musulmana en el proceso que ha llevado a Cataluña a la secesión ha sido decisiva. Los musulmanes han apoyado como un sólo hombre aquello que sus líderes les señalaron en el momento preciso. Como pago por esta inestimable ayuda, los musulmanes se han visto recompensados con la promesa cumplida del premio acordado por tal respaldo. Por toda Cataluña, empezando por las grandes ciudades, algunos barrios han sido puestos bajo administración musulmana (paralela a la oficial), habiéndose convertido en zonas “sharia compatible”, con autonomía en materia de orden público, seguridad y justicia. Otras zonas clasificadas como mixtas son controladas conjuntamente con la administración central, y el concurso de un cuerpo policial compuesto por agentes de ambas juridicciones, catalanes y moros. La administración de la justicia en esos territorios se lleva a cabo de manera ejemplar, rápida y eficaz. Próximamente llegará de Irán la primera máquina para amputar miembros de condenados. Hasta ahora las amputaciones legales eran ejecutadas por verdugos experimentados de Sudán, Somalía y Arabia Saudita.

Para las autoridades islámicas, y en razón de que Qatar ya es dueña de grandes extensiones de territorio catalán y de las mayores empresas del país, Cataluña ha pasado a llamarse Emiratos Unidos de Qataruña, y está formada por el Emirato de Lárida, el Emirato de Turtusha, el Emirato de Jiruna, el Emirato de Barsilona y el Emirato de Tarajuna.

La comunidad musulmana goza de ciertos privilegios, pues el régimen de la multicultura no es un “café para todos” que igualaría lo que es y está destinado a permanecer distinto. Los musulmanes no son una comunidad como las demás, y no podían estar tratados con el mismo rasero que el resto de colectivos. En primer lugar, porque los musulmanes no son unos recién llegados sin lazos históricos con Cataluña. Eminentes historiadores catalanes han demostrado que la presencia islámica en Cataluña no fue menor en importancia y trascendencia a la de otros territorios peninsulares, y que incluso en alguna época la mayoría de la población catalana fue musulmana. Lo que significaría que la gran mayoría de los catalanes tiene antepesados moros. Con la ayuda de investigadores dedicados y competentes, algunas señaladas familias de la élite nacional han hecho remontar sus orígenes hasta Arabia Saudí, Bagdad o Damasco. La honorable familia Pujol, de gran relevancia en los anales patrios, ha entroncado de esa manera con el mismísimo Profeta por vía materna. De hecho, el patriarca del clan (fallecido dramáticamante, en circunstancias nunca aclaradas, antes de presentarse a juicio: se lo encontró ahorcado debajo de un puente con los gayumbos puestos del revés) se llamaba Jordi Pujol i Soley, y era descendiente de moriscos refugiados en Francia: Soley = Suleiman). Varios de los miembros de la tribu se han convertido a la fe mahometana y se hacen llamar Al-Buyyol desde entonces, lo que ha facilitado la expansión de sus negocios con los países del Golfo y llegar a ocupar la dirección catalana del Banco Qatarí del Exterior. Como Qatar ha comprado el Principado de Andorra, y la Guardia Civil ya no controla el paso al valle andorrano, El-Oriol Al-Buyyol ya hace tiempo que no tiene necesidad de llevar sus ahorros escondidos en una mochila por esos montes.

En el capítulo de los intercambios comerciales y las relaciones financieras entre las monarquías petroleras y Cataluña, cabe destacar que el Barça, la joya de la nación catalana, ha sido adquirida al 100% por Qatar (el escudo ha sido redibujado: se ha eliminado la cruz y se la ha cambiado por un creciente), los Emiratos Árabes Unidos han comprado el puerto de Barcelona y el Corte Inglés, Arabia Saudita ha financiado la terminación de la Sagrada Familia, ahora convertida en la Gran Mezquita de los Països Catalans.

