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La represión castrista incrementa la violencia mientras las denuncias de asesinatos y desaparecidos se multiplican – La Gaceta de la Iberosfera

Ante las multitudinarias e inéditas protestas pacíficas que el pueblo cubano está protagonizando desde el pasado domingo en la isla, el régimen comunista ha optado, como era de esperar, por incrementar la represión y, a la par, bloquear el servicio de Internet en un intento de confinar el eco de las manifestaciones.   

Las tropas especiales o de élite, conocidos en la isla como los «boinas negras«, las brigadas antimotines, oficiales de la Seguridad del Estado, la Contrainteligencia, expertos en represión de la policía política y la Policía Nacional Revolucionaria, así como agentes vestidos de civil y miembros del ejército, han sido enviados a las calles para violentar a la población civil que intenta defender el derecho -durante décadas pisoteado- de expresar su hastío y oposición política. 

Todas las fuerzas represivas de la dictadura han golpeado, disparado y apresado a muchos de los que han roto el cristal del miedo y se han atrevido a gritar «libertad, abajo la dictadura, fuera los Castro y Díaz-Canel, no queremos más comunismo«. 

Aunque políticos y medios de comunicación, alineados o condescendientes con el castrismo, han presentado las protestas como «disturbios» o una crisis directamente relacionada con la ineficiencia del Estado ante el Covid-19, los motivos de estas protestas, según los gritos de los manifestantes, son de carácter político. 

La dictadura tuvo que reconocer que el lunes murió, a manos de las fuerzas represivas, Diubis Laurencio Tejeda, un hombre de 36 años, residente en el barrio La Güinera, en el municipio capitalino de Arroyo Naranjo. Hasta el momento es la primera víctima mortal en el marco de estas protestas pacíficas. El régimen, a través de su Agencia Nacional de Noticias, ha intentado minimizar dicho asesinato, argumentando que se trataba de un ciudadano con «antecedentes de desacato, hurto, alteración del orden, por lo cual cumplió sanción» y fue catalogado como «un elemento antisocial». 

Este martes en una calle de un barrio no identificado, un grupo grita «¡Lo mataron, lo mataron!«, mientras tratan de socorrer a un hombre malherido. Luego de que la muchedumbre increpase a los agentes, el hombre fue llevado en un auto de la policía supuestamente a un hospital. El video ha sido compartido en varias plataformas este martes. No se sabe aún si lograron salvarle la vida o falleció. 

El canal de televisión del sur de la Florida, América TeVé entrevistó a René García, hermano de Suyani García Pérez, residente en Batabanó, provincia de Mayabeque, quien presuntamente también murió producto de una paliza. «Hubiese preferido que le dieran un tiro de frente antes que hacerle lo que le hicieron«, dijo a la televisora, pues, según le informaron desde Cuba, «la golpiza de los agentes cubanos fue tal que su hermano perdió los dientes y los ojos». 

Está circulando en las redes sociales un video que denuncia otro posible asesinato. Dos médicos aseguran que al día siguiente, al terminar su guardia médica, saldrán a las calles a protestar pues uno de sus colegas falleció tras una golpiza propinada por agentes del régimen. La veracidad del video no se ha confirmado.  

En el show de Patrick Cordero, también en América TeVé, el periodista cubano Daniel Benítez entrevistó a un ciudadano que dijo ser sacerdote de Ifá (religión yoruba), quien pidió una «intervención humanitaria» de Estados Unidos, relató que permanecía oculto en el barrio de Lawton, en La Habana, mientras lo perseguían 5 patrullas de la policía por haber participado en las protestas, y aseguró que hay varios muertos a manos del régimen. 

En Internet puede verse a los cubanos siendo reprimidos, rostros y cuerpos manchados de sangre, niños golpeados y arrastrados, jovencitos sacados de sus casas, mientras sus familias lloran y gritan que son sólo muchachos. Los gendarmes de la dictadura los meten a la fuerza en automóviles de la policía, alegando que en Cuba el Servicio Militar es obligatorio y la Revolución les ordena cumplir la misión de reprimir al pueblo, a sus hermanos que gritan libertad, bajo la amenaza de que negarse es «traición a la patria» y eso puede pagarse con cárcel o muerte. 

Contra todo intento de minimizar el acontecimiento, contra cualquier discurso deslegitimador, están las imágenes de las protestas. Las imágenes de la brutal represión y las imágenes de la muerte. Este es el rostro real del socialismo real.