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La exoneración de Lula forma parte de una feroz campaña contra Bolsonaro – La Gaceta de la Iberosfera

La izquierda internacional lleva a cabo una feroz campaña en contra del presidente del Brasil, Jair Bolsonaro.  El objetivo no es otro que lograr su destitución este año e impedir su reelección a finales de 2022. El centro de la campaña consiste en responsabilizar a Bolsonaro de la crisis del covid-19 al tiempo que adelantan la tesis de una presunta “cepa brasileña”, ocultando que los verdaderos responsables de la pandemia son los jerarcas del gobierno chino.

La campaña en contra de Bolsonaro se da en un marco regional peligroso para el Brasil: Evo regresó al poder en Bolivia; Arauz ganó la primera vuelta en Ecuador; en Chile se pretende imponer una Constitución socialista; el presidente Mario Abdo está bajo ataque en Paraguay; y Argentina, Cuba, México, Nicaragua y Venezuela están en manos del Foro de São Paulo.

Responsabilizar a Bolsonaro de la crisis del Covid-19

El Centro de Investigaciones y Estudios de Derecho Sanitario de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de São Paulo, conjuntamente con Conectas Derechos Humanos, organización no gubernamental con vínculos de izquierda, publicaron un boletín el 21 de enero pasado llamado Derechos en la pandemia: mapeo y análisis de las normas jurídicas que dan respuesta al covid-19 en Brasil.  Según estos dos organismos, Bolsonaro busca deliberadamente expandir la enfermedad. “Nuestro estudio ha revelado la existencia de una estrategia institucional de propagación del virus, promovida por el gobierno brasileño liderado por el presidente de la República”.

En la oficina del presidente de la Cámara de los Diputados, Rodrigo Maia, se han consignado más de 60 peticiones de impeachment contra Bolsonaro, mientras que, en la Corte Penal Internacional, existen al menos 3 comunicaciones que intentan vincular al mandatario brasileño con crímenes de lesa humanidad relacionados con la pandemia.

Por otra parte, en abril de 2020, el portal PanAm Post publicó un artículo titulado “Lula promueve un golpe de Estado en Brasil”. Según la nota, “Lula pidió la colaboración de su viejo amigo, el exguerrillero argentino Horacio Verbitsky, integrante del Foro de São Paulo, quien en ese entonces aseguró- falsamente- que ‘hubo una comunicación telefónica de un alto jefe del ejército brasileño con uno del argentino, en el cual el brasileño le informó que habían tomado la decisión de soslayar al presidente Bolsonaro en todas las decisiones importantes’”. El portal agrega que “la revelación de Verbitsky fue reproducida por numerosos medios brasileños e influencers en las redes sociales, para causar la falsa impresión de que existía una rebelión dentro del Ejército brasileño”. El PanAm Post concluyó que “Lula quiere aprovechar la crisis generada por la pandemia del coronavirus, para promover un golpe de Estado y retomar el poder”.

Queda claro que el plan para desestabilizar a Bolsonaro sigue vivo desde entonces, pero este lunes se añadió un nuevo elemento: la anulación de los juicios en contra de Lula, lo cual permitiría el lanzamiento de su candidatura para las próximas elecciones presidenciales. En efecto, un juez del Tribunal Supremo de Brasil, Edson Fachin, resolvió en una decisión inesperada que la sala que juzgó al expresidente Lula no era competente, que no debieron juzgarse en Curitiba, sino en el Distrito Federal. El juez, para algunos conocedores del tema, se basa en tecnicismos para dejar impune a Lula.

Los casos anulados por Fachin son los relacionados a el tríplex de Guarujá, el inmueble de Atibaia, los terrenos para la sede del Instituto Lula y las donaciones de Odebrecht, por lo cual el expresidente fue condenado por los delitos de corrupción y lavado de dinero, además de recibir prebendas a cambio de favores políticos.

Llama la atención que la decisión de Fachin fue precedida por la divulgación de una encuesta, según la cual, para las elecciones presidenciales de 2022, Lula contaría con más “capital político” que Bolsonaro. La encuesta fue publicada por O Estado de São Paulo, medio opuesto al presidente del Brasil.

La presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann, quien también es una importante figura del Foro de São Paulo, inmediatamente cantó victoria a través de su cuenta Twitter: “La encuesta lo confirma: a pesar de las mentiras y la persecución, Lula está en el corazón y en la memoria del pueblo, es la esperanza de cambiar lo que está ahí. Mantener a Lula sin derechos políticos es negarle a Brasil el derecho a elegir un nuevo camino. Justicia plena para Lula”.

Pero lo que no dice Hoffmann es que el PT no cuenta con figuras de relevo para competir contra Bolsonaro, por lo tanto, necesitan recurrir una vez más al desprestigiado Lula para dar la pelea. Y es que el exalcalde de São Paulo, Fernando Haddad -quien se perfilaba como candidato del PT- no ha podido lograr el apoyo popular necesario a pesar de ser miembro del Foro de São Paulo, del Grupo de Puebla y de la Internacional Progresista.

El Foro de São Paulo puede avanzar de forma agresiva, pese a que sus políticas han fracasado, porque sus integrantes están bien articulados y coordinados; mientras que la derecha continúa disgregada y descoordinada. Esperemos que las amenazas que asechan al Brasil sirvan de incentivo para que esto cambie.