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El Teatre Lliure admite que el sueldo de Pasqual estaba fuera de mercado

Es difícil que el nuevo director del Teatre Lliure cobre el sueldo de Lluís Pasqual, que dimitió a final de agosto. Los emolumentos de 254.000 euros del ejercicio 2016 (156.462 por trabajos ejecutivos y 98.000 por dirección de espectáculos) están muy por encima de la media en España. En Europa solo algunos referentes indiscutibles cobran tanto, en general gente de la generación de Pasqual. «El sueldo de Pasqual es algo que tenía que haber revisado el Patronato cuando agotó los ocho años de mandato y se planteó su continuidad dos años más para hacer con calma los cambios internos que necesita el Lliure», admite Ramon Gomis, presidente de la Fundació del Teatre Lliure.

El teatro, toda una institución en Catalunya, se nutre de fondos públicos pero se gestiona a través de una fundación privada. En el 2018, con un presupuesto de 8.702.000 euros, de los cuales casi siete millones fueron aportados por las administraciones (3.614.100 Ayuntamiento de Barcelona,  1.963.600 Generalitat,  692.000 Diputación y 646.870 Ministerio de Cultura).

«Tenía presente que el sueldo de Pasqual estaba muy por encima de lo que se pagaba en otros teatros públicos»

Ramon Gomis

Presidente del Patronato de la Fundació Teatre Lliure-Teatre Públic de Barcelona

«Tenía presente que el sueldo de Pasqual, que ya estaba firmado cuando me hice cargo de la presidencia del Patronato, estaba muy por encima de lo que se pagaba en el TNC y en otros teatros públicos», reconoce Gomis. Las administraciones históricamente se han encargado en el Lliure de controlar la parte económica. Analizar y validar el nuevo contrato de dirección es parte de su trabajo. 

«Lo lógico sería tener unos baremos entre los cuales moverse a la hora de fichar a alguien, como ocurre en el mundo de la investigación». Gomis, de todas formas, considera que hablar de sueldo ahora es precipitado pues se está en una fase muy inicial y lo primero es determinar las bases del concurso público internacional para escoger al nuevo capitán del Teatre Lliure. Administraciones y patronato deberán plantearse qué margen habrá para negociar su sueldo.

El la profesión muchos se sorprendieron con los emolumentos del director Lluís Pasqual. Tanto por sus tarifas como responsable de la institución -cobraba más que el anterior director general del Liceu- como por las sumas que recibía por la dirección de montajes teatrales. Lo normal en el Teatre Nacional de Catalunya es cobrar 25.000 euros por una producción en la sala grande para gente como Xavier  Albertí, responsable del centro o Àlex Rigola, ambos con una sólida trayectoria. Aunque la tarifa no es fija, puede llegar a los 19.000 en el caso de directores con menos experiencia.

¿Qué precio tiene el arte? No es fácil de dictaminar, cierto. Pero lo que estaba claro es que Pasqual cobraba muy por encima del precio de mercado. Para el director, montar un espectáculo suponen unos cinco meses de trabajo, según la producción. Entre los trabajos previos, los ensayos y, después, las funciones que hay que ir puliendo. En el Lliure de Gràcia, una sala de 250 localidades, los precios estaban en torno a los 20.000 euros. Y en sala Fabià Puigserver del Lliure de Montjuïc, con capacidad para 736 personas, de 25.000 a 30.000, en función del director y de su cotización. No es lo mismo un director novel que uno consagrado.

Hay la sensación que los sueldazos en el mundo del espectáculo son solo para directores que rondan más allá de los 65 y 70 años. Las nuevas generaciones han nacido en una época donde la cultura ha ido a menos en este sentido y se han tenido que acostumbrado a cobrar menos y vivir más a precario. En el fondo, el teatro no es más que un reflejo de nuestra sociedad donde unos pocos ganan mucho, otros luchan por alcanzar la cima y la mayoría sobrevive, si puede.