La fisionomía de Barcelona ha cambiado sensiblemente. La réplica de la nave que llevó a Cristobal Colón hace lustros que desapareció de los muelles del puerto. La insolente estatua del genovés que todavía se erguía como una afrenta al sentir democrático y pacifista del pueblo catalán no podía más que seguir ese camino. Se dudó durante un tiempo del destino de la estatua debido a las dudas acerca de la catalanidad del navegante. Mientras se consideró de manera positiva la vida y obra de Colón éste fue elevado a la categoría de Catalán Universal. Pero los aires cambiaron un día de dirección, como resultado de la campaña en su contra liderada por las comunidades amerindias de Cataluña y se llegó oficialmente a la conclusión de que el iniciador del expolio de los pueblos indígenas de América no podía ser un catalán con “seny”. Se desechó definitivamente la posibilidad de que pudiera ser considerado un hijo ilustre de esta nación amante de las culturas y modelo de tolerancia. Fue declarado Primer Genocida de las Américas y persona non grata. La ministra de Recuperación de la Memoria Catalana Antiimperialista Laía Puigdellivol y Wu, declaró en esa ocasión: “Aquest home era dolent i va fer molt de mal al pobles natius de America que forman ara la nación catalana. Colón fa fàstic. Fora !”.

Al quedar oficialmente desprovisto de su discutida filiación catalana y ser plenamente identificado con el imperialismo español, Colón ha cedido el sitio a Tupac Amaru, símbolo de la libertad de los pueblos nativos del Nuevo Mundo. Enterado de su próxima demolición, un casino de Las Vegas ha decido comprar la estatua de Colón, antes de que esta terminara en un desguace o entregado como chatarra a la numerosa comunidad zíngara de Badalona.

En la misma línea, se ha eliminado del callejero de toda la geografía catalana toda referencia a España y a los españoles, tanto personajes históricos como científicos y escritores. Y es que la Nueva Cataluña ha llevado a cabo una campaña antiespañolista que ha borrado toda huella del pasado español de Cataluña. El castellano ha sido proscrito de la administración y de todo ámbito público. La población que decidió seguir siendo española a la proclamación de independencia, se le ha permitido permanecer en Cataluña como extranjeros con derechos limitados. Muchos refractarios al nuevo orden han decidido volver a España. Al remanente se les ha asignado unas áreas donde puedan hablar entre ellos su idioma libremente y hacer sus procesiones de Semana Santa a la manera de Andalucía, Murcia o Extremadura y celebrar sus festividades étnicas sin contaminar la pureza de las celebraciones catalanas. La Fiesta del Pilar, antiguamente Día de la Hispanidad, ha sido convertida en la Semana de Cafrelandia.

La religión católica ha sufrido una sensible pérdida de su rebaño, debido a las numerosas conversiones y apostasías de la grey catalana. Algunos obispos catalanes sencillamente han cambiado de hábitos y ahora son imanes, respondiendo con ese oportuno gesto a la demanda cada vez más clamorosa de “Volem imans catalans” de un pueblo que parece haber encontrado por fin la senda de su verdadera vocación, el reencuentro con su auténtica identidad. La Moreneta, patrona de Cataluña sigue siendo objeto de veneración, siempre más política que verdaderamente religiosa, hay que decirlo en honor a la verdad. Pero el cambio también ha llegado hasta ahí. Tras largos estudios e intensos debates se ha descubierto que la Moreneta no debía su nombre ni su color a fenómeno alguno de envejecimiento de la talla o al ennegrecimiento por el humo de las velas, sino simplemente porque es la representación de una africana, una negra del Monomotapa llegada antiguamente a estas tierras como la promesa de su certero provenir oscuro. Ahora se la llama la Virgen Banyamulengue, nombre mejor adecuado a la nueva realidad de Cataluña. Una realidad que refrenda la gran verdad que figura en el frontispicio del Parlament y en los corazones de los catalanes del tercer milenio: “Catalunya es més que una nación, es el món”.