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Irene Montero critica que se aplauda a Plácido Domingo: «¿Qué mensaje mandan a las mujeres?», se queja amargamente la modistilla

Plácido Domingo es, según los críticos, el tenor más grande de todos los tiempos. Es también director de orquesta, productor y compositor. En virtud de sus méritos ha sido director general de la Ópera Nacional de Washington y de la Ópera de Los Ángeles (California). Con registros de barítono y tenor, formó parte del trío Los tres tenores, junto al también español José Carreras y al italiano Luciano Pavarotti.

Entre otras distinciones, posee la Orden del Imperio Británico y la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio. Ha sido uno de los artistas más importantes de nuestro tiempo.​

Irene Montero fue seis meses cajera de un hipermercado y después la pareja feliz – con muy buen expediente académico – del que fuera vicepresidente del Gobierno. El matrimonio Ceaucescu. Hay sensibles diferencias entre Plácido Domingo y la antigua cajera. Comparar la trayectoria de ambos es sencillamente obsceno. Como lo sería comparar a un sastre de alta gama con una modistilla. Plácido Domingo nos deleita con su voz. Irene Montero se execra a sí misma con su odio a las mujeres que no piensan como ella, que por fortuna son legión. Plácido Domingo representa la elegancia interpretativa. Irene Montero representa la estulticia política. Plácido Domingo será recordado siempre como uno de los grandes monstruos de la música. De Irene Montero nadie se acordará cuando abandone la política y si acaso para acordarnos de su progenie. Plácido Domingo es respetado y querido por millones de españoles. Irene Montero es despreciada y detestada por otros tantos. La vida de Plácido Domingo tiene para nosotros un valor vital que la de la ministra de Igualdad no alcanzará a tener nunca.

Irene Montero ha criticado la ovación recibida este miércoles por el tenor Plácido Domingo -acusado sin pruebas de abusos sexuales- y ha lamentado el mensaje que con esos aplausos se manda a las mujeres víctimas. Los aplausos a Domingo representan sobre todo el hartazgo de los españoles a las denuncias falsas y a políticas como Irene Montero. Representan la dignidad de una parte de la sociedad que no pierde el resuello cada vez que una modistilla condena a un hombre inocente y le hace vivir un calvario. Representa lo que Irene Montero no recibirá nunca de la gente decente de nuestro país. Pero sobre todo, representa un derechazo directo al mentón de las feministas subvencionadas.

“¿Por qué hay quienes necesitan aplaudir con estruendo a un hombre que ha confesado haber abusado sexualmente de varias mujeres?”, se ha preguntado Montero en un mensaje en Twitter en referencia al concierto que ofreció este miércoles Plácido Domingo en el Auditorio Nacional de Madrid y durante el que recibió una gran ovación del público.

La titular de Igualdad ha lamentado el mensaje que con esa ovación se manda a esas mujeres y a las que son agredidas sexualmente cada día en nuestro país. “Porque son los mismos que luego se sorprenden de que las mujeres no denuncien por miedo a no ser creídas”, ha advertido.

“Incluso quienes piensan que la respuesta no puede ser el escarnio público deberían entender que la ovación lo es aún menos”, ha señalado Montero.