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El control es ya asfixiante: Los británicos tendrán que someterse a un reconocimiento facial para acceder a bares, conciertos y eventos deportivos

Tras meses prometiendo que no habría pasaporte de vacunación, el gobierno británico también ha descubierto sus cartas y está financiando a empresas que elaboran tecnología para utilizar escáneres faciales digitales para comprobar el estado de vacunación de la población y permitirles o no la entrada en locales públicos, estadios y otros lugares.

El control es ya atosigante. Los británicos tendrán que someterse a un reconocimiento facial si quieren acceder a bares, conciertos y eventos deportivos en virtud de un plan financiado por el gobierno que está desarrollando pasaportes de vacunación.

Dos empresas, Mvine e iProov, están trabajando juntas en el sistema tras recibir una subvención de 75.000 libras del gobierno, después de haber trabajado previamente con el sistema público de salud en las técnicas de reconocimiento facial en forma de una aplicación de localización de contactos.

Esta técnica se vende como una solución a la lentitud en la presentación del estado de vacunación a través de una aplicación en un móvil cuando entran varias personas en un local concurrido.

A las puertas de los bares también habrá vigilantes. “La persona que esté en la puerta del bar tendrá que escanear el certificado, leer el nombre y la fecha de nacimiento, pedirle a la persona un documento de identidad, comprobar que el nombre y la fecha de nacimiento del documento de identidad son los mismos, entrecerrar los ojos ante la foto del documento de identidad y asegurarse de que la persona que tiene delante es esa persona”, dice Andrew Bud, director general de iProov.

El nuevo sistema de reconocimiento facial reducirá ese proceso a segundos, agilizando el control. “Acelera el proceso y libera a la gente de lo que de otro modo sería una responsabilidad muy pesada”, añadió el cabecilla de iProov.

Millones de británicos se negarán a someterse a escáneres faciales digitales mientras realizan sus actividades cotidianas, pero la gran mayoría lo soportará sin rechistar porque son personas “responsables”. Así se crea una sociedad dual en la que aquellos que se resistan a la vigilancia y el control permanecerán en un estado de confinamiento permanente de facto.

El pasaporte sanitario es un documento de identidad digital que los ciudadanos tendrán que llevar siempre encima y utilizar cuando quieran dedicarse a alguna actividad o en sus ratos de ocio.