El presunto presidente Joe Biden parece decidido a romper todos los récords. No solo es el presidente que ha entrado en la Casa Blanca con más edad y el que, según unos números que muchísimos en el país cuestionan, ha obtenido un mayor número de votos en la historia; también va camino de ser el que más apoyo popular ha perdido en su primer año de mandato.
Cae en picado, y aunque tememos repetirnos con la crónica de su descalabro, está ya al 36%, a punto de que solo un tercio de ciudadanos respalde su mandato, según una encuesta nacional que realiza regularmente la Universidad de Quinnipiac.
Naturalmente, hay diferencias señaladas según se trate de votantes republicanos, demócratas o independientes. Los demócratas todavía expresan su confianza en el presidente en una proporción de 87%-7%, mientras que los republicanos le desaprueban con un margen del 94% contra 4%. Pero entre los independientes, solo un 29% apoya al presidente.
No aprueba apenas una asignatura el hombre. En su combate contra la pandemia de coronavirus, la proporción es de un 45% que aprueba su política en este sentido frente a un 50% que le suspende en esta materia; en cambio climático, las proporciones son de 41%-48%; en el panorama económico es peor: solo un 34% le da el ok, frente al 59%; y en política exterior, son un 33% los que aprueban su gestión y un 55% los que la deploran.
Pero para los responsables de la encuesta, lo preocupante es la satisfacción global o, en este caso, insatisfacción. La mitad se declara “muy insatisfecho”. Y todavía quedan tres interminables años.
Y es que una ligera mayoría del 52% piensa que Biden no es honesto, frente a un 41% que cree que, al menos, el presidente busca sinceramente el bien de los ciudadanos. Además, solo un 37% le achaca cualidades de liderazgo, frente al 57%. Gran labor tienen que estar haciendo los obsequiosos grandes medios convencionales para que más de un tercio vea “cualidades de liderazgo” en un mandatario balbuceante, siempre pendiente del pinganillo.
Pero quizá el dato más significativo del estudio, el que más proyección política tiene, es que la mayoría de los consultados prefiere que sean los republicanos quienes se alcen con la victoria en las elecciones legislativas de medio mandato, algo que podría frenar las evidentes pulsiones autoritarias de quien quiera que esté susurrando al oído del presidente Biden.
