La pela es la pela, dijo alguien. Y eso lo tiene muy claro Puigdemont y su exclusiva marca electoral «Puigdemont+Junts per Catalunya». Vaya por delante que estamos de acuerdo que las campañas se paguen con el dinero de los sipatizantes y no, a posteriori, con el dinero de los contribuyentes (en referencia al dinero que reciben los partidos por votos obtenidos).
Pero lo de Puigdemont es morro integral. El de Waterloo ha pedido a sus candidatos préstamos de entre 3.000 y 6.000 euros para financiar la campaña electoral del 12M. Del sablazo tampoco se libran los simpatizantes de Junts, a los que se propone hacer donativos o préstamos a cuenta de las subvenciones electorales de entre 1.500 y 10.000 euros.
Según las cuentas, si salen bien, las aportaciones de los candidatos sumarán 246.000 euros. En el caso de los préstamos de militantes y afiliados, Junts se compromete a retornar los préstamos en el plazo de un año, cuando cobre las subvenciones electorales correspondientes, a un interés del 4% (¡Anda!, esto nos recuerda el caso Banca Catalana).
Junts recibió una subvención de 1.2 millones de euros en subvenciones publicas por la última campaña autonómica. de 2021 (entre todos los partidos con representación se repartieroo una aportación pública de 7 millones de euros). Sí, la democracia cuesta pasta, incñuso para los abstencionistas que pagan igual con sus impuestos.
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