Sin dudas, los alimentos lácteos no son aptos para toda la gente. Hoy en día, la intolerancia o, así llamada, deficiencia es bastante común, una condición en la que el organismo humano no está listo para digerir libremente el azúcar que está en la leche y en otros alimentos. La intolerancia es habitual para la gente cuyo intestino no puede producir la cantidad normal de enzima lactasa, que es necesario para la digestión y absorción adecuados de la lactosa.
Esta enfermedad provoca la aparición del síndrome de malabsorción y mala digestión, lo que contribuye a la descomposición de proteínas, grasas, metabolismo de carbohidratos, pérdida de oligoelementos minerales y una violación del metabolismo de las vitaminas. Por eso se recomienda consumir los productos adecuados para la dieta, puede encontrar ofertas en la tienda Mercadona en rabato.com/es/mercadona.
¿Cuáles son los síntomas?
Desde luego, hay gente que puede beber leche sin diferentes dificultades, pero las cantidades de lo consumido no deben ser grandes. En lo que toca a las señales de intolerancia, pueden ser como muy leves, tanto hasta bastante graves, en dependencia de la cuantía de lactasa que se produce por las glándulas. En el caso, cuando la lactosa, que está no bien procesada por órganos digestivos, entra al intestino grueso, esto provoca molestias.
Los principales señales puede aparecer dentro de media hora o de las dos horas después de comer algo que contiene lactosa:
- gorgoteo en el estómago
- hinchazón
- dolor de estómago o cólicos
- diarrea
- gaseamiento excesivo,
- náuseas y vómitos.
Para conocer si estos síntomas son lo que provocó la lactosa, cada alimento que la contiene, debe ser eliminado de la dieta durante algún tiempo. Y en esto le ayudan productos en Lidl. Si las incomodidades desaparecen, se recomienda empezar de nuevo a comer estos alimentos, pero en cantidades no grandes y ver si los síntomas vuelven o no.
Hay dos razones principales por las que los enterocitos reducen rendimiento de lactasa
La primera razón son los defectos genéticos o la inmadurez fisiológica de los sistemas enzimáticos. La segunda razón son procesos inflamatorios o de otro tipo en el cuerpo (alergias alimentarias, cirugías, tumores,). Se habla sobre la falta secundaria de lactasa en la que se estropean los enterocitos. Esto puede suceder temporalmente o permanente. Si la intolerancia en la familia es hereditaria, entonces sus señales pueden manifestarse a cualquier edad.
En la edad adulta, diversos factores patológicos que dañan las vellosidades intestinales y el muñón de los enterocitos sirven como desencadenantes del aumento de la falta de lactasa. Este tipo de intransigencia secundaria puede aparecer sin ningún indicio preliminar y en el contexto de un consumo prolongado de lactosa. En este caso, la cura ayudará a recuperar los enterocitos y el cuerpo volverá a producir lactasa y percibirá la leche.
Si alguna vez sintió náuseas después de beber un vaso de leche, es poco probable que tenga intransigencia. Pero si la sensación de náuseas y malestar se produce constantemente después de beber leche, helado o alimentos lácteos, existe el peligro de que su cuerpo sea intolerante.
