Miles de cubanos fueron convocados sábado por la tiranía para protestar contra el embargo comercial de Estados Unidos y reafirmar su respaldo a la revolución comunista, días después de las mayores protestas contra la tiranía en el país.
Desafiando la propagación de la pandemia y en presencia del tirano Raúl Castro, unas 100.000 personas –acarreadas por la dictadura– agitaban banderas y coreaban consignas gubernamentales y contra el embargo estadounidense.
Otros miles cubanos habían salido a las calles el domingo y el lunes pasado en una inusitada protesta por la escasez de productos básicos, de medicamentos, por las restricciones a las libertades civiles y contra el sistema socialista en medio del peor momento de la pandemia de coronavirus.
«No es por capricho que nos reunimos aquí esta mañana en medio de una compleja situación epidemiológica. Los hemos convocado para denunciar una vez más el bloqueo, la agresión y el terror. El enemigo (Estados Unidos) ha vuelto a lanzarse con todo para destruir la sagrada unidad y la tranquilidad ciudadana», dijo en su discurso Miguel Díaz-Canel.
El régimen sostiene que los disturbios fueron orquestados por contrarrevolucionarios financiados por Estados Unidos que manipularon la frustración de muchos cubanos.
Unos 6.062 cubanos fueron diagnosticados el sábado con la enfermedad. «Cuba todavía permanece en una meseta alta. Es decir, que no despega hacia una situación de mejoramiento que vaya dejando atrás el actual pico pandémico», informó Díaz-Canel.
Las autoridades comunistas dijeron que actos similares habían tenido lugar simultáneamente en todas las provincias. En La Habana, la multitud comunista agitaba banderas cubanas, fotos de Fidel y su hermano Raúl Castro, muy cerca del paseo marítimo costero.
Previo al comienzo del acto, un hombre gritó «Libertad» y «Patria y Vida», consignas antigubernamentales que tuvieron lugar en medio de los disturbios. El manifestante fue sacado de la concentración.
«A pesar del coronavirus tenemos que defender en lo que hemos creído, para eso estamos aquí, para defender la Revolución que nos ha ayudado y nos ha traído hasta aquí», dijo Maritza González, una trabajadora estatal, que había llegado en la madrugada para participar en el acto.
