Inicio Actualidad La diversidad aparente de los medios

La diversidad aparente de los medios

Jean Thiriar.- A través de los gobiernos europeos a sueldo, el capitalismo internacional controla directamente los dos medios de propaganda que se afirman como los más eficaces por deleitar a la pereza natural de los espíritus: la radio y la televisión. Es la razón por la cual estas dos temibles armas constituyen en los países de Europa monopolios del Estado, con la excepción de algunas cadenas privadas que el capitalismo internacional controla de otros modos.

Gracias a la radio y sobre todo a la televisión, los gobiernos democráticos pueden imponer a las masas las contra-verdades mas insolentes. Es significativo que en presencia de de cualquier acontecimiento político capital, todas las radios y todas las televisiones estatales de Europa occidental, presentan exactamente el mismo punto de vista, que suele ser indefectiblemente una opinión opuesta a los intereses profundos y reales de Europa. Observando bien y prestando atención, se constata que las posiciones defendidas por estas radios y televisiones de Estado corresponden exactamente a los fines de los imperialismos internacionales, y principalmente del imperialismo norteamericano(…).

El gran argumento de la democracia, para para alegar su buena conciencia, es que ella posee una prensa libre. Ciertamente los gobiernos raramente prohíben los periódicos, pero la libertad de expresión en la prensa está subyugada de una manera mucho más sutil y mucho más eficaz. Con el actual estado de precios, los periódicos , incluso con importantes tiradas, no pueden sobrevivir sin los anuncios comerciales que publican. Esto crea una situación profundamente malsana: los periódicos ya no dependen de la venta de sus números a sus lectores, sino de la importancia de los presupuestos publicitarios que sus anunciantes les alquilan. Llega a ser así descaradamente falso afirmar que siguen el principio democrático que consiste en reflejar la opinión de sus lectores. Dependiendo exclusivamente, para su subsistencia, de sus anunciantes, ellos obedecen, al final del engranaje a las directivas del capitalismo financiero. Es pues exclusivamente su punto de vista el que expone la prensa llamada libre y democrática. Como ésta las escasas radios y televisiones privadas, que existen al margen de las poderosas centrales de emisión estatales, se encuentras atadas de pies y manos ante el gran capital por el canal de la publicidad que alimenta a sus recursos(…)

Así como los partidos políticos y los sindicatos, la prensa posee una “diversidad aparente” que se presenta como prueba de su libertad. Pero esta variedad de fachada no es real. Es cierto que algunos grupos capitalistas controlan periódicos de diversas tendencias y a veces opuestas que se atacan con violencia mutuamente. Se trata pura y simplemente de distraer al público, de adormecerlo proporcionándole la ilusión de que se le deja libertad de elección entre diversas opiniones a través de estas falsas variantes, ya que siempre se le impone una opinión única: la que sirve a los intereses del capitalismo internacional(…)

Tal como procede con los partidos políticos, el régimen tolera e incluso suscita en todo momento una prensa que aparenta una cierta oposición a la democracia degenerada que conocemos. Se trata de canalizar y paralizar el descontento del público sin poner por nada del canalizar y paralizar el descontento del público, sin poner por nada del mundo en peligro las posiciones del imperialismo internacional y del régimen a través del cual actúa. Esos pretendidos períodicos de oposición evidentemente no pueden conducir una oposición al régimen más que hasta donde le permite(o le ordena)el capitalismo financiero, ya que dependen total y exclusivamente de él para su subsistencia por medio de los anuncios publicitarios que les otorga.