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Los Reyes presiden la misa funeral por las víctimas del Covid-19, sin Sánchez

Los Reyes, acompañados por sus hijas, han presidido este lunes a la misa funeral celebrada en la Catedral de la Almudena, en Madrid, en homenaje a todos los fallecidos a causa de la pandemia de coronavirus.

Felipe VI, doña Letizia, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, todos ellos vestidos de luto, han sido recibidos en la explanada de acceso a la Catedral por las principales autoridades civiles presentes, y, a las puertas del templo, por el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro (que ha oficiado el funeral) y el cardenal Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal.

Se trata de la primera ocasión en que la heredera de la Corona y su hermana asisten a un funeral de carácter público. Don Felipe, doña Letizia y sus hijas han entrado a la catedral por su nave central mientras sonaba el himno nacional y se han situado en cuatro sitiales en la primera línea del lado del Evangelio.

En representación del Gobierno no han acudido ni Pedro Sánchez ni Pablo Iglesias. Tampoco ningún ministro salvo Carmen Calvo, vicepresidenta primera del Ejecutivo. Con un «el Gobierno va a estar presente», ha despachado Sánchez su ausencia, durante su visita a Portugal.

Quienes sí han asistido a la ceremonia han sido el presidente del PP, Pablo Casado, y los portavoces de Ciudadanos y Vox en el Congreso, Edmundo Bal e Iván Espinosa de los Monteros, respectivamente. También la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso y el alcalde madrileño, José Luis Martínez Almeida. Han participado, asimismo, otras autoridades, como las presidentas del Congreso, Meritxell Batet, y del Senado, Pilar Llop; además de los presidentes del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes y del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas.

En una de las naves del templo y bajo la imagen de Santa María la Real de la Almudena se han situado unos 70 familiares de fallecidos (a los que han saludado de lejos los reyes al acceder al templo), y en otra los representantes de diversas iglesias y confesiones religiosas.

Junto a ellos ha estado también una representación de los agentes sociales y eclesiales que han desarrollado una labor especial en este tiempo, como personal sanitario, voluntarios de Cáritas, miembros de las Fuerzas Armadas y de los cuerpos de Seguridad del Estado, y bomberos.

Los miembros de la Familia Real y el resto de asistentes al funeral han portado mascarillas de protección, y el aforo de la catedral, de unas 900 personas, se ha reducido a menos de 400 como medida de precaución.

Junto al cardenal Osoro han concelebrado el funeral otros 35 cardenales, arzobispos y obispos miembros de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal, cardenales residentes en Madrid, el Nuncio Apostólico, Bernardito Cleopas Auza, y los obispos auxiliares de la capital.

Solidaridad frente a sectarismo

En su homilía, Osoro ha lamentado la pérdida de miles de personas, entre ellas muchos mayores, sin que haya sido posible estar junto a ellas. «Esta pandemia nos ha sorprendido a todos y ha roto nuestros esquemas (…) Una tormenta inesperada y furiosa llegó a nosotros y nos hemos sentido frágiles y desorientados», ha aseverado antes de apelar a la fe para hacer frente a esa situación.

Ha expresado además su solidaridad con todas las personas que han perdido a seres queridos y se ha referido a las actitudes ejemplares que se han puesto de manifiesto. Así, ha considerado que «frente al sectarismo, la crispación y el enfrentamiento», en esta pandemia se ha podido comprobar cómo muchas personas, creyentes y no creyentes, sacaban lo mejor de sí mismas y daban una sencilla lección de solidaridad hasta dar la vida por cuidar la ajena.

Ha citado en concreto la actuación del personal sanitario y farmacéutico, de los transportistas, los empleados de supermercado, de los servicios de limpieza, los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, los docentes, los periodistas, los voluntarios de Cáritas y otras muchas organizaciones sociales, y los sacerdotes, religiosos y religiosas.

Todos ellos, junto a los padres y abuelos, ha asegurado que no han vivido para sí mismos en estos meses, sino para los demás. «Y ahora, cuando afrontamos una crisis económica y social sin precedentes -ha añadido-, hay que seguir cimentando nuestra sociedad así para que nadie se quede atrás».

Previamente, el presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella, ha tenido una intervención en la que ha subrayado que la Iglesia hace suyo el dolor de los familiares. Además, ha explicado que este funeral era tanto por las víctimas de la COVID-19 como por todos los fallecidos durante el confinamiento sin haber podido recibir la despedida merecida. Omella ha destacado la «gran reserva de humanidad, caridad y acción solidaria» demostrada por la sociedad y ha confiado en que la experiencia propicie una transformación interior que facilite un mundo más humano, más justo y más fraterno.