Lo que todos repiten, en público y en privado, es que el domingo las principales plazas se decidirán por un puñado de votos. No habrá tsunami electoral como en 2011 y en algunos sitios apuntan a que habrá que esperar al recuento del voto exterior, el CERA, del día posterior. Todo está muy ajustado. Por eso, la previsión de lluvia para este fin de semana está preocupando en los principales cuarteles políticos.
La mala meteorología puede dejar a la gente menos politizada en casa. «Afectará a todos y está por ver en qué medida», repiten en Ferraz, pero lo cierto es que esos votos son la clave. Los que pueden inclinar la balanza cuando todo es cuestión de uno o dos asientos en las principales comunidades y ayuntamientos. El PSOE se centrará durante los 3 días que quedan de campaña en llamar a la movilización y en tratar de asustar con la llegada de la derecha.
Así lo hacía Pedro Sánchez este miércoles en Gijón. «Cuando están en el gobierno, recortar. En la oposición, derogar. Dos verbos para un mismo fin: retroceder, desmantelar, desmontar. Nosotros pedimos el voto al PSOE para avanzar», afirmaba el jefe del ejecutivo en su mitin conjunto con el presidente asturiano, Adrián Barbón, quien advertía que «el camino para perder unas elecciones es darlas por ganadas»
¿Quién capta el voto de los indecisos?
En Ferraz reconocen que el asunto de las listas de Bildu aumentó las expectativas de voto de Vox y que hubo transferencias del PP a los de Abascal. En algunas federaciones van más allá y reconocen que la derecha en general ha subido captando votos de indecisos mientras que la izquierda se ha mantenido estable.
Algunos tratan de mirar el lado positivo: no han perdido votos pese a que el asunto monopolizó la primera semana de campaña y pilló a contrapié al Gobierno. Moncloa tardó en reaccionar.
Primero, evitaron las preguntas. Al final, Ferraz tuvo que salir en auxilio del Gobierno enviando un vídeo enlatado del ministra Pilar Alegría, pero eso no impidió que, tras meses preparando el encuentro en la Casa Blanca, el principal titular de Sánchez tras la reunión con Biden fuese sobre las listas de Bildu. Un mazazo que acabó de reventar el inicio de la campaña.
Más presencia en los actos
La derecha estaría movilizando más a los suyos mientras que algunos votantes progresistas siguen dudando hasta última hora. En Ferraz prefieren centrarse en lo «empírico» y es en la asistencia a los mítines.
Ahí, se comparan con el PP y ven que «no hay color». «El triple que Feijóo en Valladolid, cuatro veces más en Murcia, tres veces más en Badajoz…», recitan de carrerilla. En Ferraz creen que todo está abierto y que el mejor termómetro será el domingo.
