El Consejo de Administración tuvo que aplazar el debate sobre esta cuestión, dado que el sindicato de empleados de la OIT comenzó una huelga que impidió la discusión, precisamente en la jornada en la que tenía que acabar la 332 sesión de este órgano de decisión.
El portavoz de la OIT Jean-Luc Martinage dijo a Efe que en abril próximo tendrá lugar una reunión extraordinaria para decidir cuándo se retoma el asunto.
La próxima cita del Consejo de Administración tendrá lugar el último día de la Conferencia Internacional del Trabajo, en junio próximo, pero ese encuentro sólo durará unas horas y habrá muchos temas a tratar, por lo que tal vez no se pueda incluir el espinoso asunto de la colaboración con la industria tabacalera en la agenda.
Martinage indicó que es posible que la discusión sobre el tabaco se posponga a la siguiente reunión ordinaria del Consejo, en noviembre, que durará dos semanas y en la que se podrá abordar la cuestión en profundidad.
Está previsto que el director general de la OIT, Guy Ryder, proponga ante ese órgano de decisión que se dejen expirar este año acuerdos de financiación en ese ámbito que ascienden a 12,2 millones de euros, según un proyecto de declaración.
Con ese dinero se mantienen programas en Brasil, Malaui, Tanzania, Uganda y Zambia.
En noviembre pasado esa instancia no consiguió llegar a un acuerdo para romper sus lazos financieros con las firmas de tabaco y aplazó la decisión hasta la sesión de estos días en la sede de la OIT en Ginebra.
La OIT mantiene acuerdos con Japan Tobacco International (JTI) y con Eliminating Child Labour in Tobacco-growing Foundation (ECLT, financiada por tabacaleras) que expiran en junio y en diciembre de 2018, respectivamente.
Para evitar que esos programas se interrumpan al vencer los acuerdos, la OIT utilizará fondos de su cuenta suplementaria y de cooperación técnica del presupuesto ordinario.
Además, la organización intentará movilizar recursos alternativos, especialmente mediante asociados y alianzas, como por ejemplo la ONU, los bancos internacionales de desarrollo y el Banco Mundial, así como financiación nacional pública.
EFE/ FR
