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El as en la manga de Bildu: una oferta al PNV que copia su propuesta de autodeterminación para que no se nieguen

Los proetarras van a apretar las tuercas de Sánchez con las elecciones vascas. Es cierto que no quieren dejar caer a Sánchez, pero también que saben que, por primera vez, pueden hacerse con el control real del País Vasco —desde el Gobierno o el control del Parlamento— y no quieren dejar pasar esa oportunidad sin sacar tajada. El candidato de Bildu por Guipúzcoa, Arkaitz Rodríguez, ha trasladado ya la idea de que el País Vasco debe dar «un salto en materia de soberanía y autogobierno» para disfrutar de «un nuevo estatus político».

Se refiere con ella a una relación bilateral con España, es decir, a lograr previamente el reconocimiento de su autodeterminación, porque, sin ella, no se puede entablar una relación de igual a igual con un país. Independientemente de la evidencia de la falsedad de esta propuesta —Bildu planea la independencia sin matices pero no quiere activar el voto del miedo—, lo cierto es que esta estrategia pone en un serio aprieto al PNV. Y es que los de Bildu ya han dicho que quieren ofrecer un pacto al PNV para gobernar con ellos y esa definición de la «autodeterminación» está copiada, casualmente, de la realizada por el propio PNV en la reforma del Estatuto Vasco, con lo que, si la rechaza, rechaza su propio programa.

Rodríguez ha exigido ya «retomar el Acuerdo de Bases y Principios sobre autogobierno» firmado en 2018 con el PNV y convertirlo «en un texto articulado que sea fiel tanto a la letra como al espíritu». Y también ha pedido «reactivar la ponencia parlamentaria de autogobierno durante los tres primeros meses de la legislatura para alcanzar, en el plazo de un año, un acuerdo sobre dicho texto articulado».

Opciones de Bildu

El plan de Bildu, por lo tanto, empieza a ser claro. Exigirá al PSOE que le apoye como ahora apoya Pedro Sánchez al PNV, si los proetarras son la primera fuerza.

Cuenta, además, con un plan B de gobierno en coalición con el PNV, en caso de que sean los de Ortuzar los que mantengan la primera posición. En esa segunda estrategia se incluye igualmente un referéndum separatista vasco simultáneo con el catalán, tal y como desde hace meses lleva anticipando Otegi. Pero, sobre todo, lo que se ha incluido es una copia del proyecto de autodeterminación y mantenimiento con relación bilateral de una alianza con el resto de España que presentaron aquel 2018 las filas del PNV.

Y cuenta incluso con una tercera opción: dar aire a Sánchez permitiendo el Gobierno del PNV pero con un pacto firme de control del Parlamento que le permita, como en Pamplona con UPN, jugar a desdibujar al PNV hasta el momento en el que le interese una moción de censura.

La autodeterminación de Bildu copia la del PNV

La idea de la autodeterminación de los nacionalistas, ahora aparentemente comprada por los proetarras pasa por lo siguiente. El PNV ha propuesto hace años un reconocimiento de la autodeterminación incluido en su reforma del estatuto de autonomía vasco que tramita su legislativo. La vía llega a un elevado grado de surrealismo al planear, en un primer paso, un reconocimiento de la autodeterminación del País Vasco y del término nación para, al siguiente paso, regular la adscripción voluntaria de esa teórica nueva nación a una unión de naciones bajo un ente administrativo llamado España pero, eso sí, bajo una fórmula similar a la de estado libre asociado: porque la pretendida nación vasca lo desea y no porque haya un único país. Y eso, claro está, permitiría al País Vasco considerarse nación sin salir de la UE ni perder privilegios financieros españoles.

La fórmula lleva años plasmada en las páginas de la reforma del estatuto de autonomía vasco. Su texto recoge expresamente el derecho a la autodeterminación; igualmente el término «nación» para, en este caso, definir al País Vasco; eleva al máximo el autogobierno, la independencia legislativa y hasta un mecanismo semiestanco judicial; y define igualmente el contexto de las relaciones financieras de esas plurinaciones integradas voluntariamente en una entidad administrativa llamada España. Y todo, teóricamente, adoptado por cauces pactados gracias a la sumisión del PSOE. Es más, en el texto el PNV afirma que se puede hacer siguiendo las indicaciones que establece el actual Estatuto de Gernika en su disposición adicional.

Esa disposición adicional señala que «la aceptación del régimen de autonomía que se establece en el presente Estatuto no implica la renuncia del pueblo vasco a los derechos que como tal le hubieran podido corresponder en virtud de su historia, que podrán ser actualizados de acuerdo con lo que establezca el ordenamiento jurídico». El pequeño problema es que la interpretación que hace el PNV choca frontalmente contra todo lo expresamente prohíbe la Constitución Española.

El propio PSOE en el País Vasco ha animado estas ínfulas al afirmar que el Estatuto de Guernica es una «Constitución interna» para el País Vasco en la que pretenden blindar la consideración de la comunidad autónoma como «nación» y «nacionalidad».

Para colmo, el PNV extiende en el texto esa «autodeterminación» y «derecho a decidir» del País Vasco a la Comunidad Foral de Navarra, pero sólo para, en una segunda fase, conformar lo que ellos denominan igualmente como su «nación»: Euskal Herria.


Ahora Bildu ofrece teóricamente un plan similar al PNV, de forma que, si se niega a él, se niega a su propio programa.