David ha vencido a Goliat. El libertario Javier Milei (La Libertad Avanza) será el próximo presidente de la República Argentina tras haber obrado el milagro de derrotar a la temible maquinaria electoral kirchnerista encabezada por el peronista Sergio Massa, el candidato de Unión por la Patria.
Sin ingentes cantidades de dinero público, ni planes Platita para comprar votos, ni los 1.000 millones de dólares que le regaló Lula a Massa con la generosidad del Banco de Desarrollo de America Latina, ni apoyos mediáticos, Javier Milei, un histriónico tertuliano de televisión hasta hace sólo dos años, ha conseguido con un partido creado de la nada y contra todo pronóstico hacerse con la victoria venciendo al miedo, al fraude y la corrupción. Milei ha remontado el resultado que obtuvo en las generales donde obtuvo 8,034 millones de votos frente a los 9.853.000 que tuvo Massa.
Hubo una vez que a Milei le dijeron en una tertulia: «Si no te gusta, hacé un partido político y presentate a las elecciones». Milei dijo: «OK…». Y dos años después será el próximo presidente de los argentinos. Milei deseó este domingo a la hora de emitir su voto que habrá «más esperanza y no tanta continuidad de decadencia». Pese a hacer una campaña electoral de muy bajo perfil, un debate nefasto y asistir al abandono de muchos de los suyos que no avalaron su pacto con Mauricio Macri y Patricia Bullrich, Milei ha conseguido una holgada victoria sustentada en la victoria en sitios como claves como la provincia de Córdoba.
Sin miedo a la libertad
El miedo a la libertad -o mejor dicho, la campaña de miedo- no ha sido suficiente para el peronista Sergio Massa, un político frío, pragmático y sin escrúpulos, lo más parecido a Pedro Sánchez que puede encontrarse en la política argentina. Massa, asesorado por el equipo electoral de Lula da Silva, no ha conseguido hacerles creer a los argentinos de que él no tenía nada que ver con ese 190% de inflación que los ha empobrecido a niveles africanos.
La mastodóntica maquinaria de poder del peronismo no puedo en esta segunda vuelta vencer a La Libertad Avanza, un partido al que le pasó factura su pubertad política, su falta de equipo y de organización en las generales del 22 de octubre. La pregunta de cómo un ministro-candidato como Massa, culpable de haber llevado al país al borde la hiperinflación, con cifras espeluznantes de inseguridad, pobreza y desempleo, fue capaz de ganar unas elecciones interpelará a los argentinos durante mucho tiempo.
La victoria de Milei tiene más valor si se piensa que Massa no sólo era el candidato del kirchenerismo sino del establishment, esa oscura, invisible y al mismo tiempo infinita red de fundaciones, ONGs, sindicatos, artistas y medios de comunicación que tragan con las consignas del Foro de Sao Paulo a cambio de ingentes cantidades de dinero. Para que nos hagamos una idea, Massa aumentó en más de 12.000 millones de euros la deuda pública sólo en octubre y en 100.000 millones la deuda total de este cuarto gobierno kirchnerista.
Macri, ¿el salvador de Javier Milei?
La aparición de Mauricio Macri puede que haya sido providencial para un partido de improvisados, caótico y donde conviven algunos personajes que parecen sacados de un frenopático con otros sensatos y responsables como Victoria Villarruel y Diana Mondino. Macri aportó lo que le faltaba a LLA: organización, estructura y fiscales (interventores) para vigilar que no hubiera pucherazo peronista en la provincia de Buenos Aires, el último bastión kirchnerista.
El gran reto de Milei será enderezar una economía al borde de la hiperinflación, la más alta en 31 años, un 40% de pobres y una década de estancamiento económico. El día después será crucial para poner de pie a una sociedad extenuada. «Al equipo de Milei le preocupa la corrida cambiaria. Tanto en Economía como en el Banco Central sostienen que Massa «no va a hacer el trabajo sucio» para Milei. ‘Vamos a tratar de no entrar en default pero no vamos a devaluar nosotros por él’, dicen los massista», según escribía Jorge Lanata en Clarín.