Una mujer británica que en 2018 se sometió a una operación de cambio de sexo dice que hay muchas personas en igual situación que desearían no haberlo hecho.
“Sentí que tenía que ayudar a las personas que quieren destransición. Sentí que tenía que hacer algo para ayudar a la gente”, señala en una entrevista a Sky News.
Charlie Evans, de 28 años, nació mujer pero se identificó como hombre durante casi 10 años antes de la detransición.
Comenta que el número de jóvenes trans que se arrepienten y desean dar marcha atrás es muy elevado, si bien lamenta que estos casos apenas son recogidos por los medios de comunicación. «Se trata de evitar que los que están decididos a cambiar de sexo cambien de opinión», dice.
En la actualidad no se ofrecen datos que reflejen el número de personas que están descontentas con su nuevo género o que quieren optar por la transición a su sexo biológico.
Charlie decidió abandonar su transición y hacerla pública el año pasado. Luego de dar el paso, muchas personas contactaron con ella al hallarse en una situación similar a la suya.
“Estoy en comunicación con cientos de personas que se han sometido a una cirugía de reasignación de género completa y que desearían no haberlo hecho; su disforia no se ha aliviado, no se sienten mejor”, avisa. Solo en el área de Newscastle contabiliza 30 casos de trans que quieren dar marcha atrás.
La mayoría de las víctimas tienen alrededor de 20 años, son en su mayoría mujeres atraídas por su mismo sexo, y a menudo también autistas.
Recuerda el caso de una joven con barba que la abrazó después de dar una conferencia. Se trataba de una mujer destransicionada. “Dijo que se sentía rechazada por la comunidad LGBT por ser una traidora. Así que sentí que tenía que hacer algo”.
Charlie ha creado una organización benéfica llamada The Detransition Advocacy Network para ayudar a estas personas. Su primera reunión se celebrará en Manchester a fines de mes.
Otro testimonio recogido por Sky News fue el de Ruby. Tiene ahora 21 años pero comenzó a identificarse como hombre a los 13. Luego de tomar testosterona, su voz se hizo mucho más profunda, le creció vello facial y su cuerpo cambió.
Este verano estaba planeando una cirugía para extirpar sus senos. Pero en mayo Ruby comenzó a tener dudas acerca de su decisión y finalmente dejó la testosterona y la transición médica.
«Pensé que lo mejor era trabajar para cambiar lo que sentía acerca de mí misma que cambiar mi cuerpo. He visto similitudes en la forma en que experimento la disforia de género, y también en la forma en que experimento otros problemas de imagen corporal”, subraya.
Ruby explica que también ha sufrido trastornos alimenticios, y lamenta no haberse sido informada de estos cambios durante las sesiones de terapia que tuvo cuando acudió a los servicios de identidad de género.
“Durante las terapias de sustitución hormonal, tuvimos una sesión sobre salud mental y allí conté mi trastorno alimentario. Nadie sugirió que pudiera estar relacionado con mi disforia de género», denuncia Ruby.
«Para todos los que tienen disforia de género, sean trans o no, quiero que haya más opciones que una simple cirugía. No creo que eso sea útil para nadie», añade.
Tavistock and Portman NHS Trust
Por otra parte, Tavistock and Portman NHS Trust ofrece servicios de identidad de género para niños menores de 18 años. Algunos pacientes tienen tan solo tres o cuatro años. Ahora atienden a un 3.200% más de pacientes que hace 10 años, con un aumento de un 5.337% en el caso de las niñas.
En un comunicado, un portavoz dijo: “Las decisiones sobre las intervenciones físicas se toman después de un proceso de exploración minucioso. Si bien algunos de nuestros pacientes pueden decidir no seguir un tratamiento físico o abandonar el tratamiento, se trata de casos minoritarios».
Algunos expertos reclaman más investigación y más discusión antes de tratar a las personas con disforia de género, y defienden que se les ofrezcan otras opciones distintas a la transición de género.
