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ERC se prepara ahora para la imposición plena de la lengua catalana de signos entre los sordomudos

ERC quiere implantar ahora el uso exclusivo del catalán entre los sordomudos. Lo cierto es que la lengua catalana de signos ya cuenta con una normativa de pleno respaldo. Pero eso no es lo que quieren los separatistas: quieren la erradicación de la lengua española en todos los ámbitos. Y el de la lengua de signos queda dentro de sus planes.

ERC pretende usar para ello el «código de accesibilidad» para «hacer de la lengua de signos catalana una herramienta de accesibilidad e igualdad de oportunidades en todos los ámbitos de la sociedad», aseguran los de Oriol Junqueras.

Ese código debe favorecer una plena implantación. Y, de paso, una plena erradicación de la lengua de signos española.

La lengua de signos es una lengua de carácter visual, gestual y espacial con gramática propia que reúne todas las características y cumple las mismas funciones que cualquier otra lengua. «No hay una única lengua de signos en el mundo, cada país tiene una o varias lenguas de signos que han evolucionado en el seno de sus comunidades lingüísticas, con independencia de las lenguas orales», como señala la Confederación Estatal de Personas Sordas. «En España, está la lengua de signos española y la lengua de signos catalana», añade esta entidad.

La lengua de signos debe facilitar «el aprendizaje en general, así como el acceso a la lengua oral además de propiciar la participación e inclusión social. La lengua de signos suma», añade la Confederación Estatal de Personas Sordas.

Pero ERC quiere que esa posición la ocupe sólo la lengua de signos catalana. Y para ello pretende regular el uso y la presencia de la Lengua de Signos Catalana (LSC) para implantarla «en todos los ámbitos de la vida social donde sea necesaria la comunicación».

Lo cierto es que la Ley 13/2014, de 30 de octubre, de accesibilidad ya reguló en su artículo 31 los derechos de las personas con «discapacidad auditiva que se comuniquen en lengua de signos». Y allí «se reconoce la lengua de signos catalana como la lengua de las personas sordas o sordociegas signantes en Cataluña, de conformidad con lo establecido por la legislación de la lengua de signos catalana y la normativa de accesibilidad que la complementa«.

Las garantías de aprendizaje no son suficientes

Su artículo 32 recogía igualmente las «condiciones de accesibilidad en la comunicación en el ámbito de la enseñanza». Entre los puntos recogidos allí se señala que «el departamento competente en materia de enseñanza debe garantizar a los alumnos con discapacidad sensorial, ya sea auditiva, ya sea visual, ya sea auditiva y visual a la vez, y también a los alumnos con dificultades graves de lectura o de comprensión, un proceso educativo en las condiciones adecuadas que tenga en cuenta la diversidad funcional y permita ajustar el acceso a la comunicación y el currículo a las necesidades de cada caso». Y «con relación a los alumnos con discapacidad, el departamento competente en materia de enseñanza:

a) Debe garantizar a las familias o tutores de los niños con discapacidad auditiva la información sobre las modalidades educativas para su escolarización, para que puedan escoger libremente entre la modalidad educativa oral o la bilingüe en los centros que se determinen, y debe garantizar el aprendizaje y el uso de la modalidad elegida«. Igualmente que «debe garantizar el aprendizaje y uso del sistema de lectoescritura en Braille a los alumnos ciegos, a los alumnos sordociegos y a los alumnos con discapacidad visual grave, en los casos en los que se estime adecuado, y debe garantizar las adaptaciones necesarias para que las aulas cumplan las condiciones que permitan a los alumnos con baja visión aprender en sistemas de lectoescritura en tinta y visuales, de acuerdo con las circunstancias y necesidades de los alumnos con discapacidad visual».

Por último también regular la garantía del «acceso a materiales educativos en formato de lectura fácil y con letra ampliada a los alumnos que tengan dificultades de lectura debidas a discapacidades cognitivas, trastornos del aprendizaje u otros factores causales, y debe garantizar que los profesionales que deben atender a dichos alumnos conocen las estrategias de aprendizaje y las ayudas técnicas adecuadas para dichos casos».

Pero eso a ERC no le vale. Porque quiere la imposición de la lengua de signos catalana en exclusiva.