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El Barcelona gana al Real Madrid en el último suspiro con un gol de Kessie y sentencia La Liga

Hasta aquí llegó el Real Madrid en Liga. Este Clásico iba a determinar irremediablemente lo que sucediera hasta el final de la temporada y el Camp Nou dictó sentencia. Los de Carlo Ancelotti necesitaban vencer sí o sí, en las cuentas no entraba cualquier otro resultado, pero se encontraron con una derrota que deja la competición completamente sentenciada pese a que restan todavía 12 jornadas por delante.

Lejos de los que se vio en el anterior Clásico de la Copa del Rey, este partido dejó un sabor de boca muy diferente para los aficionados. Las ocasiones se sucedieron para uno y otro bando, hubo espacios, sitio para correr y momentos para las grandes paradas de los porteros, especialmente de Courtois. 

El Real Madrid soñó despierto cuando a los 9 minutos se adelantó con un golpe de suerte por el gol en propia puerta de Araújo. Esa misma fortuna que le fue esquiva en el resto del choque, ya que el Barça pegó en los dos momentos críticos del partido, al final de cada mitad. El tanto de Sergi Roberto al filo del descanso abrió un nuevo panorama para los segundos 45 minutos.

La segunda parte fue un auténtico correcalles. El Barça no encontró la manera de dormir el vértigo del Real Madrid y los blancos incluso enmudecieron el Camp Nou con un gol de Marco Asensio a falta de 10 minutos para el final. Sin embargo, el gol fue anulado por fuera de juego. Los de Ancelotti se volcaron como si no quedara más competición por delante y eso lo aprovechó el Barça para definir a la contra con el tanto de Kessie. La Liga es de color azulgrana.

Golpe en el inicio

Pronto se vio que este Clásico no iba a tener absolutamente nada que ver con el que acogió el Santiago Bernabéu hace unas semanas en la Copa del Rey. Si aquel choque fue cerrado y complicado de digerir para los aficionados, este, sin ser una maravilla, fue todo lo contrario. La muestra fue que Karim Benzema probó suerte a los pocos segundos de juego con el primer lanzamiento entre los tres palos que detuvo sin problemas Ter Stegen.

El mensaje de respuesta por parte del Barça fue instantáneo, porque casi en la siguiente jugada Lewandowski dio un toque de atención con un zapatazo desde la frontal del área que obligó a Courtois a intervenir. Se habían jugado 3 minutos y casi se habían visto más ocasiones que en todo El Clásico anterior.

Los culés apretaron en los siguientes instantes y estuvieron muy cerca de adelantarse con una doble ocasión. Primero un cabezazo de Raphinha en el segundo palo hizo que Courtois, el mejor del Real Madrid en la primera mitad, se luciera, y después Sergi Roberto comenzó a afinar la puntería con un lanzamiento que se fue arriba. 

Nacho pelea con Raphinha un balón dividido.


Nacho pelea con Raphinha un balón dividido.

REUTERS

Parecía que el Barça iba a arrollar a su rival en este arranque del partido, pero entonces la fortuna se alió con los visitantes. Vinicius se internó en el área, le dejaron apurar la línea de fondo y puso un centro buscando a un compañero. La trayectoria, sin embargo, se vio interrumpida por la cabeza de Araújo con tan mala suerte para el Barça que terminó dando con el esférico dentro de la portería de Ter Stegen, que no pudo reaccionar.

El Real Madrid se vio entonces donde quería, por delante en el marcador en el arranque de un partido que tenía que ganar obligatoriamente. El gol le sentó increíblemente bien a los blancos, que se tranquilizaron y se asentaron en el Camp Nou. Pese a todo, los culés no renunciaban al ataque y por medio de Christensen o de Raphinha, el mejor de la primera mitad, intentaron batir a Courtois sin éxito.

Fue así hasta la última jugada de la primera mitad. El Madrid estaba a punto de irse a los vestuarios con una ventaja que valía su peso en oro, pero Vinicius perdió la marca de Araújo, este puso el centro y, después de un rechace, Sergi Roberto puso el empate con un tiro colocado. Apoteosis en el Camp Nou y el Barça de nuevo con media Liga en el bolsillo.

Un correcalles

El gol dejó muy tocado al Real Madrid y eso se notó después del paso por los vestuarios. El Barça salió a la segunda parte dispuesto incluso a matar el partido, y se hizo con el control de la situación. Sus posesiones largas desesperaron a los de Ancelotti, que se veían incapaces de llegar a tiempo para robar los balones y también de salir a la contra. 

Sin embargo, poco a poco fue desperezándose el Real Madrid y enterándose de que tan sólo le valía ganar para seguir vivo en La Liga. Lewandowski perdonó el segundo pero sobre todo Rodrygo, que entró en esta segunda mitad, echó un balón arriba después de un regalo incomprensible de Busquets en la frontal del área. 

Al Barcelona le interesaba parar el partido con posesiones largas, dormir el choque con cloroformo, pero fue incapaz de hacerlo. Los de Xavi no encontraron la manera de matar el juego, así que todo se convirtió de una manera incomprensible en un correcalles. Eso beneficiaba al Real Madrid, incapaz de generar peligro en estático, porque los de Ancelotti se desenvuelven como pez en el agua cuando tienen espacios por delante.

Marco Asensio, señalándose el escudo del Real Madrid.


Marco Asensio, señalándose el escudo del Real Madrid.

REUTERS

Pese a todo, el Madrid no terminó de encontrar la manera de hacer daño a Ter Stegen hasta que Marco Asensio entró en acción. A falta de menos de 10 minutos para el final, Carvajal puso un centro y el balear remató a gol. El tanto subió al marcador inicialmente, pero tras la revisión de VAR, De Burgos Bengoetxea anuló el tanto por un fuera de juego milimétrico del jugador del Real Madrid.

Un fuera de juego que encendió los ánimos de Carlo Ancelotti, tal y como dejó ver posteriormente en rueda de prensa. Cuestión de precisión. El Madrid se volcó, consciente de que apenas le quedaba tiempo para volver a marcar, pero eso lo aprovechó el Barça para matar a la contra. En el minuto 91, Kessie aprovechó un centro de Balde para rematar libre de marca en el segundo palo. Un gol que le da La Liga al Barça y que deja al Madrid fuera de la pelea.