Inicio Intelectualidad La realidad virtual como terapia para maltratadores.

La realidad virtual como terapia para maltratadores.

La realidad virtual permite corregir el déficit emocional de los hombres maltratadores. Tras experimentar en primera persona abusos físicos y verbales, los condenados por violencia de género mejoraron su capacidad para percibir expresiones de miedo en el rostro femenino. Ello podría ayudar en terapias de rehabilitación y evitar nuevas agresiones. [Wikimedia Commons]

También te puede interesar

Amor, pareja y sexualidad Amor, pareja y sexualidad Ene/Abr 2017 Nº 16

Neurobiología, psicología y evoluciónEl amor es parte esencial de la vida. Incluye el cerebro, los sentimientos, la convivencia, el placer y la salud. También presenta distintas caras. Este monográfico trata temas tan diversos como la elección de pareja, el origen de los celos, la monogamia o la experiencia del orgasmo, en otros.

Más información

Bien suceda en la vida pública o privada, la violencia de género ocasiona daños físicos, sexuales o psíquicos en aquellas personas que la sufren. Solo en España, durante el año 2017, 49 mujeres perdieron la vida a manos de sus actuales o anteriores parejas. Ahora, María Victoria Sánchez-Vives y su equipo del IDIBAPS (Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer), en colaboración con el grupo de Mel Slater de la Universidad de Barcelona, han demostrado que los maltratadores presentan una menor capacidad para reconocer el miedo en el rostro humano. La realidad virtual podría corregir dicho déficit emocional mediante el aumento del nivel de empatía hacia las víctimas.

En el estudio, publicado por la revista Scientific Reports, participaron 20 hombres condenados por violencia sexista, junto con otros 19 sin antecedentes de agresión. Los científicos diseñaron un sistema de realidad virtual que permitió a los sujetos ponerse en la piel de la víctima y experimentar el maltrato en primera persona.

En primer lugar, los participantes se familiarizaban con su «nuevo» cuerpo virtual femenino mediante la exploración del entorno simulado. Además, interaccionaban con pelotas digitales a fin de coordinar sus movimientos y fortalecer la ilusión de propiedad del avatar. A continuación, un personaje masculino violento entraba en escena, gritando e insultando. Así, ante cualquier comentario del sujeto experimental, el abusador vociferaba «¡Callaté!», o bien exigía «¡Mírame!», en caso de evitar el contacto visual. Finalmente, el maltratador invadía el espacio personal de la «víctima» y la agredía físicamente.

Cambios en la percepción emocional

Según los investigadores, aunque los cuerpos virtuales difieran completamente de la propia imagen, pueden generar un fuerte sentimiento de propiedad e identificación. Ello influye en el comportamiento, actitud y percepción de las personas. Con el objeto de investigar estas alteraciones, todos los participantes del estudio realizaron pruebas de reconocimiento emocional, antes y después de la sesión de simulación.

Los resultados revelaron que la capacidad para reconocer el miedo en el rostro femenino era menor en los condenados por violencia de género. Además, asociaron dichas expresiones faciales con estados de ánimo positivos y felices. Sin embargo, tras experimentar el abuso en primera persona su habilidad para identificar emociones de temor mejoró. Ello sugiere que la realidad virtual permitiría corregir déficits en la percepción de sentimientos y, por consiguiente, podría facilitar el proceso de rehabilitación de los maltratadores.

Sánchez-Vives y sus colaboradores desconocen si el uso de víctimas masculinas virtuales o personajes femeninos en un entorno neutro, no violento, también modificaría el comportamiento de los abusadores. Así pues, futuros experimentos explorarán la posible influencia de estos y otros factores, como la personalidad de los individuos.

Marta Pulido Salgado

Referencia: «Offenders become the victim in virtual reality: impact of changing perspective in domestic violence», de S. Seinfeld et al., en Scientific Reports, 8:2692, 9 de febrero de 2018.