Los jefes de Estado y de Gobierno de los veintisiete países que permanecerán en la Unión Europea (UE) tras la salida del Reino Unido aprobaron ayer las primeras directrices para negociar la relación entre Londres y Bruselas después del Brexit.
Por otro lado, Rajoy rechazó la ampliación de la UE con la entrada de Kosovo, Estado al que España no reconoce, y no aclaró el nivel de participación que habrá en la cumbre con los Balcanes occidentales que organiza el 17 de mayo en Sofía la Presidencia búlgara de la Unión, a la que también ha sido invitado el presidente del país balcánico. Reconocer Kosovo conllevaría implícitamente que Cataluña tuviera un posible reconocimiento en el futuro.
Mientras, España considera que las conversaciones con el Reino Unido sobre la aplicación del periodo transitorio del Brexit en Gibraltar «progresan satisfactoriamente» y augura que eso permite ser optimistas respecto a la consecución de un acuerdo en los próximos meses. El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, expresó esa satisfacción en la conferencia de prensa con la que cerró su presencia en Bruselas. Rajoy precisó que el acuerdo debe asegurar la mejora de la situación de los trabajadores transfronterizos y soluciones razonables para una serie de cuestiones que han venido afectando negativamente a la zona del Campo de Gibraltar. En concreto, se refirió a la necesidad de acabar con situaciones de tráfico ilícito, mejorar la transparencia e intercambio de información fiscal, el uso futuro del aeropuerto de Gibraltar y cuestiones de pesca y medioambiente.
