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DE MADRID AL CIELO: EL PP DE AYUSO ARRASA A LA IZQUIERDA Y CONGELA A VOX

AD. La amplia victoria electoral del PP en Madrid muestra meridianamente lo esencial de un liderazgo claro, cargado de razones y de propuestas cristalinas. El oscurantismo que ha mostrado la izquierda radical, encabezada por el PSOE de Gabilondo, su codicia recaudatoria, su propuestas de moral pervertida, hasta las balas enviadas por correo postal, han provocado el mayúsculo rechazo de una ciudadanía que ha visto en Ayuso a ese clavo ardiendo del que, a pesar de todos los pesares, uno puede fiarse.

Los 65 escaños del PP contrastan sobremanera con los 13 de un Vox sobreactuado y provocador, en el que la sardónica sonrisa de Rocío Monasterio se debe haber congelado frente a ese espejito mágico que ya sólo dice “bonita” a la Ayuso.

El electorado se ha dado cuenta finalmente de que Vox no es más que un partido diseñado para conseguir unas decenas de escaños en cada parlamento, al objeto de colocar a unas élites políticas de las que ya no se fía ni su propia militancia. El desprecio supino a sus bases del que ha hecho gala la dirigencia de Vox ha provocado una fuga de voto patriota a su competidor directo: el PP de Ayuso que no de Casado.

Y es que puede que el liderazgo natural que ha construido Ayuso dentro del PP sea ninguneado a nivel nacional por Casado, convertido por la apabullante victoria del PP en Madrid en el “caballero de la triste figura”. De ninguna manera permitirá que Ayuso le dispute la candidatura a nivel nacional. Y podría arrasar la presidenta de Madrid, pues conecta infinitamente más con el público que el presidente de un PP que aparece siempre cariacontecido, parapetado detrás de una barbita a la que ha querido convertir en signo de madurez y que, al final, parece postiza.

Alegrémonos pues de que la victoria electoral del PP madrileño frene un tanto la deriva social-comunista de nuestro malhadado país.

Tomémonos ahora un pequeño respiro para establecer una estrategia política común de la derecha liberal y patriótica, a fin de desactivar los intentos de la izquierda radical de convertir nuestra España en una república socialista soviética gobernada por machos alfa, boyeras, y chulos de piscina colocados no con hachís, sino con un dinero público que despilfarrarán en prebendas de casta para reventar finalmente la gallina de los huevos de oro: el esclavizado contribuyente.

Observemos pues como se desarrollan unos acontecimientos que dejan a Pablenin y a Sánchez con los glúteos al aire. El electorado no está todavía lobotomizado del todo. Otra cosa es que, con la vacuna, lo acaben consiguiendo….

Ayuso gana a todos: dobla sus resultados y suma más escaños que las tres izquierdas juntas

Multitudinaria celebración en la sede del PP en Génova.

Isabel Díaz Ayuso ha ganado el plebiscito en que se habían convertido las elecciones autonómicas madrileñas: los resultados a esta hora determinan que el PP ha conseguido doblar sus resultados de 2019 en los comicios regionales y subir en más de 20 puntos incluso sobre los de las generales de noviembre de hace dos años. El PP suma 64 escaños en la Asamblea de Madrid y supera a las tres izquierdas juntas que suman 59 (PSOE: 25; Más Madrid: 24 y Unidas Podemos: 10). Es el sexto mejor resultado en la historia del PP de las elecciones autonómicas madrileñas, desde 1983 hasta la fecha, en porcentaje de apoyos obtenidos.

Díaz Ayuso ha logrado duplicar el número de escaños que logró en 2019, y hacerlo compitiendo, igual que entonces, con otros cinco partidos en liza. Su victoria es absolutamente incontestable, puesto que supera en diputados incluso a la suma de los de las tres fuerzas de izquierda.

Los apoyos le han llegado a la presidenta no sólo desde los seguidores populares, sino también muy probablemente de votantes que en otros comicios optaron por Ciudadanos -que se ha quedado sin representación en estas elecciones, cuando había obtenido 26 diputados y más de 625.000 votos hace dos años- y del PSOE, al que le habría arañado, según los estudios demoscópicos, unos 100.000 votos.

