Inicio Actualidad Cinco reflexiones y una urgencia, por Francisco Sierra

Cinco reflexiones y una urgencia, por Francisco Sierra

Sábado de reflexión. Los españoles tenemos hoy que reflexionar. Reflexionemos. Los que podamos, porque hay millones de votantes que no lo harán por un inmovilismo ideológico que les incapacita para la crítica de los suyos. Los que dudamos, nos enfadamos, nos entusiasmamos, lo que cambiamos… entonces, reflexionemos.

Primera reflexión. Empiezo por decir que no entiendo la existencia todavía de un día para la reflexión. En un mundo interconectado con decenas de radios, televisiones y diarios digitales emitiendo y publicando las 24 horas y con unas redes sociales donde nadie pone coto a ningún tipo de información, opinión o insulto, tenemos una legislación electoral que evoca los años previos a la imprenta de Gutenberg. 

Su origen está en los primeros años de democracia y tenía un fondo paternalista de crear un cortafuegos que alejara el día del voto del bullicio y tensión de esas campañas que se basaban sobre todo en mítines. No olviden que las radios privadas estaban empezando a romper ataduras informativas con RNE, sólo había dos televisiones públicas y los periódicos eran solo de papel y publicaban noticias del día anterior. Los tiempos cambian y en la actualidad es imposible no seguir recibiendo, escuchando, leyendo informaciones electorales en un día de reflexión.

Segunda reflexión. No es el único anacronismo que persiste, está también el de la prohibición desde el lunes previo a la cita electoral de publicar encuestas. Otro imposible. La proliferación de sondeos y análisis donde los partidos son identificados por una colorista y simpática versión hortofrutícola y el hecho de decir que son productos importados de Andorra para evitar la ley, hacen que de nuevo la norma haya quedado obsoleta. Además, la prohibición es solo de publicar, no la de poder hacer encuestas diarias para uso privado de los propios partidos políticos que, pobrecitos ellos, son incapaces de impedir que los datos más interesantes para sus objetivos se filtren a redes o a medios o cualquier tertuliano que se pueda hacer eco. 

Tercera reflexión. Estamos ante unas elecciones locales y autonómicas muy especiales porque en diciembre tenemos elecciones generales. Algo que ha marcado toda la campaña. Exceptuando algunas comunidades, la mayoría de los españoles se encuentran con la primera cita electoral desde que Pedro Sánchez llegara a la presidencia de España. En este tiempo ha pasado de todo: pandemias, volcanes, guerra en Ucrania y una gran crisis económica. En la vida política hemos tenido el primer gobierno de coalición y además sustentado en el modelo Frankenstein con pactos con independentistas a cambio de indultos y más regalos.

«Lo primero que se tiene que hacer de forma urgente y unánime tras el 28-M es cambiar la ley electoral para poner más controles de seguridad en el voto por correo y evitar sospechas»

Hemos tenido una oposición que, tras el auge y caída del ya olvidado Pablo Casado, ha visto llegar a otro gallego tranquilo a Génova. Un Feijóo al que van a exigir ganar nuevos feudos porque si no puede empezar a escuchar voces altas que llegan desde la Puerta del Sol. En estos cuatro años hemos visto que a los partidos que iban a cambiar la realidad, la realidad los ha cambiado a ellos. La posición de Ciudadanos está cercana al coma y grave parece también la de Podemos. Por contra, tenemos un Vox que no sube, pero que tampoco baja y que puede seguir decidiendo en muchos territorios. Y en junio tendremos a esa nueva plataforma, con aires de liderazgo peronista de Yolanda Díaz, llamada Sumar. Veremos cómo resulta el enésimo duelo fratricida de la izquierda de la izquierda que este 28 de mayo se presenta con sus marcas originales y distintas en cada territorio. Muy importante lo que ocurra con Vox y con los partidos que forman Sumar porque pueden decidir muchas alianzas de gobierno.

Cuarta reflexión. Aunque deberíamos reflexionar en clave local o autonómica será imposible que no nos afecte la movida nacional. Y será así por decisión del propio Pedro Sánchez que consciente de los muchos cadáveres políticos que escondía tras cuatro años de gobierno, decidió marcar él mismo día a día la campaña electoral con un chorro de dinero y de medidas ratificadas inmediatamente en el consejo de ministros posterior. Una campaña en la que muchos barones socialistas evitaron la foto con el hombre que indultó a condenados por sedición y que hasta derogó el delito por si lo repetían. Una campaña en la que se evitaba el foco en leyes desastre como la ley del solo sí es sí que rebajó la condena a más de mil depredadores sexuales, de los cuales un centenar están ya en la calle. Para Sánchez todo servía en precampaña para marcar el paso: desde Doñana al cine barato para mayores. Desde fondos para la salud mental a interraíles gratis para los jóvenes (y talluditos de hasta 30 años). Desde decenas y decenas de miles de viviendas sociales para alquiler a medidas de última hora contra la sequía. Y funcionaba. Tanto que Feijóo iba con la lengua fuera intentando compensar las promesas de la Moncloa.

Quinta reflexión. La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. De repente una campaña medida es enterrada en minutos por dos tormentas. La primera fue al conocerse la presencia de más de cuarenta condenados por terrorismo, incluidos siete por asesinato, en las listas de EH Bildu. El que ha sido socio y muleta fundamental de Sánchez en estos cuatro años se ha convertido en su gran úlcera electoral. Pese al estruendoso y generalizado rechazo, Sánchez no ha renegado de ellos y se ha negado a decir que no volverá a pactar con EH Bildu. La segunda tormenta ha sido más inesperada: la sucesión de denuncias de fraude electoral por compra de voto. Desde tramas organizadas e históricas como la de Coalición por Melilla, socio de gobierno de los socialistas, hasta la de los números 2 y 5 de las listas del PSOE de Mojácar, el paraíso vacacional de Sánchez y de Bolaños. O la de Albudeite, en Murcia, con la candidata socialista entre las detenidas. O la investigación que sigue abierta en la Gomera sobre el partido que dio el gobierno de Canarias a los socialistas. Tormentón que veremos que efectos causa.

Y una urgencia. El fraude de compra de votos por correo nos lleva a la urgencia de que lo primero que se tiene que hacer de forma urgente y unánime tras el 28-M es cambiar la ley electoral para poner más controles de seguridad en el voto por correo y evitar sospechas. Visto el alto voltaje de esta campaña podemos imaginarnos la que se avecina con las generales.

Debemos tener algo muy claro. Todos. Políticos, partidos y ciudadanos. Los votos son sagrados en la democracia. Son el máximo valor. Los votos no tienen precio y citando a don Antonio Machado, «sólo los necios confunden valor y precio».