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Cómo acabar con las manchas de lejía en la lavadora

La lejía es uno de los principales enemigos de la ropa. Basta un pequeño despiste para que una sola gota pueda arruinar una prenda para siempre. Una vez que el daño está hecho es muy difícil revertirlo, por lo que es imprescindible actuar rápido y tomar medidas. Desde La nueva España explican una forma muy sencilla y sin esfuerzo de poder eliminar estas manchas de lejía siguiendo los llamados «consejos de abuelas».

Manchar la ropa con lejía es mucho más normal y fácil de lo que podría parecer. Al final, al limpiar la casa puede ocurrir que alguna gota acabe cayendo sobre el tejido. En muchos hogares, este producto es un indispensable a la hora de desinfectar y hacer la limpieza. Aunque el olor de la lejía es muy fuerte y, para algunas personas, incluso desagradable, lo peor de este producto es la permanencia de sus manchas en la ropa.

En caso de que esto ocurra, estos son tres consejos para poder acabar con las manchas de lejía.

Cómo acabar con las manchas de lejía en la ropa

La primera forma de acabar con las manchas de lejía es mezclando un vaso de alcohol de 70 grados y una taza de vinagre blanco. Hay que verterlo de forma inmediata sobre la mancha y pasarle un paño suave, pero sin frotar. Después, hay que lavar la prenda en la lavadora a 30 grados. Es posible que, si la mancha es muy grande, sea necesario repetir varias veces el proceso, pero terminará solucionando el problema.

La segunda opción puede parecer sorprendente, pero es igual de efectiva. Solo hacen falta uno de estos dos productos que es probable que ya estén en casa: vodka o ginebra. Para que esto funcione es necesario que la prenda esté húmeda y la mancha no se haya absorbido del todo. En este caso hay que verter una cantidad grande de la bebida sobre la mancha y aplicarlo con un algodón. Igual que en la opción anterior, es importante no frotar; en vez de acabar con la mancha podría agrandarla.

Por último, el percarbonato sódico ayuda tanto a blanquear como a quitar las manchas de los tejidos. Este producto ecológico es posible encontrarlo en tiendas especializadas en el cuidado del hogar y solo cuesta unos pocos euros. Antes de aplicarlo hay que tratar la mancha de lejía con zumo de limón, dando siempre con un paño de algodón.

Tras esto hay que verter dos cucharadas de percarbonato sódico en el cesto de la lavadora. Si el tejido lo permite, lo ideal es empezar un ciclo de lavado a 40 grados. Si no lo hace, porque el tejido sea delicado, la mancha también desaparecerá fácilmente a 30 grados.

Limpiar la lavadora es esencial para que la ropa salga limpia

Ropa metida en la lavadora.
Ropa metida en la lavadora. Foto: Pixabay

De poco sirve emplear multitud de productos para lavar la ropa si la máquina no está limpia, ya que esto es esencial tanto para que quede bien como para que tenga buen olor. Lo recomendable, en concreto, es hacer una limpieza cada seis meses. Aunque puede parecer algo difícil, la realidad es que es una tarea bastante sencilla: solo hace falta una botella de dos litros de vinagre de vino, de manzana o de limpieza. Para empezar hay que verter el líquido entero, tanto en el tambor como en los cajetines dedicados al suavizante y al detergente.

Después de esto solo es necesario programar un ciclo de lavado medio y dejar que el vinagre actúe. El alimento conseguirá eliminar la cal, quitar el jabón que haya quedado de los lavados anteriores y, en general, desinfectar la lavadora. Algo bueno de esto es que no hará falta enjuagar la lavadora después, ya que lo hace el propio ciclo de lavado. Cuando acabe ya es posible meter las prendas y empezar a lavar sin problema.