Las dos fosas comunes con más de 600 cadáveres encontradas este jueves por los soldados ucranianos en la recién liberada ciudad de Izium, a unos 120 kilómetros de Járkov, son la última imagen del horror de la guerra en Ucrania.
No es, sin embargo, una imagen nueva. Cuando el ejército ruso abandonó en abril la localidad de Bucha, al norte de Kiev, las fotografías de cuerpos de más de 200 civiles abandonados en las calles durante días estremecieron al mundo.
En esta ocasión, la tragedia se repite y los muertos se multiplican. Los cuerpos también han sido hallados con signos de tortura. Algunos «con las orejas cortadas» y otros con señales de «estrangulamiento». Al menos así lo ha asegurado el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en su cuenta de Telegram.
La policía trabaja en un lugar de entierro masivo durante una exhumación, mientras continúa el ataque de Rusia a Ucrania, en la ciudad de Izium
«Entre los cuerpos exhumados por los investigadores han aparecido niños muertos en ataques con misiles, familias enteras y soldados del ejército ucraniano», ha detallado el líder ucraniano.
Por su parte, el comisionado de Derechos Humanos del Parlamento de Ucrania, Dmytro Lubinets, señaló que no se sabe todavía cuándo o cómo murieron esas personas, pero que parecía que los habían «agrupado y enterrado». A algunos en primavera y a otros más recientemente.
También se han encontrado «al menos 10 cámaras de tortura en localidades de la región de Járkov, seis de ellas en Izium y dos en Balakliya», de acuerdo con las declaraciones del jefe de la Policía Nacional ucraniana, Ihor Klymenko, recogidas por la agencia Efe.
En los territorios reconquistados durante la contraofensiva relámpago en la región de Járkov también se han encontrado «cárceles» en las que los detenidos estaban «en condiciones inhumanas«, según detalló el viceministro de Interior ucraniano, Yevgueni Yenin, en una entrevista a la emisora Radio NV.
La ofensiva continúa
Ante lo que parece un crimen de guerra, una misión de Derechos Humanos desplegada por la ONU en Ucrania va camino a Izium para verificar las informaciones. Estos observadores realizaron una labor similar en Bucha, donde trataron de establecer si las víctimas eran militares o civiles, si fueron asesinadas, murieron en combate o por causas naturales.
Mientras, la contraofensiva continúa. Y aunque los rusos están fortaleciéndose, según dijeron funcionarios ucranianos a la agencia Reuters, los ucranianos siguen avanzando, tanto en el noreste como en el sur.
Sin ir más lejos, en la región de Jersón, las fuerzas rusas denunciaron un ataque con misiles de alto alcance HIMARS (enviados por Occidente) que dejó al menos 10 heridos. Kiev todavía no ha confirmado esa ofensiva, pero el Institute for the Study of War, sugiere que Jersón es uno de los puntos calientes de la guerra.
Asimismo, los servicios de emergencia de la autoproclamada república popular de Lugansk, perteneciente a la región del Donbás ocupada por Rusia en 2014, avisaron de que el fiscal general de la región, Sergey Gorenko, había fallecido por la explosión de una bomba en sus oficinas.
⚡️ A powerful explosion was heard in the building of the so-called «General Prosecutor’s Office of the #Luhansk People’s Republic» in the center of Luhansk. pic.twitter.com/65fUum46xm
— NEXTA (@nexta_tv) September 16, 2022
Excusas rusas
Cómo no podía ser de otra manera, las fuerzas rusas, que ocuparon la ciudad de Izium en marzo han rechazado cualquier responsabilidad sobre los cadáveres encontrados en las fosas. Ha sido el jefe de la administración de la región de Járkov designado por Rusia, Vitali Gánchev, quien ha señalado como culpable al Gobierno ucraniano «de especular con la vida de la gente«.
«Ahora comprendemos para qué el Ejército ucraniano aterrorizaba a las personas en Bucha. Ucrania simplemente sacrificó a la población civil con propósitos egoístas para crear una postal para el reportero occidental que ya hoy filma sus historias para que mañana el régimen de Kiev pueda recibir más armas», declaró a la agencia oficial rusa TASS.
