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El Gobierno baraja colocar a una amiga de Calviño al frente de la nueva filial de Renfe

El pasado mes de febrero, el Consejo de Ministros autorizó a la empresa pública de transporte ferroviario Renfe crear una nueva sociedad para consolidar los proyectos internacionales de la compañía. Ahora la constitución de esta filial debe ser autorizada por el Consejo de Administración de Renfe. Según ha podido saber este periódico, el Gobierno estaría pensando en colocar al frente del nuevo ente a Inmaculada Gutiérrez, la actual directora de Internacional de la compañía y muy próxima a la vicepresidenta primera, Nadia Calviño.

Según indican fuentes conocedoras de la operación, en la compañía ya se da por hecho este nombramiento. Así, Gutiérrez alcanzaría un puesto con cierta notoriedad en una empresa pública clave que serviría como compensación a su frustrada elección como presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Al igual que la vicepresidenta Calviño, Gutiérrez pertenece también al cuerpo superior de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado.

Inmaculada Gutiérrez es de la confianza de Manel Villalante, un peso fuerte de la compañía a nivel internacional por sus cargos como director general de Desarrollo y Estrategia de Renfe y CEO de Renfe of America. Villalante ha ejercido en diferentes administraciones socialistas. Primero como director general de Transporte Terrestre de la Generalitat de Catalunya y, después, como director general de Transporte Terrestre en el Ministerio de Fomento.

Gutiérrez, antes de llegar a Renfe en 2020, fue asesora en la CNMC (2019-2020), estuvo cinco años en una de las oficinas comerciales de Estados Unidos (2014-2019), fue asesora de la Secretaría de Estado y Apoyo a la Empresa (2013), consejera de la CNMC (2007-2013), vocal en el Tribunal de Defensa de la Competencia (2006-2007) y asesora del Secretario de Estado de Economía (2006).

La creación de esta nueva filial responde a uno de los hitos establecidos por la empresa en el año 2019, que tenía de objetivo la «internacionalización» como uno de los tres pilares clave para la transformación de la compañía. Aunque Renfe ha iniciado ya las pruebas de sus trenes AVE entre España y Francia (Barcelona-Lyon y Madrid-Marsella) y es el accionista mayoritario de una operadora de República Checa, su presencia internacional puede aún mejorar.

Además, la situación de la compañía se ha debilitado con los años y algunos episodios recientes -como el famoso caso de los trenes que no cabían por los túneles y que ha tenido gran recorrido internacional- no ha ayudado a esa mejora en el posicionamiento global. Así, en la mayoría de los proyectos en los que está inmerso Renfe, su función destaca principalmente por el asesoramiento más que por las operaciones y el mantenimiento, que es lo que realmente genera fuertes ingresos.

El asesoramiento de Renfe

La presencia de Renfe en uno de los grandes proyectos ferroviarios de Europa, conocido como Rail Baltica (un plan promovido por Estonia, Letonia y Lituania que unirá las principales ciudades de los tres países mediante un tren de alta velocidad que comenzará a funcionar en 2026), se limita al asesoramiento. Lo que les empuja a recibir una mínima parte de los 5.800 millones de euros de inversión.

Una situación parecida vive al otro lado del Atlántico: en México. Allí Renfe también se limitó a una mera función de asesor, pero esta vez en el importante proyecto del Tren Maya. Y lo mismo ocurrió en Estados Unidos, donde también consiguió un contrato menor para asesorar a la compañía Texas Central. Por otro lado, en aquellos lugares donde sí recibió el encargo para la construcción, como fue el caso del AVE a La Meca (Arabia Saudí), este arrastró retrasos y, además, el Gobierno saudí tuvo que desembolsar 140 millones ‘extra’ por los sobrecostes del proyecto.