Inicio Destacadas El ‘efecto Illa’ congela las relaciones entre el PSOE y ERC

El ‘efecto Illa’ congela las relaciones entre el PSOE y ERC

La campaña electoral en Cataluña comenzará el próximo viernes 29 de enero con muchas incógnitas en el aire, dos especialmente relevantes: la primera, no se sabe todavía siquiera si se celebrarán el 14-F; la segunda, hasta dónde puede llegar el “efecto Illa” y lo que puede cambiar el panorama político en el Govern.

Si habrá elecciones en la fecha prevista está en manos del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), que se ha comprometido a emitir una sentencia antes del 8 de febrero. Si finalmente se aplazan por el “riesgo sanitario” existente con la pandemia, el retraso podría influir en ese “efecto Illa”, además de haberse gastado inútilmente 30 millones de euros, según dijo el vicepresidente Pere Aragonès.

Por otra parte, lo que parece innegable es que la irrupción del ministro de Sanidad, Salvador Illa, como candidato a la Presidencia de la Generalitat ha congelado las relaciones, siempre enmarcadas en el interés independentista de unos y el soporte parlamentario para mayorías a nivel nacional de otros, entre el PSOE y ERC.

El apoyo fiel que el Gobierno de coalición de Pedro Sánchez ha recibido en el último año por parte de ERC para aprobar, entre otros asuntos, los Presupuestos Generales del Estado o antes en la investidura y la moción de censura, puede verse condicionado en función del resultado final de las elecciones catalanas. Los independentistas no están muy contentos con la irrupción a última hora de Illa y por cómo se están haciendo las cosas. Además, perder su posición de privilegio en la Generalitat le haría perder el control de todo el proceso soberanista.

ERC: una operación de Estado

Aragonès era muy claro al afirmar que hay «una operación de Estado» para que las elecciones se celebren el 14-F y derrotar al independentismo. Lo explicaba así: «Estamos ante una operación de Estado que utiliza todas las herramientas que tiene delante suyo, sea la justicia, sean los poderes económicos, sean los poderes mediáticos para intentar que un ministro español acabe presidiendo la Generalitat de Cataluña».

El vicepresidente del Govern, incluso, metía en la fórmula a la formación de Santiago Abascal: «Los últimos en apuntarse a esta operación de Estado es la extrema derecha de Vox. Vox apuesta por Salvador Illa para que ERC no presida la Generalitat de Cataluña».

Esto ha llevado al candidato de ERC a preguntar a Illa si aceptaría los votos de Vox en una posible investidura. Es necesario recordar que el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, aseguraba que estaban dispuestos a facilitar una investidura de Illa si servía «para que no gobiernen los separatistas y los golpistas».

Al margen de que desde el PSC ya se ha contestado que los socialistas no sellarán «ningún pacto con Vox», todos estos movimientos han servido para Aragonès haya pedido ya al independentismo que se movilice «más que nunca». Esto vuelve a poner sobre la mesa que la formación que lidera desde la cárcel Oriol Junqueras pueda volver a plantearse unirse a la formación de Carles Puigdemont.

Para la secretaria general de ERC, Marta Rovira, que opina que Illa «es el peor ministro de Sanidad de los países de la UE, con una gestión pésima de la pandemia», también hay una maniobra de Estado para que las elecciones sean el 14F y favorecer de esta forma al candidato del PSC por lo que ha pedido al independentismo que «se organice para volver a ganar».

Por parte del PSOE, tanto el presidente, Pedro Sánchez, como el líder de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, reivindicaban este sábado al ministro candidato Illa como la única alternativa viable a un nuevo Gobieno catalán de Junts y ERC que siga insistiendo en la independencia.

Para Iceta está muy claro qué hay que hacer para pasar página a la «desidia», a la «inoperancia» y al «desgobierno» actuales: «El próximo 14F la elección es clara: o president Illa o más decadencia, o president Illa o más incompetencia, o president Illa o más de lo mismo».

Podemos tampoco está contento

Otra formación a la que tampoco le está gustando cómo se están desarrollando los acontecimientos en Cataluña de cara a las próximas elecciones es Podemos. La formación que lidera Pablo Iglesias no ve con buenos ojos ese distanciamiento entre el PSOE y ERC porque entienden que es el aliado natural de izquierdas que se debería cuidar para, si la suma de escaños lo permite, formar un tripartito PSC-ERC y En Comú Podem.

El PSOE y Unidas Podemos presentan estrategias muy distintas en estas elecciones catalanas, lo que ha acentuado aún más sus diferencias de las últimas semanas. Además, este sábado, el presidente del Gobierno aludía en un acto de campaña de Illa en Barcelona a Podemos y al liderazgo del PSOE como “verdadera izquierda” en el terreno progresista frente a los que no llevan «al paraíso prometido» y están en la barricada.

En Cataluña, los comunes también han criticado al ministro de Sanidad por solapar su cargo con el de candidato del PSC a la Generalitat y consideran que el «efecto Illa» puede dejar al Gobierno catalán en manos de JxCat.

El CIS entra en campaña

Las elecciones se presentan reñidas por lo ajustado de los resultados en la cabeza, según el CIS, que ha entrado en campaña y ha puesto sobre aviso a las formaciones independentistas al apuntar que el PSC lograría entre 30 y 35 diputados y ERC entre 31y 33. Por otro lado, JxCat (Carles Puigdemont y Laura Borràs) se situaría en tercera posición con entre 20 y 27.

Cs caería de la primera a la cuarta plaza con Carlos Carrizosa y lograría entre 13 y 15 diputados, por delante de En Comú Podem con Jéssica Albiach que obtendría entre 9 y 12. La CUP se movería entre los 8 y 11 escaños, mientras que Vox entraría en el Parlamento catalán con entre 6-10. El PPC de Alejandro Fernández se situaría tan solo con 7 diputados.