Jacobo Vázquez.
AD.- Para qué nos vamos a andar con rodeos, Jacobo Vázquez, responsable territorial de Vox en la zona sur, eres un chusquero que no vales para nada y por eso necesitas imponer tu triste autoridad entre la gente de Vox en Andalucía.
La política es odiosa cuando gente como tú la execra tanto. Nunca harías carrera en la empresa privada, y tú lo sabes; por eso te aferras a la política para ejercer un poder sobre personas que valen infinitamente más que tú. Eres el responsable de que Vox esté roto en la mayoría de las provincias andaluzas. Tienes al partido hecho unos zorros en Almería, Jaén, Cádiz y Sevilla. Los críticos de esas provincias, que son legión, te acusan de formar parte de todos los «movimientos desestabilizadores» y de concebir el partido como un cortijo privado.
Pese a su inmensa valía, sideral si la comparamos con la que tu tienes, te has opuesto al nombramiento de Marian Hoyos como responsable de Afiliaciones en Málaga. También se opuso Patricia Rueda. Triste papelón el de tener que soportar la falsa autoridad moral de gente como tu. Cada vez que tomas una decisión execras el ejercicio de la actividad partidaria. Porque tú, que nunca has pagado una nómina, alma de cántaro, eres la mejor prueba del por qué nadie con peso, y que no necesite económicamente de la política como para confinar su dignidad, admitiría estar bajo tus órdenes.
Tu autoridad moral es para mi la de un lagarto. Algo no me cuadra de Vox cuando deja que impongas esa falta autoridad moral a personas que valen mil veces más. Deja que Antonio Sevilla dirija el partido y no le quites autoridad. Si Vox Málaga es gestionado la mitad de bien que el establecimiento hotelero de lujo que tiene Antonio Sevilla en Torremolinos, el éxito en la provincia lo tiene asegurado. Deja que él haga los nombramientos que su proyecto de gestión requiere. A diferencia tuya, él no necesita de la política para medrar ni tampoco como medio de vida. El suyo está garantizado fuera de ella. Tanto que es el único concejal que conozco que dona íntegro su sueldo a familias españolas necesitadas. Un ejemplo de decencia y de grandeza humana que tú, chusquero, no tendrás nunca. ¡Abandona tus sucias manos de Málaga!
