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El auto desmonta la versión de la alcaldesa de Maracena, que niega su vinculación con el secuestro de una edil

«Soy totalmente inocente. No tengo ningún tipo de vinculación con todo lo que ha ocurrido, no tengo ninguna vinculación con esta tragedia», aseguraba este viernes la alcaldesa de Maracena, Berta Linares, en una comparecencia ante los medios convocada tras saberse investigada por su presunta implicación en el secuestro de su compañera de partido y corporación Vanessa Romero, una vez que el juez instructor levantó el jueves el secreto del sumario.

La primera edil del municipio granadino ha querido dar a entender que este hecho tendría que ver con la cercanía de las elecciones, aunque en realidad se debe a la finalización de las diligencias. El siguiente paso lo ha de dar el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, al que se ha remitido la causa debido a la condición de aforado de uno de los tres investigados (Noel López, diputado autonómico por el PSOE-A) como presuntos inductores de la detención ilegal y un posible delito de conspiración.

«Me parece muy extraño y me llama enormemente la atención, como os podéis imaginar, que -después de tres meses de prorrogar un sumario- a dos días apenas de las elecciones municipales se abra», ha argumentado. «Cuando todo esté aclarado y se demuestre totalmente nuestra inocencia, ¿quién nos va a devolver unas elecciones limpias? ¿Quién nos va a devolver nuestra imagen manchada? ¿Quién nos va a devolver el daño que se ha vertido contra tantos compañeros y contra nuestra familia? Eso no lo vamos a poder recuperar», ha añadido.

Una imagen de víctima que poco encaja con las prácticas mafiosas que se deducen de la declaración de Pedro G. como autor material de los hechos. Quien fuera pareja de Berta Linares en el momento del secuestro (llevaban dos años juntos y la alcaldesa le había empadronado en su propia vivienda), contó que Vanessa se había convertido en el «tema prioritario» de sus conversaciones, que ella «temía» que su compañera sacara a la luz facturas y expedientes «irregulares» de los que tenía conocimiento (de sus etapas como edil de Urbanismo y Economía) y que llegó a «desearle la muerte».

Tal era su preocupación que no dudó en mandar que pusieran un micrófono en su despacho, en concreto a Antonio García Leyva -otro de los investigados como presuntos inductores del secuestro de Romero-. Después de escuchar lo que ella decía de los tres socialistas en cuestión, el grupo intentó «silenciarla» ofreciéndole un cargo jugoso como «compensación», para que «no sacara los documentos conflictivos que pudiera tener». Pero Vanessa no aceptó, causando un enfado aún mayor a Berta.

Es entonces cuando proponen a Pedro darle «un susto». Lo hacen -relata- durante un encuentro en una taberna de Maracena unos días después de la celebración de la festividad de Reyes (en el mes de enero) en el que le dieron todas las instrucciones. En cualquier caso, más allá de la declaración del secuestrador o de la propia víctima -coincidentes en lo esencial-, el titular del juzgado de Instrucción 5 de Granada, Josep Solá, considera que hay indicios de criminalidad sobre la participación de los tres socialistas que son «elementos objetivos».

En lo que se refiere a Berta Linares en concreto, el auto recoge la existencia de llamadas, mensajes y grabaciones de cámaras de seguridad que demostrarían que la primera edil estuvo al tanto de lo que estaba ocurriendo en todo momento. A pesar de que lo ha negado en múltiples ocasiones, se vio con el que era su pareja el mismo día de los hechos. Es más, lo hicieron en el trascurso del secuestro. Estuvieron reunidos durante seis minutos y una cámara de seguridad grabó ese encuentro.

Un encuentro durante el secuestro

Berta y Pedro estuvieron en contacto el día del rapto de la edil socialista Vanessa Romero, según recoge el auto. A primera hora de la mañana, él aborda a su víctima en los alrededores del colegio de sus hijos en Atarfe. Les acababa de dejar en el centro educativo y el hombre le pide que le acerque a una gasolinera. Ella le identifica como la pareja de la alcaldesa y accede. Hasta ahí todo normal, pero una vez dentro del coche cambia de actitud, la ata de pies y manos con unas bridas, y la mete en el maletero de su propio vehículo.

Después de darle varias vueltas, deja el coche -con la mujer en su interior- en un local que tiene alquilado en Armilla y se marcha. Le dice a Vanessa que tiene que hacer unas llamadas, pero coge el metro y se va al Ayuntamiento de Maracena, como aparece en las grabaciones de las cámaras de seguridad. Berta no está en ese momento y se dirige a una ferretería, en la que compró un cuchillo de carne y cinta americana negra. A la salida, se ve con su pareja en la puerta de un salón de juegos. Son las 12.28 horas y hablan durante seis minutos.

Después Berta regresa al consistorio y acude a un acto en el vehículo de Nono (Antonio García Leyva, edil de Urbanismo e investigado como presunto inductor del secuestro junto a Berta Linares y Noel López). Sobre las 13.30 horas, los teléfonos de los tres coinciden en la misma antena de Maracena. Este extremo llama la atención teniendo en cuenta que cuando se producen las primeras llamadas de la mañana el número 2 de PSOE-A y mano derecha de Juan Espadas se encuentra en Jaén.

Otros contactos reveladores

El estudio de los teléfonos móviles de los miembros del PSOE investigados como presuntos inductores refleja que el trío tuvo un flujo de llamadas constante desde las 11.30 horas, momento en el que -según el informe fiscal- ya son conocedores de los hechos y de que Vanessa Romero ha logrado liberarse en ausencia de su secuestrador. Es entonces cuando se produce el primer intento de Nono por comunicarse con Noel López, aunque no es hasta las 12.10 cuando establecen comunicación.

El secretario de Organización del PSOE-A y diputado autonómico se encontraba en Jaén, pero minutos después llama a un abogado y se dirige a Granada. Así lo reflejan las direcciones de los repetidores. Cruzan distintas llamadas entre ellos y con el mencionado letrado. Como indicábamos unas líneas más arriba, a las 13.30 horas coinciden en la misma antena de Maracena. Y más tarde vuelve a ocurrir de nuevo en la capital de la provincia.

Entre la 13.00 y las 14.00 horas, Berta habla por teléfono con su pareja y autor material del secuestro -Pedro G.- en varias ocasiones. De hecho, ella incluso le envía un mensaje de WhatsApp para quedar con él: «A las 14.00 horas nos vemos en mi piso». Pasadas las tres y media de la tarde, la Policía Judicial realiza una entrada voluntaria en el domicilio de la alcaldesa, ésta se va de la vivienda y se desplaza a Granada «al mismo tiempo» que Nono y Noel, «localizándose éstos en una zona próxima al despacho del abogado».