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Mensaje a AMLO: La Incertidumbre y la Prepotencia no Serán sus mejores aliados

Fuente: Cortesía

El nuevo acuerdo que substituye el NAFTA/TLC –cualquiera que sea su nombre-, “inyecta incertidumbre a la iniciativa privada y a los inversionistas y provoca a que las disputas entre Estados Unidos y México sean más probables” publican en el NY Times Gustavo A. Flores-Macías y Mariano Sánchez-Talanquer, el primero catedrático en la Universidad de Cornell en la materia de Gobierno, y el segundo maestro de la Academia de Estudios Internacionales de Harvard y profesor adjunto de Ciencias Políticas en el Centro de Investigación y Docencia en Economía de la Ciudad de México. Pero Además, en México las acciones del “Pre-Gobierno en funciones” están creando barreras entre la iniciativa privada, los inversionistas y el gobierno que pronto regirá México.

Mire estimado lector, los catedráticos inician exponiendo que un objetivo clave del –hoy extinto– NAFTA/TLC, era aportar certeza a las reglas del juego para facilitar los intercambios comerciales. El nuevo acuerdo, denominado -en EU- como Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá, socava esa certeza de dos maneras.

Primera, el acuerdo elimina los paneles de expertos para resolver disputas entre inversionistas y gobiernos en la mayoría de las industrias. Aunque conserva paneles para disputas bilaterales, difiere ante los tribunales nacionales como el principal mecanismo para resolver controversias en caso de que los gobiernos cambien las reglas en el futuro. Esta medida confía mucho en la transparencia y la competencia de los sistemas legales de países miembros y abre la puerta al potencial compinche, al acceso desigual a esos sistemas e incluso a la corrupción; yo agrego: Hoy en México como en Estados Unidos los Presidentes de la Suprema Corte de Justicia son miembros politizados.

Segundo, el acuerdo establece un mecanismo para revisar automáticamente sus términos periódicamente. Esto y la caducidad automática después de 16 años, introduce incertidumbre, dejando para los gobiernos cambiar las reglas existentes y amenazar con salir del acuerdo. El establecimiento de revisiones periódicas como puntos de ruptura naturales para las reglas del juego, sin duda acorta los horizontes temporales de los inversores y además- creo, al redactar esta columna mina la certidumbre soberana de México como gobierno.

Dados los cambios defendidos por la administración de Trump, los inversionistas serán especialmente cautelosos con los gobiernos que –mediante revisiones periódicas-, dejaron la puerta abierta para cambiar los objetivos –base del tratado y la certeza- en el futuro. Esto afectará las creaciones de empleo y la seguridad laboral. La desaceleración de la actividad económica, tanto en Canadá como en México, así como las marcadas disminuciones en la inversión extranjera directa, ya pueden atribuirse a la incertidumbre que rodea a las negociaciones actuales;- aun antes de las ratificaciones legislativas-.

A la incertidumbre gestada por las constantes provocaciones de Trump, que enrarecieron y dificultaron las negociaciones del nuevo acuerdo, hoy se suman en México las actitudes de prepotencia y las veladas amenazas contra la iniciativa privada como se deduce del tema del aeropuerto.

La incertidumbre jurídica consiste en que si el gobierno actual aprobó y contrató el proyecto del aeropuerto de Texcoco, no es válido jurídicamente -y existiría responsabilidad-, al echar abajo este proyecto de no probarse que hubo ilegalidades o afectaciones no subsanables dolosas y que provocarían graves daños al interés público y al erario. Es obligación de los gobiernos proveer Justicia, Certidumbre Legal y Seguridad para sus ciudadanos, esto lo debe de tener presente el gobierno entrante ya que hay señales –equivocadas sin duda-, de que esto podría no ser así.

Por ejemplo, ya existen amenazas de personajes que bajo la promesa oficial de que serán funcionarios están desequilibrando la vida de los ciudadanos o de las empresas. El caso de que Jiménez Espriú no respete reglas en propiedad privada, no trate de llevar un dialogo amable y de que amenace con “el peso de la ley”, mediante quebrantar la paz social, ofrece indicaciones de cómo se comportarán los funcionarios que regirán la vida de México en los próximos seis años.

No importa que tan bien intencionado sea nuestro futuro presidente. Los actuales comentarios, insinuaciones y procedimientos van más allá de la legalidad, aun sin ser ilegales. Al estilo Trump, por ejemplo y en el mismo tema del aeropuerto, un proceso de “consulta popular” como formato para posiblemente pasar sobre contratos gubernamentales y poner en la balanza la certidumbre legal, es actuar al estilo Romano en la época de Poncio Pilatos.

Acciones como la de Jiménez Espriú no abonaran a las metas que México merece bajo su mandato.

El autor es analista político en Texas, y experto en temas de la frontera México-Estados Unidos.

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