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Cómo el castrismo se convirtió en el principal impulsor del racismo en Cuba

Gabriela Moreno.- En Cuba, a pesar de los pomposos discursos en los que reina la cuestión social como un foco de supuesta defensa por parte del castrismo, hay racismo. El punto está en que irónicamente esto lo generó la vocería comunista. Se originó en concreto a partir de la negación de la existencia del segregacionismo por parte del Estado cuando se relacione con este particular, así como la ausencia de políticas públicas para contrarrestarlo.

Y es que, tal cual como señaló Washington Post, “la falta de atención del régimen a la discriminación racial en el país es también un acto racista”. Sobre este patrón abundan las denuncias. Hoy incluso más, a 135 años de la abolición de la esclavitud en Cuba y luego de que Fidel Castro, posteriormente, al inicio de su era en 1959, engañara con sus propuestas de inclusión social que hablaban de erradicar un supuesto racismo empotrado en la isla, que vendió como un fenómeno que era cuestión del capitalismo y sus diferencias de clases.

El tiempo pasó y como suele suceder en los regímenes autoritarios, en Cuba falazmente se dio por superado el asunto, con intentos superfluos de evadir esta realidad. El castrismo intenta zafarse constantemente de ello, sobre todo con una de sus continuas estrategias históricas: tapar sus falencias con cifras. Por un lado, tiene 40 % de los 605 diputados de color en el parlamento, incluido su presidente. Asimismo, en el Consejo de Estado, la mayoría también lo son: 12 de 21 miembros.

Sin embargo, los números de esa representación en la cúpula de poder no significan que el racismo no exista en las calles, porque no hay idea más falsa y racista que mitificar a la revolución por visibilizar a los negros. Eso es solo un mantra con el que intenta subyugar a los afrodescendientes al colocarlos en un lugar de eterno agradecimiento y con el que ataca, a modo de chantaje, a quienes tienen la osadía de enfrentárseles.

De hecho, el tema se volvió una bandera ideológica, pero en número también se desmenuzan las mentiras. Por ejemplo, hoy los cubanos negros y mestizos son subrepresentados en la educación superior, ocupaciones de mejores ingresos, puestos de dirección, en empresas extranjeras o mixtas y en la emergente economía privada, según un reciente estudio de la sección cubana de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).

El balance derrumba a las seis décadas de supuesta “justicia social” del discurso castrista, cuando “el racismo está latente y escondido bajo la alfombra del régimen”, según Washington Post.

La data de educación superior de 2019 revela que solo 12 % de estudiantes de universidad son de piel negra. Un centro de estudios alemán hace dos años demostró que un margen similar, 11,5 % de cubanos negros declaró tener una cuenta bancaria, 70 % no se conecta a internet, 96,7 % no viaja al extranjero y 71,5 % no accede a remesas.

Turismo con discriminación

“El racismo en el turismo cubano no es un cuento. Existe. Es real. Es palpable. Toda la gráfica, la visualidad están contaminadas por ese discurso donde se asocia el lujo, el confort, lo paradisiaco con lo blanco”, aseguró Cubanet.

Las publicaciones en redes sociales de empresas cubanas relacionadas directamente con el turismo, como es el caso de Gaviota S.A —una de las más señaladas por sus prácticas racistas a pesar de estar administrada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias— evidencian la práctica.

Este año, la página oficial de Facebook de Gaviota S.A., así como la de Gaviota Tours, tan sólo ha usado en tres ocasiones modelos con tez mulata en sus promociones, contra más de un centenar de publicaciones donde aparecen hombres y mujeres de piel clara.

El 30 de mayo de 2021 se usó por primera vez una imagen con una modelo de tez oscura para celebrar el arribo a los 12000 seguidores. Dos meses después, el 30 de julio, apareció un cubano negro en compañía de dos mujeres y un hombre blanco en una publicación calificada como “excepcional”, porque “en los casos donde se representan escenas grupales jamás se recurre a una familia o grupo de amigos negros, y mucho menos se incluyen niños. Para Gaviota, la infancia feliz, la alegría juvenil y la amistad son asuntos exclusivos de blancos”.

La otra vez que volvió a aparecer la imagen de una persona negra fue el 5 de agosto, pero solo porque esta se mostraba en el extremo izquierdo de la fotografía dentro de un grupo de mujeres mayoritariamente blanco. Casi tuvo que transcurrir otro mes para que, el 30 de agosto, apareciera la imagen de un músico negro.

Castrismo con vergüenza

El castrismo tiene estándares estéticos. Este 5 de septiembre se comprobó cuando retiró una publicación un par de horas después de su divulgación de la página de Facebook de Gaviota S.A porque la modelo usada no respondía a una imagen dentro de estos porque se trataba de una mujer negra con el cabello recogido en una trenza. La fotografía intentó formar parte de la campaña “Seguros con Gaviota” implementada para atraer turismo en medio de la crisis sanitaria que atraviesa el país.

“Fue retirada de inmediato. Fue un escándalo. Llamaron de la presidencia para decirnos que estaba muy fea, que la tumbáramos ya” afirma el medio cubano.

De esa manera, el régimen comunista de la isla impone políticas discriminatorias, que contrastan, por ejemplo, con los spots publicitarios de República Dominicana donde estos se diseñan enfatizando lo autóctono. Cuba hace lo contrario y está más cerca del manejo comercial de México, donde hay «una negación constante de la realidad».

Una tendencia que explica la represión de las protestas del 11 de julio contra los que alzaron su voz “por libertad y patria” pero que fueron tachados de delincuentes y criminalizados porque es la manera “revolucionaria” de perpetuarse en el poder.