Puertos españoles como pueden ser el de Mallorca, el de Marbella o el de Ibiza, hacen de este país un destino ideal para admirar yates espectaculares. Y empresas como Nautal hacen que alquilar estas embarcaciones esté al alcance de cualquier persona. Sin embargo, la mayor parte de ellos están construidos en potencias como Reino Unido, Italia o Francia. Lo cual no quiere decir que en España no se fabriquen yates.
Un estudio sobre la materia, concretamente el Informe del mercado de embarcaciones de recreo, enero-diciembre 2017, que fue editado por la Asociación Nacional de Empresas Naúticas (Anen), apuntó a un aumento de las matriculaciones de un 9,4% en relación a 2016, sumando así tres años de crecimiento.
En búsqueda de un cliente más tecnológico
Pues bien, Carlos Sanlorenzo, secretario general de Anen, explicó que este es un sector que registra cada vez más iniciativas nuevas empresariales con el objetivo de captar un perfil de cliente nuevo, más tecnológico.
Según los datos dados a conocer por Anen, el sector náutico en este país redujo prácticamente un 70% su tejido empresarial y volumen de negocio a lo largo de los años de crisis económica. No obstante, a partir de 2012 empezó a recuperarse a causa de un notable cambio en relación al tipo de empresa náutica, tanto las nuevas que aparecieron como las antiguas que empezaron a configurarse.
De este modo, la nueva iniciativa emprendedora dentro del sector responde a un perfil de consumidor nuevo, y tal como afirmó Sanlorenzo: «están surgiendo nuevas empresas de construcción de embarcaciones de recreo que fabrican un tipo de barco más novedoso y más asequible, orientado a impulsar la náutica de recreo como una opción de ocio en el mar, a la que toda la sociedad pueda acceder».
El caso de Astilleros Astondoa
Uno de los astilleros que ha logrado superar la crisis económica y aportar una respuesta para ese nuevo perfil de comprador es Astilleros Astondoa, en Alicante. Su director comercial, Jaime Cortecero, explicó que la empresa tuvo que evolucionar muy rápidamente, y adaptarse a las nuevas tendencias que se daban en la náutica.
Trabajar para posicionarse en los mercados internacionales fue el objetivo que se planteó, ya que, en palabras de Cortecero: “el mercado nacional ha estado totalmente deprimido hasta mediados de 2015, cuando empezó a resurgir tímidamente, aunque sin alcanzar las cifras de negocio anteriores a la crisis”.
En la actualidad, Astondoa vende el 80% de su producción entre 8 y 12 embarcaciones de mediana o gran eslora al año a países extranjeros. Anen sitúa este dato en el 70%. La empresa alicantina ha sabido posicionarse dentro de un target muy específico de compradores de yates de lujo con esloras que van desde los 11,5 hasta más de 38 metros.
Por su parte, los clientes de Astondoa buscan concretamente la exclusividad, y un grado de especialización alto. Sus clientes son muy exigentes, tal como desde la propia empresa se ha manifestado, en relación a la calidad y las prestaciones de la embarcación.
