En las últimas horas, desde el Gobierno de Pedro Sánchez han salido en tromba contra Isabel Díaz Ayuso después de que la presidenta madrileña no aceptase las medidas impuestas el pasado lunes por el Consejo de Ministros. Medidas como el apagado de escaparates a las 22:00 horas o el cierre de puertas de comercios para ahorrar energía.
La polémica comenzó el mismo lunes por la noche cuando, tras conocer las medidas, Ayuso aseguró en Twitter que «Madrid no se apagaba» porque eso generaba «inseguridad y espanta el turismo y el consumo. Provoca oscuridad, pobreza, tristeza, mientras el Gobierno tapa la pregunta: ¿qué ahorro se va a aplicar a sí mismo?», pedía aclarar la dirigente madrileña.
Desde ese momento, el gobierno se revolvió contra la presidenta de la Comunidad de Madrid. Primero fue la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, la que este martes criticó la postura «enormemente irresponsable» del PP. También señaló que esperaba que la ciudadanía «tuviera más compromiso que gobernantes que no están a la altura de la circunstancias», en alusión a Ayuso.
Tras ella, fue la vicepresidenta de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, la que dijo que Ayuso «siempre demuestra egoísmo y falta de solidaridad». Críticas a las que se sumó la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, que acusó a la dirigente popular de tener una visión «egoísta e insolidaria». Hasta Pedro Sánchez pidió «huir de cualquier comportamiento egoísta, unilateral e insolidario».
Una de las últimas en criticar a Ayuso ha sido la ministra de Justicia, Pilar Llop, que ha calificado de «impresentable» la posición de la presidenta de la Comunidad de Madrid a pesar de que el número dos de la presidenta regional, Enrique Ossorio, ya ha asegurado que en Madrid «tenemos la costumbre de cumplir las leyes, en Cataluña eso no sucede y el Gobierno aplaude».
Urkullu se desmarca
Unos ataques que han dejado en evidencia el doble rasero del Gobierno: mientras se dedican a cargar contra la líder de la CAM, callan con el presidente vasco, Iñigo Urkullu, a pesar de que su comunidad también se ha negado a cumplir las medidas.
Es más, además de desmarcarse del apagón propuesto por Sánchez, la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco, Arantxa Tapia, ha calificado las medidas anunciadas por el Gobierno como «efectivistas» y ha explicado en las últimas horas que ellos «tienen su propio plan».
Desde el gobierno de Urkullu descartan adoptar iniciativas antes de septiembre y fían su propuesta al «compromiso» colectivo voluntario para el control térmico con el aire a 25 grados y la calefacción a 19/20. Pero este anuncio no ha provocado que ningún ministro protagonice una entrevista llamando «egoísta» ni «insolidario» a Urkullu. Es más, la reacción a este asunto la ha protagonizado un Patxi López que tan solo ha replicado a Tapia diciendo que «las medidas se toman para evitar males mayores».
