Cuatro meses después de haber sido elegido líder del PP, Alberto Núñez Feijóo no se ha reunido todavía con el líder de Vox, Santiago Abascal. Y tampoco hay una fecha prevista para ese encuentro tras el verano. Así, los dos líderes de la derecha terminan el curso político sin verse.
Su relación se encuentra en dique seco, a pesar de lo que pareció un primer acercamiento el pasado mes de abril después de que Abascal le enviase un mensaje de felicitación a Feijóo tras ser elegido. Los dos presidentes del PP y Vox intercambiaron varios mensajes. En esos whatsapp, tal y como reveló Libertad Digital, «hubo buen tono y cordialidad».
De eso hace ya cuatro meses y todavía no se han producido más acercamientos a pesar de que el líder del PP anunció que, a lo largo de sus primeros meses en el puesto, iba a mantener encuentros «cuando su agenda se lo permitiera«.
Vox eleva el tono
Desde Vox explican que la falta de iniciativa de Feijóo para concertar una cita, a la que Santiago Abascal ha dicho en público estar dispuesto a acudir en reiteradas ocasiones, ha contribuido a que Vox eleve ligeramente el tono de sus críticas contra el líder del PP, especialmente en lo referido a sus promesas sobre el español o la memoria histórica.
El presidente de Vox insiste en tenderle la mano después de haberle escrito para darle la enhorabuena por su nombramiento, pero sin aparente éxito. Aún así, en Vox son conscientes de la falta de apoyo para configurar un gobierno en solitario por lo que hablan permanentemente de crear «una alternativa» al Gobierno de Pedro Sánchez, llegando a ofrecer sus votos a Feijóo ante una posible investidura, aunque no de forma gratuita.
En una reciente entrevista en esRadio, el secretario general del partido, Javier Ortega Smith, habló de «puntos en común» ante un posible gobierno de coalición, en lo parecían ser sus exigencias para un acuerdo. Entre ellos, «garantizar la independencia judicial, el respeto a los derechos fundamentales para que se pueda estudiar en español o reducir todos los impuestos».
Un programa de mínimos que el PP tendría que aceptar si quieren el apoyo de Vox para gobernar, que antes debe pasar, necesariamente, por mantener un primer encuentro en persona entre ambos líderes. Desde Génova, en cambio, evitan este asunto y aseguran que «no adelantan» cuestiones referentes a la agenda de su presidente.
