Inicio Argentina Hacia un pacto democrático que deja atrás el purismo del PRO

Hacia un pacto democrático que deja atrás el purismo del PRO

Por MARIANO SPEZZAPRIA

@mnspezzapria

Tras la conferencia de prensa en la que aceptó el ofrecimiento que le hizo Mauricio Macri para ser su compañero de fórmula, Miguel Pichetto se recluyó en su despacho del Senado. Hasta allí llegaron tres dirigentes radicales de peso: Ernesto Sanz, Gerardo Morales y José Cano. Ahí quedó claro que la UCR no había sido, como otras veces, una convidada de piedra a la hora de las grandes decisiones.

Todo lo contrario: Sanz -a quien se mencionaba para el puesto- y Morales fueron los principales promotores de Pichetto. La jugada también contó con el aval de Alfredo Cornejo, el titular del Comité Nacional de la UCR que en octubre será candidato a diputado nacional y que aspiraría a quedarse con la presidencia de la Cámara baja si el oficialismo se impone en las elecciones.
Entre Pichetto y Sanz se cocinó en las últimas semanas la idea de armar un “pacto democrático” para bloquear el regreso del kirchnerismo al poder. Los radicales lo expresaron a su manera cuando llamaron a ampliar Cambiemos. Y el senador rionegrino puso lo suyo cuando dijo que en una segunda vuelta entre Macri y Alberto Fernández-Cristina Kirchner, votaría por el Presidente.

Macri ya estaba en la misma sintonía: a tal punto, que le había ofrecido la vicepresidencia a Juan Manuel Urtubey en un reciente viaje a Salta, donde el gobernador lo recibió junto a Isabel Macedo. “Cuando me lo propuso, no lo pensé un instante. En política, la duda es ausencia de coraje”, dijo ayer Pichetto desde el salón Eva Perón del Senado, al relatar su reacción contraria a la de Urtubey.

Aunque según pudo saber EL DIA, la incorporación de Pichetto a la coalición oficialista -que ya no se llamará Cambiemos cuando se anote hoy ante la Justicia electoral- es sólo el primer eslabón de una estrategia del Presidente de sumar a dirigentes del peronismo moderado para ampliar la base de sustentación política en un eventual segundo mandato (2019-2023). Los nombres de Urtubey y del gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, figuran al tope de esa lista.

Pero eso deberá esperar a una posible segunda vuelta electoral, porque Urtubey ratificará su precandidatura -este mismo miércoles desde La Matanza- y tendrá a Schiaretti como su principal armador a nivel nacional. De hecho, el gobernador cordobés colocará a Carlos Caserio, senador de su confianza, al frente del bloque al que acaba de presentar la renuncia Pichetto.

Dentro del Gobierno nacional, en tanto, la incorporación de Pichetto a la fórmula con Macri representa un envión para los aperturistas Rogelio Frigerio y Emilio Monzó, pero supone un paso atrás para los puristas del PRO encarnados en Marcos Peña, el jefe de Gabinete que seguirá al frente de la campaña electoral, pero que difícilmente conserve su actual cargo en una gestión que se perfila con otra densidad política, más vinculada a la política tradicional.

A nadie escapa que Pichetto es un dirigente de carrera política -ayer recordó sus inicios como concejal en la Patagonia- y que por edad y formación, tiende a priorizar sus vínculos con peronistas y radicales, antes que con formaciones más recientes como el PRO. Su designación -que este diario comentó el fin de semana- cerró el paso a varias mujeres del macrismo. Y también dio por tierra en forma definitiva con el Plan V que proponía el reemplazo de la candidatura de Macri por la gobernadora María Eugenia Vidal.