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Lidia Bedman, la esposa de Abascal, una vida entregada al lujo y a la ostentación

Julia Noguerol.- “Antes muerta que sencilla”, decía el sencillo interpretado por la cantante española María Isabel, con el que ganó el festival infantil de Eurovision en el año 2004. El tema bien podía haberse inspìrado en Lidia Bedman, la mujer del líder de Vox Santiago Abascal, quien parece vivir muy de espalda a las carencias, penurias y dramas que soportan millones de familias españolas en permanente roce con la pobreza.

De un tiempo a esta parte, Lidia Bedman se ha convertido en una de las referencias de las revistas del papel “couché”. El lujo en ella es consustancial y de ello alardea constantemente en las redes sociales y en su perfil de Instagram.

Sus viajes de placer a Ibiza, Florencia, Londres…, sus compras de artículos de lujo, su presencia en las fiestas más rumbosas de la Villa y Corte, su estancia en hoteles de lujo, su querencia a los restaurantes caros, son algunos de los lujosos caprichos de la esposa del que venía a “luchar por la España que madruga”.

Lidia Bedman con su bolso Cooper de más de mil euros.

Como si de Imelda Marcos se tratase, su interminable vestuario incluye 300 pares de zapatos, decenas de vestidos de diseño, bolsos de entre 100 y 1500 euros y otros artículos de lujo. Entre los desorbitados gastos mensuales de la mujer de Abascal hay que incluir a un entrenador personal (alrededor de 800€), así como sofisticados tratamientos de estética, que han cambiado su físico considerablemente. Todo ello lamina la credibilidad del discurso del líder de Vox al referirse a la precariedad de los españoles.

Una vez más puede comprobarse que las personas se muestran realmente cómo son cuando alcanzan a tener dinero y poder. ¿Qué queda de aquel Abascal que se jactaba humildemente hace unos años, de tener que recurrir a su padre para terminar el mes? Ello mucho antes de que el alavés se abriese un hueco en la política nacional y terminase adquiriendo un casoplón, valorado en casi un millón de euros, en una de las zonas más exclusivas de Madrid.

Afiliados de Vox que apenas os da para vivir, seguid pagando vuestras cuotas mensuales y soñando con un futuro promisorio para los españoles, mientras ellos alcanzan a ser y a tener lo que nunca hubieran sido ni tenido sin vosotros.

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