El 1 de enero de 2023 Cesce (Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación) activó el fin de la financiación para los proyectos internacionales ligados a infraestructuras de gas y petróleo. Una decisión que afecta a una porción importante de la industria española: equipos para manipulación de fluidos, fabricantes de tubos y sus accesorios, válvulas y actuadores, bombas y compresores o filtros, entre otros. Una iniciativa que también seguirán los países de la Unión Europea (UE).
Fuentes del sector confirman a este periódico el impacto a corto plazo que va a suponer el ‘veto’ al gas y al petróleo para los balances de las empresas industriales. «Nosotros también vamos a participar en la transición energética, por lo que es importante que podamos transitar. Aún no existe una alternativa real a los combustibles fósiles para muchas de las aplicaciones«, comentan.
La compañía de seguros de crédito financiaba proyectos hasta 2022 por valor de más de 1.000 millones de euros al año. «El calendario que se ha establecido en España -y Europa- es mucho más estricto que la que hay en otros países. Lo que ha provocado la situación es que este año nuestras empresas no podrán competir con las asiáticas o las de Oriente Medio en los proyectos que hay en África o Latinoamérica, porque no tenemos el músculo financiero que estas compañías sí tienen, que siguen respaldadas por sus gobiernos», aseguran desde el sector.
Fuentes del tejido industrial afectado afirman, no obstante, que estos contratos para la fabricación de infraestructuras en otros países no son el principal peso de sus ingresos. Aunque no esconden que el nuevo escenario tendrá un impacto, prefieren mirar con optimismo su futuro cercano. «Nos recuperaremos, la industria española siempre se recupera. Encontraremos soluciones para salir adelante».
Desde el sector estiman que el número de empresas españolas afectadas podría superar fácilmente el centenar. La industria asume que la nueva estrategia de Occidente es ir hacia la descarbonización, con la que están de acuerdo. Sin embargo, creen que esta transición debe hacerse siguiendo unos plazos razonables o ayudando de forma indirecta al sector. Algunas fuentes señalan la ley de la Administración Biden (Inflation Reduction Act). Se trata de un ambicioso plan de ayudas que permitirá a muchas de las empresas ligadas al gas y al petróleo virar su estrategia hacia nuevos negocios renovables.
Otras voces del sector también remarcan que, aunque a corto plazo es un «golpe», a medio o largo plazo puede convertirse en una «oportunidad«. «Están la eólica marina, el amoniaco verde y el hidrógeno verde. Pero esta medida no solo la está aplicando Cesce. Ya los bancos comerciales hoy te niegan o te ponen muchos obstáculos para financiar proyectos que no siguen una objetivo verde», apuntan.
Compromiso climático
España, tras la cumbre climática celebrada en Glasgow (Escocia) en 2021, se comprometió a dejar de apoyar proyectos del sector del combustible fósil que no contaran con tecnologías de reducción de emisiones antes de que finalizara el año 2022. Así, desde el 1 de enero de 2023 no se podrá otorgar apoyo oficial a proyectos dirigidos a las actividades de exploración, producción, transporte, almacenamiento, refino, procesado, distribución de carbón, térmico, petróleo y gas natural».
Por otro lado, Cesce se ha comprometido a reducir la exposición de la industria de los hidrocarburos de su cartera en un 75% en el año 2035 frente a los niveles de 2022. En cuanto al sector petroquímico, aunque su actividad se encuentra fuera de las actividades consideradas como fósiles, la compañía de seguros analizará si las operaciones dirigidas a la construcción de plantas petroquímicas integran la financiación de procesos típicamente asociados al refino. En los últimos meses, el Gobierno ha anunciado fondos verdes para ayudar a esta transición.
