FP.- El perdón del gobierno, ilegítimo y degradante para España, lo acepta el golpista Junqueras pero con condiciones cuando son los condenados quienes tienen que cumplir con obligaciones para poder recibir el indulto según la ley.
El retorcimiento del sistema de libertades y garantías que Sánchez está llevando a cabo en todos los ámbitos de la vida política española es de tal magnitud que hoy es posible cualquier cosa por inverosímil que pueda parecer.
El 30 de septiembre de 1938 se aprobaron y firmaron los conocidos como acuerdos de Múnich. Con ellos se ponía fin a la crisis de los Sudetes, que estuvo a punto de hacer entrar en guerra a Reino Unido y Francia contra Alemania, pero abrían la puerta a la Segunda Guerra Mundial, que estallaría apenas un año más tarde.
Se acordó que la cadena montañosa se incorporase a Alemania sin que hubiese ningún representante de Checoslovaquia, donde se encontraba esta región, y contraviniendo el Tratado de Versalles. Para la historia queda la imagen de Adolf Hitler y Benito Mussolini junto al sonriente primer ministro británico, Neville Chamberlain.
El primer ministro inglés con su cesión, creyendo que acabaría con las apetencias desbocadas de Hitler, perdió un tiempo precioso para poder rearmarse moral, política y estratégicamente ante la amenaza nazi.
Un año justo después los alemanes invadieron Polonia que se repartieron con la Rusia comunista, y dio comienzo a la Guerra Mundial.
Si a un tigre le das una galleta luego te pedirá un vaso de leche.
Con Churchill la humillación traerá además más campañas de secesión. Más persecución a quienes en Cataluña se sienten españoles. Y más desastre político y económico.
