Inicio Actualidad Mientras los vagos y macarras arrasan tu ciudad, vamos a por los...

Mientras los vagos y macarras arrasan tu ciudad, vamos a por los cinco millones de parados

Ángel Expósito: Se confirma que todo es susceptible de empeorar. Empezamos la semana en Barcelona pendientes de las elecciones catalanas y pocos días después, todo pinta a un gobierno ‘indepe’, solo que peor.

Empezamos la semana con las provocaciones de Pablo Iglesias y la terminamos con Echenique o con el alcalde de Valencia arengando a los perroflautas a arrasar la ciudad y a linchar policías.

Seguimos amontonando muertos por covid como si nada, mientras seguimos esperando vacunas desesperadamente. Como digo todo puede empeorar. Mientras los más vagos y macarras arrasan tu ciudad, vamos a por los cinco millones de parados y batimos el récord de deuda.

Algunas dudas razonables (y retóricas) que me asaltan tras una semana intensa y, lo reconozco, algo cansado:

1.- ¿No deberían pagar los destrozos esos perroflautas o sus padres, si son menores de edad?

2.- Sanchez, Marlaska o Ábalos, ¿no tienen la dignidad y el valor suficiente para mandar a ‘esparragar’ a esta chusma?

3.- Libertad para el sociópata ese y pasas por la calle del casoplón de Galapagar con el himno de España y una bandera y te detiene la Guardia Civil. ¿Nos estamos volviendo locos? ¿Hacia dónde va esto? ¿Te imaginas a Pablo Iglesias, a Rufián a Echenique y a sus súbditas en la oposición?

Déjame un par de minutos para que te cuente lo que un equipo de boinas verdes de ‘La Linterna’ (Rubén Corral, Adrián Gil y servidora) hemos vivido estas últimas horas.

Operación Rescate. Nos hemos podido empotrar en una macro operación policial contra la trata y la prostitución en Madrid. Más de 100 «viviendas» registradas, 10 puntos negros de prostitución, 46 clubes, 250 identificados, 445 víctimas de trata y prostitución entrevistadas. «Y esto no ha hecho más que empezar», me cuenta un responsable de la Policía Nacional.

Mira, he visto la prostitución más arrastrada en Venezuela, en Mal, hemos olido el SIDA en Camerún, hemos estado demasiado cerca de las mafias en la frontera de México y he sobrevolado el infierno de Libia con el Ejército del Aire español. Te aseguro que lo que he sentido en el paseo de las Delicias de Madrid es de lo más repugnante que podré vivir en mi vida.

La trata de seres humanos mueve tanto dinero o más, a nivel mundial, como el tráfico de armas o las drogas. La inmigración ilegal y la explotación de las mujeres se ha convertido en un mercado asqueroso donde juegan las mafias, los traficantes, las víctimas de esa esclavitud sexual y repugnante y los puteros.

Mi amigo Pepe, un policía al que no le cabe el corazón en el pecho me lo dijo una vez: «No, Ángel, no. Por favor, no llaméis clientes a esos hombres. Son puteros. Puteros asquerosos».

Mira, ayer vimos cómo la policía rescataba a dos chicas chinas explotadas por una «madame» ya mayor también china. Y oímos a una marroquí aceptar como si nada el trabajo que le propuso su chulo, también marroquí. Y a una colombiana llorando en medio de un olor cutre a desinfectante junto a un bidé pegado a su cama en un cuartucho infecto.

Y aprendes, porque te lo explican esos policías, a diferenciar las nacionalidades de las víctimas de trata en función de las reacciones: las nigerianas y el vudú; las chinas y sus mafias de terror; las colombianas con las amenazas hacia sus familias, etc.

Y vuelvo a pensar en los auténticos protagonistas de esta esclavitud en pleno siglo XXI, en la esquina de tu casa o de la mía. Esos protagonistas son los puteros. Unos cerdos sin escrúpulos disfrazados de seres humanos. Esclavistas, machistas, agresores y monstruos.

En nuestro Tema del Día, acompáñanos junto a Tomás, Fidel, Luis o Maria José. Junto a cientos de policías a la Operación Rescate. Contra la trata. Para rescatar a esas mujeres víctimas de la prostitución. A ver si consigo trasladarte al ambiente sórdido y al olor terrible de una colmena de prostitución en pleno centro de Madrid.

¡Ah! Y mi posdata:

Pedro Sánchez ha tardado días en decir ‘esta boca es mía’ para criticar la violencia salvaje; Marlaska –¡qué papelón!– por fin ha defendido un poquito a sus policías.

¿A qué esperan Irene Montero y las súbditas mediáticas de Pablo Iglesias, a qué esperan para defender a esa mujer policía apaleada en Madrid? Habrás visto las imágenes, un equipo de la UIP (los antidisturbios) retrocediendo, recibiendo pedradas a lo bestia, cuando cae al suelo una policía y la linchan a palos.

¿Dónde está la ministra de Igualdad o las vicepresidentas? ¿Y tú, Pablo o Errejón o Echenique? Hay algo peor que ser un machista, un chavista o un demagogo. Y es ser un cobarde, por muy vicepresidente del Gobierno que te haya nombrado Pedro Sánchez. Machista, chavista y CO-BAR-DE.

Ya sabes… Yo no me callo.