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La Fiscalía pide dos años y medio de cárcel para Rubiales por besar a Jenni Hermoso y coaccionarla

La Fiscalía de la Audiencia Nacional solicita dos años y medio de cárcel para Luis Rubiales por el beso en la boca que el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) dio a la deportista Jenni Hermoso el pasado agosto, así como por las supuestas coacciones posteriores. También pide que el exdirectivo futbolístico la indemnice con 50.000 euros.

Concretamente, la fiscal Marta Durántez solicita un año de prisión por un delito de agresión sexual y 18 meses más por las presiones que Rubiales habría efectuado sobre Hermoso para tratar de que ésta restase importancia públicamente a lo ocurrido.

Así figura en el escrito de acusación del Ministerio Público, que también se dirige contra el resto de investigados, a los que atribuye, únicamente, el delito de coacciones. Se trata de Jorge Vilda (exseleccionador nacional femenino), Albert Luque (director de la Selección) y Rubén Rivera (director de Márketing de la RFEF). La Fiscalía solicita que, de forma «conjunta y solidaria», los cuatro acusados abonen otros 50.000 euros a la víctima por este segundo delito.

El pasado 20 de agosto, durante la entrega de medallas de la final del Mundial femenino, celebrado en Australia, Luis Rubiales besó en la boca a Jennifer Hermoso. «Éste sujetó la cabeza de la jugadora con ambas manos y, de manera sorpresiva y sin consentimiento ni aceptación de la jugadora, le propinó un beso en los labios», relata el escrito de acusación de la Fiscalía.

A renglón seguido, Durántez narra que, «ante las consecuencias personales y profesionales que le podían acarrear», Rubiales, «por sí mismo y en connivencia con el resto de los acusados, comenzaron a ejercer actos constantes y reiterados de presión directamente sobre la jugadora».

El beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso


El beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso

Según el escrito, no sólo los sufrió ella, sino «su familia y amistades». La finalidad de aquellos actos no sería otra que tratar de que, «públicamente, [Hermoso] justificara y aprobara el beso que contra su voluntad le dio Rubiales, sufriendo Jennifer una situación de hostigamiento que le impidió desarrollar su vida en paz, tranquilidad y libremente».

Tras el suceso, Jennifer Hermoso fue entrevistada en un programa de radio y quitó hierro al asunto. Posteriormente, cambió de opinión y el 5 de septiembre de 2023 relató su vivencia ante la Fiscalía, ante el ofrecimiento de la fiscal Durántez, que acabó presentando una querella el día 8 de ese mes.

«Los acusados Jorge Vilda, Rubén Rivera y Albert Luque eran personas de confianza del acusado Luis Rubiales. Accedieron a sus cargos bajo su mandato como presidente de la Real Federación Española de Fútbol, dependiendo, por tanto, su privilegiada situación en la RFEF de la suerte que corriera la de su presidente», relata el escrito de acusación de la Fiscalía.

Asimismo, narra que Luis Rubiales trató de convencer a Jenni Hermoso de que ambos aparecieran en un vídeo conjunto para quitar importancia al beso. Aquella conversación tuvo lugar en el avión de regreso a España, una vez disputada ya la final del Mundial. «La jugadora se negó una vez más, expresando su hartazgo y malestar», explica la fiscal.

«Presionar a Hermoso»

«Ante la negativa reiterada de Jennifer Hermoso de acceder a sus pretensiones, el acusado Luis Rubiales, tras diversas conversaciones con su equipo de confianza, del que formaba parte el acusado Jorge Vilda Rodríguez, decidieron utilizar otra vía para conseguir lo pretendido, consistente en seguir presionando a Jennifer Hermoso; esta vez, utilizando a los familiares de esta que viajaban en el mismo vuelo», añade el texto.

Así, por ejemplo, el escrito recoge una conversación entre Vilda y el hermano de Jenni Hermoso. «Vilda se acercó en varias ocasiones a los asientos donde viajaban los familiares de la jugadora hasta que consiguió hablar con Rafael Hermoso (…) y, tras intentar ganarse su confianza alabando las virtudes deportivas de la jugadora, con el único fin de que Rafael convenciera a su hermana para que realizara la manifestación pública pretendida por los acusados, y ante la reticencia de este de ceder a su petición, [el entonces seleccionador femenino] le advirtió de que si su hermana no accedía a participar en el vídeo, ello tendría consecuencias negativas para ella, tanto en lo personal como en su carrera profesional como futbolista», expone el documento.

Durántez también cita las gestiones de Rubén Rivera, director de Márketing de la RFEF, durante el viaje a Ibiza que las jugadoras disfrutaron tras ganar el Mundial. «Acudió a dicha localidad e insistió, de manera reiterada y persistente, a Jennifer Hermoso para que hablase por teléfono con el responsable de Integridad de la RFEF», relata.

En efecto, el Comité de Integridad de la Federación había abierto un expediente sobre el beso y el resto de hechos acontecidos en Australia. «Se pretendía, por orden del acusado Luis Rubiales, su exculpación (…), obligando a cambiar declaraciones de intervinientes y aportando periciales parciales en su favor», reprocha la Fiscalía.

«Jennifer Hermoso manifestó reiteradamente al acusado Rubén Rivera que no quería acceder a sus pretensiones y que la dejaran en paz. Aun lo anterior, Rivera insistió también en que debía participar en el vídeo exculpando a Luis Rubiales, haciendo extensivo el hostigamiento a Jennifer a través de su amiga y acompañante durante la estancia en Ibiza, Ana Ecube», prosigue el escrito.

«Al no conseguir lo pretendido, el acusado Albert Luque, de acuerdo con Luis Rubiales, se desplaza a Ibiza, para conseguir con su presencia que [Hermoso] participara en el pretendido video, personándose en el hotel donde se alojaba la jugadora y su amiga e intentando obligar a Jennifer a hablar con él, a lo que ella se negó», añade.

«Los hechos descritos crearon en Jennifer Hermoso una situación de ansiedad e intenso estrés, que se prolongó durante varios meses después», concluye el escrito de acusación, que también solicita que Rubiales tenga prohibido comunicarse y acercarse a Jenni Hermoso a menos de 200 metros durante cuatro años.

La Fiscalía también pide que el expresidente de la RFEF no pueda dedicarse a profesiones vinculadas al ámbito deportivo durante el tiempo de su condena y que tenga libertad vigilada durante los dos años posteriores a su estancia en prisión.