Javier Ortega Smith y Susana Díaz.
Por Juan Pardo.- En mi primer artículo sobre este tema decía que en la próxima publicación, desgranaría punto a punto los acuerdos entre PSOE y Vox para tomar el mando de Andalucía vía moción de censura.
Contra lo que algunos suponen, el sobrevalorado gurú de los socialistas españoles, Iván Redondo, es más corto de inteligencia que Susana Díaz, y eso que la sevillana terminó la carrera de Derecho en once años, y los tres últimos por enchufe directo.
A finales de mayo, se reunieron en Barcelona dos delegados del PSOE andaluz, del sector de Susana Díaz, con el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, al que acompañaba una mujer que, aunque no podemos precisarlo, se trataría de una parlamentaria del partido verde en Cataluña. Por lo que sabemos, la moción en Andalucía estaba practicamente ultimada a falta de algunos flecos. El PP pasaría de nuevo a la oposición. Pero la improvisación es mala consejera. No se tuvo en cuenta la celebración de las primarias andaluzas del PSOE, que son el 13 de junio, ni tampoco en el hecho de que muchos parlamentarios socialistas de Andalucía son sanchistas y, presumiblemente, votarían en contra de que Susana Díaz volviese a ocupar la presidencia de la Junta. El fracaso de la moción de censura estaba tan cantado como el de Abascal a Pedro Sánchez.
Cada uno vuelve a su lugar de procedencia y Ortega Smith le cuenta a Iván Redondo, punto por punto, todos los puntos del acuerdo y pendientes de firma. El gurú socialista es el verdadero jefe de Vox, el que ordenó a los medios de orientación progresista un buen trato informativo a los de Abascal.
Uno de los acuerdos de Barcelona contemplaba que 3 ó 4 consejerías serían para Vox. También que la mitad de los cargos de confianza serían elegidos a partes iguales. Las consejerías que correspondiesen a Vox, solo las podría fiscalizar el propio Vox.
De acuerdo al documento, el PSOE estaba obligado a hacer funcionarios de carrera, al menos, a 800 afiliados de Vox, o sea, a dejar sentado en acta que habían superado el principio de igualdad, mérito y capacidad; o lo que es lo mismo, OPOSICIONES APROBADAS ANTE TRIBUNAL HABILITADO. En ese punto, los socialistas plantearon a sus interlocutores contratos blindados, al considerar que “colar” a 800 funcionarios “de carrera” resultaría poco creíble. Como se sabe, en las oposiciones a funcionario hay que anunciar el concurso antes de los seis meses.
Tras este encuentro en el que las dos partes parecen estar de acuerdo en lo sustancial, el PSOE sondea a sus diputados andaluces. Muchos de ellos se muestran refractarios a un acuerdo con Vox y se decantan por esperar al resultado de las primarias.
Pedro Sánchez, entre tanto, no parece estar por la labor de avalar la moción. Considera que si esta prospera, Susana Díaz sería la presidenta de la Junta de Andalucía y no el virtual ganador de las primarias socialistas, el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, que es el candidato a quien él apoya. Se entiende las prisas de los susanistas por celebrar la moción antes de que concluya el proceso de elecciones internas. Y también que Sánchez no cayera en la trampa por mucho que los socialistas deseen recuperar la joya andaluza de la corona.
El día 13, justo cuando termine el recuento de primarias del PSOE, publicaré el resto de los acuerdos, que son preocupantes para la ciudadanía.