El mejor resultado histórico del PP en unos comicios autonómicos madrileños lo consiguió Esperanza Aguirre en 2007, cuando alcanzó 1.592.162 votos, un 53,29 por ciento del total de los emitidos. El segundo fue también de Aguirre, en 2011: un 51,73 por ciento de los sufragios fueron al PP. Alberto Ruiz-Gallardón logró apoyos por encima del 50 por ciento en los años 1995 y 1999.

La campaña de la presidenta madrileña ha sido un todos contra uno, compitiendo incluso con Vox por la franja de votantes más conservadores. Ha confrontado abiertamente con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, igual que a lo largo de la pandemia, y el jefe del Ejecutivo le ha seguido el juego -al menos en la primera mitad de la campaña-, con lo que ha desdibujado totalmente a su candidato, Ángel Gabilondo. En su celebración en Génova, la presidenta se acordó de Sánchez y tiró con bala contra el Gobierno central: «Esa forma de gobernar desde La Moncloa tiene los días contados».

Díaz Ayuso ya había respondido desde media mañana al artículo de Tezanos en que la criticaba por falta de talla intelectual, además de menospreciar a sus seguidores. Lo hizo tirando de sentido del humor y de ironía, y a través de sus redes sociales.

La victoria popular es un refuerzo también de las posiciones del actual presidente nacional del partido, Pablo Casado, ya que Isabel Díaz Ayuso fue su apuesta personal como candidata en 2019 y ahora será la pértiga con la que se impulse para un relevo en el Gobierno de la nación. Con la misma estrategia: unificar el voto conservador que desde hace años se había separado en Vox, PP y Ciudadanos.

Mientras, el PSOE ha sufrido el peor de los resultados de su historia en la Comunidad de Madrid, un récord que hasta ahora ostentaba Tomás Gómez en 2011, cuando se quedó en un 26,27 por ciento de los votos. Ángel Gabilondo y su errática campaña -del «con este Iglesias no» al «Pablo, tenemos 12 días para ganar las elecciones»- le ha hecho perder contra sí mismo, con casi diez puntos menos en los sufragios obtenidos.

La caída es espectacular, y de hecho ha empatado en escaños con Más Madrid. Los escaños de éste grupo y de Unidas Podemos supera a los obtenidos por los socialistas. Los análisis tendrán ahora que valorar cuánta responsabilidad es del candidato y cuánta de la dirección de su partido, que le ha teledirigido muchos mensajes de campaña. No hay que olvidar además la influencia que ha podido tener el apoyo de La Moncloa: Gabilondo ha estado acompañado en múltiples ocasiones por el propio presidente Pedro Sánchez, y también por media docena de ministros le han acompañado a muchos de sus actos electorales.

Mónica García, en Más Madrid, ha logrado, siendo una absoluta desconocida, superar los resultados del propio Íñigo Errejón en 2019. Pablo Iglesias, por su parte, con su renuncia a la vicepresidencia del Gobierno ha conseguido salvar los muebles en su partido, donde era cierta la amenaza de no conseguir ni el 5 por ciento que le otorgara un espacio en la Cámara regional.

No obstante, la influencia y el peso que ha tenido el líder nacional del partido morado en los resultados electorales del 4-M resulta un tanto raquítica: el suyo será el quinto partido de la Asamblea.

En Vox parecen haber tocado techo en Madrid: prácticamente repiten los resultados de 2019. En buena medida, esto se debe a que muchos votantes de este partido han preferido a Díaz Ayuso que a su propia cabeza de lista, Rocío Monasterio, y han optado por el voto útil al PP.

Ciudadanos, a la vista de los datos, no alcanza el mínimo de votos necesarios para tener representación: desaparecerá del parlamento regional después de haber contado, hace apenas 24 meses, con 26 diputados y de haber cogobernado con el PP la Comunidad de Madrid. Ni las buenas formas de Edmundo Bal ni su batería de propuestas en campaña han convencido a los electores que les apoyaron hace dos años para que repitieran. La maniobra de la moción de censura de Murcia ha terminado cobrándose otra víctima a 500 kilómetros de distancia.