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Feijóo, satisfecho con el objetivo de la moción de censura: el PSOE y Vox reconocen al PP como la única alternativa

En Génova esperan un debate en el que la diana serán ellos. Los socialistas se saben perdedores en mayo y Vox siente la amenaza del voto útil.

A dos días del inicio del debate de la moción de censura presentada por Vox contra Pedro Sánchez, cada vez parecen más claras las verdaderas intenciones del PSOE y del partido liderado por Santiago Abascal con la maniobra que tiene como ponente a Ramón Tamames. Así lo proclaman desde el Partido Popular, que este domingo ha fijado su posicionamiento en delcaraciones de su coordinador general. Elías Bendodo ha lamentado que Vox «se ha marcado un gol en propia puerta y haya regalado a Pedro Sánchez una victoria en el tiempo de descuento», al tiempo que ha considerado que las mociones de censura «se presentan para ganarlas y echar al que está, no para reforzarlo y apuntalarlo».

En este sentido, este sábado ahondó en la lectura de situación la secretaria general de PP, Cuca Gamarra. «Creo que todos tenemos la sensación de que Vox se ha arrepentido en unas cuantas ocasiones (…) Le va a dar oxígeno a Sánchez», ha señalado, antes de remarcar lo siguiente: «No compartimos este instrumento ni la utilización que se está haciendo del mismo y, por tanto, no la vamos a apoyar». «Sólo servirá para visualizar el pegamento que tiene el Gobierno frankenstein con sus socios. Lo que está claro es que esta moción a quien más alegra es a Pedro Sánchez. Y si está tan contento y tan feliz es porque le es rentable, no por otra cosa», aclaró.

Saben en Génova que la moción de censura representa uno de los pocos clavos ardiendo que le quedan al Gobierno de coalición para tratar de remontar su aceptación antes de las inminentes elecciones municipales y autonómicas. Sólo el CIS de Tezanos les regala un augurio positivo y la gran mayoría de las encuestas independientes evidencian que la sociedad ya ha marcado a Alberto Núñez Feijóo y al PP como la única opción altenativa y de garantías para ejecutar el cambio en Moncloa. Para finalizar con la deriva problemática que llevan arrastrando años PSOE y Unidas Podemos, en una coalición gubernamental repleta de divisiones, desacuerdos y turbulencias. No en vano, en poco más cinco años de mantado, Sánchez ya ha nombrado a 40 ministros.

Es por ello que Gamarra, la portavoz del Partido Popular en el debate de la moción de censura, va a usar su tiempo para «brindar a la sociedad española los motivos para la censura (de Sánchez) pero sobre todo la alternativa que tiene España y que va a poder materializar muy pronto». Alberto Nuñez Feijóo y su equipo de trabajo se han marcado un camino claro que pasa por la moderación y la construcción de soluciones. «Hemos tomado el camino de la centralidad. El Partido Popular es reformista porque lo bueno, para que siga siendo bueno, necesita ser reformado y actualizado (…) Tenemos un proyecto que se basa en pagar lo que se debe y que se dirige a la mayoría centrada, sensata, que no quiere discutir por política», ha especificado el dirigente gallego este fin de semana.

Así pues, el PP va a desglosar su modelo de gestión y a enfatizar los múltiples errores en los que ha incurrido Sánchez y sus ministros. Y lo va a hacer aunque sepa que el verdadero objetivo de la diana del PSOE y de Vox, los dos polos opuestos que se felicitan por llevar a cabo la moción, no es otro que minar la espectacular ola de apoyo que ha recabado Feijóo desde que relevó a Pablo Casado en la presidencia ‘popular’. Una inercia que le ha convertido en farorito destacado ante los comicios del 28 de mayo y, también, los que se celebrarán a finales de año -las elecciones generales-. Cuenta con el aval de la seriedad y compromiso y, además, con el voto útil como factor relevante.

Esto último es lo que preocupa a Vox y uno de los elementos más importantes que les ha empujado a mantener la celebración de la moción, aunque se haya llegado a filtrar el discurso de Tamames. Las encuentas apuntan a un descenso notable de la confianza ciudadana en la formación de Abascal -que sigue minada por la complicada salida de Macarena Olona-, siendo la fuga de votos hacia el renovado Partido Popular uno de los coladeros que aspiran a tapar en estos meses de campaña. Una campaña que, sin duda, va a arrancar para ellos el martes y el miércoles, con el economista y antiguo dirigente del Partido Comunista como mero actor invitado. Los ataques de Vox irán en dirección al PP. Ya han avanzado en esta línea.

«Ya vale de estas zarandajas, es palabrería, no se atreven a hablar claro. Se le ha acabado el crédito con los españoles y sólo tienen deudas desde hace 15 años con los ciudadanos porque no ha habido una sola bandera (ideológica) que no hayan tirado al suelo», denunció Abascal al mencionar la moderación de Feijóo. Y ha criticado que el PP haya asumido las leyes sobre la violencia de género, el aborto o la lucha contra el cambio climático. Esa es la senda por la que Vox va a intentar recuperar el terreno electoral. El voto útil favorable a los ‘populares’, que frenaría su crecimiento, es su enemigo real. Y el objetivo a batir.

Bajo esa doble amenaza, a izquierda y derecha, se va a encontrar el Partido Popular en la moción de censura. Feijóo lo verá desde su despacho en Génova, conocedor de la realidad del contexto y alejado deliberadamente de la teatralidad zafia en que se han venido convirtiendo los debates en el Congreso de los Disputados. Tal y como adelantó El Imparcial el pasado 23 de febrero -en el editorial titulado ‘La moción de Abascal busca perjudicar a Feijóo, no a Sánchez’-, ese es el ajedrez. Feijóo está liderando la alternativa siguiendo este lema: «Los partidos que representan al pasado no ganan las elecciones». «Trabajamos para ganarles en las elecciones de mayo y en las elecciones generales. Porque aunque ganen una votación en el Congreso de los Diputados, han perdido a la gente (…) Lo que les une es atacar a Feijóo y que usen las ruedas de prensa para insultar a Feijóo acredita que ya se ven en la oposición», ha sentenciado el mandatario gallego.

A Sánchez le ha caído del cielo una oportunidad estupenda para intentar degragar a Feijóo gracias a Vox. Tanta importancia le entrega el PSOE a esta ocasión inesperada que ninguno de sus ministros va a atender a los miembros de la delegación europea que viajarán esta semana a Madrid para investigar el espionaje con el programa Pegasus El único representante del Ejecutivo que hará acto de presencia ante los integrantes de la delegación parlamentaria será el secretario de Estado para Asuntos Europeos, Pascual Navarro. Y Abascal ha conseguido horas de televisión y radio para exponer las flaquezas del PP y las fortalezas de su formación como la verdadera derecha. Ansían convencer de que son la verdadera oposición a Sánchez. Aunque los números desmientan esta voluntad con una contundencia tozuda.