Inicio Cuba ¿Martí en la ‘actualización del modelo’? Cubanet

¿Martí en la ‘actualización del modelo’? Cubanet

Producción en serie de bustos de José Martí (caimanbarbudo.cu)

LA HABANA, Cuba.- Llegamos al 19 de mayo, fecha que marca un nuevo aniversario de la caída en combate de José Martí, y el oficialismo cubano intensifica las acciones para conmemorar la efeméride.

Han sido frecuentes por estos días las conferencias, exposiciones, presentaciones de libros, y otras actividades por el estilo, donde el exespía René González, en su condición de vicepresidente de la Sociedad Cultural José Martí, y los subalternos de Armando Hart en la Oficina Nacional del Programa Martiano, han desempeñado un papel protagónico.

Ah, y mención aparte para la faena de Yusuam Palacios Ortega —ese prospecto de la oratoria raulista— al frente de la Fragua Martiana y los Seminarios Juveniles de Estudios Martianos.

Mas, al margen de semejante algarabía, muy poco del legado martiano apreciamos en la cotidianidad de la isla. En esta ocasión examinaremos qué hay de la presencia del Apóstol en la actualización del modelo económico que lleva a cabo el gobernante Raúl Castro. Centraremos el análisis en dos elementos clave de la referida actualización: la política de sustitución de importaciones, y la mayoritaria propiedad social (estatal) sobre los medios de producción.

El castrismo apuesta por una estrategia cercana a la autarquía, que parece trascender los marcos de un coyuntural déficit financiero, y que consiste en tratar de producir en el país el mayor número de insumos, materias primas y bienes de consumo, y así limitar las importaciones. Se trata de un modelo al que algunos especialistas llaman “industrialización hacia adentro”, el cual fue alentado por la CEPAL en los años 60 de la pasada centuria, y que a la postre resultó fallido.

El joven Martí, en cambio, a su llegada a México en 1875, escribe en estos términos: “El libre cambio atrae a los pueblos extraños; nos dan sus productos baratos, y abren mercados a los nuestros; nos dan de su vida, en cambio de lo que contribuyamos a la suya. Vivirán nuestros puertos y nuestra civilización se afianzará” (Estrade, Paul. “Proteccionismo y Librecambio”, en revista Casa de las Américas no.85, julio-agosto de 1974).

Es decir, que nuestro Héroe Nacional ya valoraba las ventajas que el comercio internacional puede reportarles a productores y consumidores, y sobre todo que estos últimos accedan a productos importados más baratos y de mayor calidad.

En lo concerniente a la propiedad, la Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista, en su acápite 10, reafirma que “en Cuba resulta imprescindible que la propiedad socialista de todo el pueblo se consolide como la principal, coexistiendo con otras formas, en función de avanzar hacia una sociedad socialista, próspera y sostenible”. Por supuesto, esa propiedad “de todo el pueblo” es la estatal.

Por su parte, el investigador camagüeyano Rafael Almanza, a pesar de escribir un texto que, en general, no incomodó al castrismo, debió reconocer que: “Martí pensaba en 1883, y según veremos continuaría pensando luego, que la propiedad social coartaba la libertad individual” (Almanza, Rafael. “En torno al pensamiento económico de José Martí”, Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 1990).

Como vemos, una razón más para solidarizarnos con aquellos que, además de distinguir el carácter liberal de Martí en lo político y filosófico, lo aprecian también en lo referido a la economía.

Y, en consecuencia, otra razón para creer que el Apóstol es uno de los grandes ausentes en la actualización del modelo económico de Raúl Castro, Marino Murillo y compañía.