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El separatismo insiste en señalar al Estado por los atentados islamistas en las Ramblas y Cambrils

Cinco años después de los atentados islamistas de las Ramblas de Barcelona y Cambrils, que causaron dieciséis muertos y cientos de heridos, una gran parte del separatismo considera que el Estado sabía que se iban a cometer los ataques, que no hizo nada para evitarlos y que fue un operación destinada a amedrentar a la población de cara al referéndum ilegal que se celebraría un mes y medio después, el 1 de octubre de 2017.

A pesar de las declaraciones del exjefe de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, en las que negaba todas las insidias vertidas por el separatismo y por el excomisario José Manuel Villarejo, el que fuera efímero consejero de Interior, el golpista indultado Joaquim Forn, insiste en una entrevista en el diario Público sobre los vínculos del imán de Ripoll (Gerona) Abdelbaki Es-Satty, el jefe de la célula terrorista con jóvenes de origen marroquí establecidos en dicha localidad, como confidente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Es-Satty habría sido captado en la cárcel cuando cumplía condena por tráfico de hachís.

Según dice Forn en la referida entrevista, «sigue habiendo cosas que no sabemos. Que no se han contado. No por parte de los Mossos, sino sobre todo por parte del Estado. Por ejemplo, sobre el papel del imán Abdelbaki Es-Satty. Es de las cosas que más dudas me generan. Hay muchas cosas que no acaban de estar claras sobre este tema. O del papel que tuvo el Gobierno del Estado poniendo en circulación una serie de noticias para desprestigiar al cuerpo de Mossos d’Esquadra a las pocas horas de los atentados. Creo que hay cosas que no ocurrieron porque sí, que todo esto estaba absolutamente dirigido».

Acusa a Sáenz de Santamaría

Forn, que había sido nombrado consejero el 14 de julio de aquel año, pocas semanas antes de los atentados, por la dimisión de Jordi Jané, acusa a la entonces vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, a la que define como «plenipotenciaria» y «todopoderosa». Y añade: «Podía hacer y deshacer lo que quisiera con su ‘Operación Cataluña’ particular. Ella tenía un control absoluto de muchas cosas, también de medios de comunicación que se dejaban controlar, catalanes y no catalanes. No todos los catalanes, lógicamente, pero era evidentemente que ella dictaba y daba información, que después ha podido demostrarse que era absolutamente falsa, para que se publicara en una determinada dirección. Y esto se propicia desde el Gobierno del Estado de una forma absolutamente escandalosa».

Para el exconsejero, «es grave» que Fiscalía no haya abierto una investigación en torno a las declaraciones de Villarejo, que llegó a decir en TV3, que se pretendía dar un «aviso a los catalanes. «Hay muchas dudas y muchas sombras -continúa, muchísimas, que en un Estado democrático deberían preocupar. Más bien tienes la sensación contraria. No sólo no preocupan, sino que existe toda una estrategia para ir tapándolo, para esconderlo y para que todo ello no salga. Entonces las sospechas se incrementan».

El desmentido de Trapero

De nada le ha servicio al independentismo que el responsable policial al que ensalzaron como un «héroe» durante las horas y días posteriores de las matanzas, Josep Lluís Trapero, confesara el pasado domingo en el diario La Vanguardia que «la respuesta más efectiva, con más conocimiento de datos, más profunda, y le puedo decir que más leal,­ fue la del CNI. No tengo ninguna duda, ni yo, ni ningún mando de los Mossos, sobre esto».

En cuanto a la relación con el CNI del imán que murió en la explosión de Alcanar (horas antes de los atentados y cuando preparaban bombas para atentar en la Sagrada Familia) Trapero sostiene que «una cosa necesariamente no lleva a la otra. Los Mossos colaboramos con muchas personas. Puede haber un confidente policial que después se le engancha con, por ejemplo, un transporte de drogas. No tengo ningún indicio de la teoría conspirativa. Y la única realidad de aquel momento es que el CNI nos ayudó mucho en la investigación».

Otro que se ha apuntado a la teoría de que el Estado tenía un conocimiento previo de los ataques es el diputado de Junts per Catalunya (JxCat) Francesc de Dalmases, que cobró notoriedad por amenazar a gritos a una periodista de TV3 tras una entrevista a la expresidenta del Parlament, Laura Borràs. Dalmases, en un mensaje en Twitter, «la represión del 1-O muestra la magnitud de la demofobia (sic) española. El 17-A es más aterrador aún porque muestra con toda crudeza cómo trabajan las cloacas y como los aparatos del Estado las protegen para garantizar la impunidad a través del secretismo».

Homenaje en las Ramblas

Por otra parte, el Ayuntamiento de Barcelona es el encargado del homenaje institucional a las víctimas que se celebrará este miércoles en la Rambla, junto al mosaico de Miró donde terminó el trayecto mortal de la furgoneta que conducía Younes Abouyaaqoub, que sería liquidado el 21 de agosto por una pareja de los Mossos en una zona rural.

Ada Colau encabezará una delegación con representantes de todos los partidos. La escritora Fátima Saheb leerá un comunicado, una coral llamada Vozes interpretará dos piezas y el acto concluirá con un minuto de silencio y una ofrenda floral.

Por su parte, la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (Acvot) y otras entidades, como la asociación policial Politeia, rendirán un homenaje a las víctimas en la fuente de Canaletas a las 11:30.